En el centro geográfico de Uruguay, por donde pasa el Río Negro, existían "baquianos que ayudaban a las carretas y a las tropas a cruzar el río, muy peligroso cuando la corriente era grande. Por su valor personal y fuerza, a estos baquianos se los llamaba hombres toros".
Así explica Pedro Armúa, en su Historia de Paso de los Toros, el origen del nombre de la ciudad uruguaya homónima. Ciudad que nació como pueblo en 1903 (pueblo Santa Isabel, por ley 2854 del 17 de julio de ese año), devino Villa Paso de los Toros (declarado así por el Parlamento uruguayo en 1929) y que, en 1953, logró la categoría de ciudad. Y, claro, fue en esa tierra de hombres toros donde, en una tarde sartreana, se originó la popular gaseosa tónica.
En la década de 1920, la ciudad de Paso de los Toros contaba con una población de unos 8.000 habitantes. A ellos fueron a sumarse dos: Jorge Jones, un inglés llegado a la localidad junto con los ferrocarriles (según dicen también fue quien llevó el primer automóvil y la primera pelota a Paso de los Toros), y en 1924, Rómulo Mangini, un descomunal montevideano de más de 100 kilos, practicante asiduo de lucha grecorromana y estudiante de Química en Montevideo, que llegó para trabajar en un comercio que la familia de su esposa tenía allí.
Al poco tiempo, el químico instaló una fábrica de soda, extendiendo la producción a los jabones “Teru-Teru” antes de decidirse por las bebidas refrescantes con gustos frutales.
Habría sido en una tarde de 1926 cuando los dos hombres, (que acostumbraban concurrir al club isabelino “25 de Agosto”), decidieron desafiarse a la búsqueda de una fórmula para elaborar un agua tónica lo más parecida posible a la inglesa “Bull Dog”, la única tónica que llegaba a Uruguay en ese entonces. Jones conocía los componentes, Mangini se encargaría de buscar las proporciones exactas.
El agua tónica, o simplemente “tónica”, era un refresco carbonatado aromatizado con quinina. La bebida tomó su apodo de los efectos médicos de este aromatizante amargo, un alcaloide que se extrae de la corteza del árbol de la quina, y que tiene propiedades antipiréticas, analgésicas y antimalaria. Su consumo inicial se redujo a las colonias inglesas de las zonas tropicales de Asia y África; pero luego se extendió por todo el mundo.
Mangini aceptó el reto. Siguieron meses de pruebas, fórmulas fallidas, y diversas combinaciones de agua y extractos vegetales. Con cada nueva combinación Mangini iba al club a ver a Jones, donde ambos la degustaban, esperando un dictamen favorable.
Después de varios meses y muchos intentos, un día de 1929 según la mayoría de las versiones, consiguieron su objetivo. Jones dio su visto bueno y veredicto: según su exigente paladar, la tónica uruguaya superaba a las importadas de Londres.
La bebida tuvo gran éxito y la distribución fue cada vez más amplia en el territorio, al punto que el centenar de empleados no daba abasto en la fábrica.
Sólo un empleado de la fábrica conocía la fórmula secreta de Mangini. Sin embargo, todos en el pueblo sabían algo: la receta incluía ralladura de cáscara de naranja. Así lo recuerda Raquel Torres, hija de uno de los primeros empleados de la fábrica: "Contrataban gente para rallar naranja. Las rallaban a mano, con ralladores parecidos a los de cocina. Usaban sólo la cáscara y regalaban las naranjas peladas, entonces todo el pueblo comía naranjas gratis".
Gran parte de la fórmula tiene los elementos clásicos de cualquier tónica, en particular quinina. Justamente, el agua tónica nació en el siglo XVII, al mezclarse quinina con agua para bajar la fiebre. Según la Real Academia Española, la quinina es un "alcaloide de la quina, principio activo de este medicamento febrífugo, una sustancia blanca, amorfa, sin olor, muy amarga y poco soluble, que se emplea en forma de sales".
Pero, para muchos, el secreto último de esta gaseosa era el pozo que había en la misma fábrica, de donde se obtenía el agua para elaborarla. Un pozo que aún está allí, sellado, en medio de las instalaciones abandonadas de Paso de los Toros.
El éxito fue vertiginoso. Enseguida empezaron a despacharse botellas a la vecina ciudad de Durazno y, luego, a Montevideo. Mangini tuvo que conseguir nuevos socios y, en 1947, se sumaron Frank Marshall y Adolfo Caorsi. Así, se fundó la Sociedad Anónima Agua Tónica Paso de los Toros y se empezaron a vender acciones en el pueblo. A diez pesos cada una.
A principios de 1950, la demanda capitalina era tan importante que Mangini resolvió poner una fábrica en Montevideo, en la Avenida Millán y Avenida de las Instrucciones.
"Un día –recuerda Armúa– llegaron a Paso de los Toros unos representantes de Pepsi Cola que ofrecían comprar las acciones de la fábrica. Mucha gente las tenía olvidadas en los roperos, y fue un revuelo, todo el mundo buscándolas. Pepsi las pagaba muy bien y todos las vendieron, locos de la vida." Hasta que, el 14 de febrero de 1955, la compañía norteamericana logró la mayoría absoluta. Un golpe duro para Mangini, que murió en 1957.
Con el paso del tiempo la cantidad de quinina se ha reducido a cantidades insignificantes desde el punto de vista médico, debido a los efectos secundarios que tienen altas dosis de esta sustancia, por lo que ahora se usa sólo en cantidades equivalentes a una cuarta parte de la dosis terapéutica y únicamente por su particular sabor.
La tónica es usada con frecuencia en una corte llamado gin tonic, que es una mezcla de gin (ginebra) y tónica. Hoy, además de las versiones estándares de la bebida, también se venden variantes sin azúcar o aromatizadas con limón (bitter lemon) o lima (bitter lime).
Y una curiosidad final: la bebida brilla bajo luz ultravioleta (luz negra) debido a la fluorescencia natural del sulfato de quinina presente en ella.
Hoy, la ciudad de Paso de los Toros recuerda la historia con una calle llamada Rómulo Mangini, sobre la que está la fábrica. Para los lugareños, todavía hoy grandes bebedores de esta gaseosa, hay dos próceres locales: Mario Benedetti –nacido allí–, y Rómulo Mangini, un montevideano que mereció ser un hombre toro.
Fuentes: Rodolfo Reich (diario La Nación); http://www.anibalvazquez.com/historia.php y