*Alejandro (la barbarie.com.ar)
¿Por qué nadie hizo justicia por mano propia con los mierdas de la dictadura? ¿Por qué nadie puso seis corchos en una .38 caño corto y esperó a que un mierda sacara la basura una noche de domingo para reventarlo ahí mismo, ni bien se diera vuelta al escuchar su apellido? ¿Quién puede llamar a un torturador por el nombre? Los torturadores no tienen nombre. Tienen alias de mierdas y apellidos de futbolista; sólidos.
Que yo sepa, nadie, ni siquiera en las mañanas frías de la impunidad, ajustició a un mierda. Nadie dijo: todo es una farsa. Nadie dijo: la obediencia debida, el punto final y el indulto son la verdadera cara de esta democracia concebida la noche en que los mierdas se quedaron sin nada para hacer. Por su propio éxito.
¿Qué hay entre la violencia política del ‘73 y la paz política del ‘83? ¿Hay algo más que la represión, que la derrota, que el trazado de una cancha más restringida? ¿Qué pueblo era más fuerte? ¿El pueblo sindicalizado-armado del ‘73 o el pueblo piquetero del 2003? Las madres, las abuelas, los hijos. El “movimiento de derechos humanos”. ¿Cuánto hay de madurez y cuánto de domesticación en la política popular de la democracia? ¿Qué pasó con el futuro? ¿Qué hicimos con el futuro? Una parte la tiraron al río los mierdas. ¿Pero la otra? La otra, la otra parte del futuro, ¿dónde está?
¿Cuánto pesa el futuro? ¿No es el futuro lo que nos pesa realmente? Hay que saldar las cuentas con el futuro.
Y para eso hay que terminar con los mierdas. Hay que terminar de ejecutar a los mierdas lo antes posible. Son largos los fusilamientos de la democracia. La democracia fusila contra la pared de un tribunal oral. La democracia fusila con sentencias. La democracia sólo tiene traje de fajina.
Juicio y castigo. Es esto. Tardó. Tenía que tardar. Lo que no tarda es la tortura y desaparición. Lo que no tarda es la patota de los mierdas. La democracia tiene expedientes. Hay que aplastar a los mierdas con el peso de los testimonios en su contra. Aunque haga falta más de un cuerpo de fojas por cada cuerpo desaparecido.
¿Cómo se reformula para la democracia aquello de que “el proceso tiene objetivos, pero no plazos”? La inversión no funciona. La democracia con plazos pero sin objetivos no funciona. La continuidad tampoco funciona. La democracia con objetivos pero sin plazos no funciona. Construir una democracia con plazos y objetivos. Superponer tiempo y horizonte. Eso es construir el futuro de la democracia. La vida también es tiempo.