En 1951, cuando tenía 12 años, los padres regresan a su país para ayudar en la reconstrucción de la República Democrática Alemana. Allí conoció Tamara los relatos de dolor y muerte que había dejado el fascismo en ese país y en toda Europa y por eso, para mantener allí la lucha contra el fascismo, al llegar se integró a la Juventud Libre Alemana. Luego estudió en la Facultad de Letras de la Universidad Humboldt, fue instructora de tiro deportivo y ganó varias medallas. Con sólo 18 años de edad comenzó a militar en las filas del Partido Socialista Unificado de Alemania.
Pero Tamara no olvida ni Argentina ni Latinoamérica. Con su acordeón, canta milongas y tangos y mantiene un contacto muy frecuente con latinoamericanos. La revolución cubana la llena de alegría, según narraba en una carta a un amigo.
En 1960 conoció al Che, quien viajó a la República Democrática Alemana al frente de una delegación comercial de la que Tamara y su madre eran traductoras. Ambos argentinos, ambos de ninguna parte, el Che y Tamara tenían muchos lazos en común y, desde entonces, se creó un circuito de simpatía entre ellos. Tamara decide establecerse en Cuba y contribuir a la defensa de la primera revolución socialista latinoamericana.
El 12 de mayo de 1961 llega a la isla invitada por el Ballet Nacional de Cuba de la mano de su directora, Alicia Alonso. Estudia periodismo en la recién inaugurada Universidad de La Habana; como hablaba francés, inglés, alemán, español y un poco de italiano, trabaja en el Ministerio de Educación, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y en la dirección nacional de la Federación de Mujeres Cubanas. Se hizo miliciana del CDR y también colaboró en el trabajo voluntario llenanado sus manos de callos en la faenas agrícolas.
En 1963, comenzó un riguroso entrenamiento operativo para el trabajo de inteligencia, que le capacita cumplir complicadas y arriesgadas misiones, vivir clandestinamente, recopilar información, soportar en silencio todos los pedecimientos sin poder compartir tampoco las alegrías revolucionarias. En su interior todo se tiene que transformar. Tamara queda atrás y nace Tania, la que luego sería, junto al Che, la heroica guerrillera de las selvas de Bolivia.
El 20 de febrero de 1964 concluye la primera fase de su preparación y se traslada a Cienfuegos para preparar su plan práctico operativo.
A fines de marzo de aquel año el Che la recibe en su oficina del Ministerio de Industria para informarle de los detalles del plan y su misión clandestina en Bolivia: tiene que preparar la red urbana de un movimiento guerrillero de alcance continental. La compartimentación tenía que ser total; trabajaría sola; no podría contar más que con sus propias fuerzas. El Che le advirte que, por difícil que fuera su situación, no debía vincularse a las organizaciones políticas de izquierda, ni revelar su verdadera identidad.
El 9 de abril de 1964 utilizando un pasaporte con el nombre de Haydée Bider González partió rumbo a Europa occidental para aprender a transformar su lenguaje y actitudes por las propias de la sociedad burguesa en la que debía desenvolverse. Entre las variadas misiones encomendadas estaban las de tomar fotos de una aldea en una región determinada que luego pudiera mostrar como su pueblo natal y la de un matrimonio de edad avanzada, previamente estudiado, para poder presentarlos como sus padres.
Viajó con documentos y bajo dos personalidades distintas, Vittoria Pancini y Marta Iriarte. El 5 de agosto de ese año llegó a Frankfort en la República Federal de Alemania, allí adoptó la personalidad de Laura Gutiérrez Bauer, de nacionalidadargentina, con la que trabajaría clandestinamente en Bolivia.
En los primeros días de octubre de 1964, partió para Bolivia convertida en una etnóloga especializada en arqueología y antropología. El 5 de noviembre de ese mismo año llegó a Perú; desde la capital peruana viajó en avión al Cuzco, en tren a Puno y en una camioneta hasta Yunguyo, última población peruana en la frontera con Bolivia. De aquí pasó a territorio boliviano sin mayores dificultades, se alojó en un hotel de la población de Copacabana, y al día siguiente continuó para La Paz.
En la capital boliviana se vinculó con los pintores Juan Ortega Leytón y Moisés Chire Barrientos, este último pariente del presidente boliviano. Ambos le presentaron a otros artistas e intelectuales. Estableció estrechas relaciones con Gonzalo López Muñoz, jefe de la Dirección Nacional de Informaciones de la Presidencia de la República, amigo personal de la más absoluta confianza del Presidente. López Muñoz pertenecía al reducido grupo de funcionarios que tenían acceso a todas las dependencias del Palacio, incluidas las habitaciones privadas del mandatario boliviano. Por sus manos pasaban documentos secretos, incluso antes de recibirlos el Presidente. López Muñoz la acreditó como agente suscriptor del semanario IPI, una publicación confidencial que él dirigía, exclusivamente al alcance de funcionarios, políticos y personas de alto nivel dentro de la sociedad boliviana. Este trabajo le permitió valiosas relaciones y acceso a las oficinas del jefe de informaciones.
Se relacionó con la Secretaría de Planificación del gobierno boliviano, con Ana Henrich, quien fuera secretaria del Senado, vinculada al ministro del Interior Antonio Arguedas, con altos dirigentes del gobierno, con partidos políticos reaccionarios, altos jefes militares y muchas otras personas influyentes, como el periodista Mario Quiroga, de tendencia falangista, quien le proporcionó empleo como correctora de pruebas del periódico Presencia, el de mayor tirada del país.
Tania entabló amistad con Julia Elena Fortún, a través de la cual trabajó en el comité de investigación, integrado por un numeroso grupo de especialistas, que estaba adscrito al Departamento de Folclor del Ministerio de Educación. Estudió el arte folclórico con rigor científico. Montó la primera exposición de trajes típicos de Bolivia. Recorrió el altiplano boliviano, con el propósito de reunir canciones autóctonas. Representó al departamento de folclor del Ministerio de Educación de Bolivia en un festival celebrado en la ciudad de Salta en Argentina.
Para entrar en el Departamento de Folclor necesitaba una carta de recomendación de la embajada argentina, que le proporcionó Ricardo Arce, secretario de esa misión diplomática, con quien estableció estrechas relaciones. Arce le presentó a todo el personal de esa embajada, incluso a Marcelo Barbosa, cónsul de Argentina en la ciudad de Santa Cruz. Se relacionó con los miembros del protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, donde llegó a ser muy conocida. Al asistir a una fiesta en el exclusivo club La Paz, acompañada de Ricardo Arce, éste la presentó a sus amigos como una persona que trabajaba en la embajada argentina. Este hecho le abrió muchas puertas y, sobre todo, nuevas e interesantes relaciones. Con Ricardo Arce y el mexicano Juan Manuel Ramírez concurrió a otra actividad social a orillas del lago Titicaca, donde se encontraban altos oficiales de las fuerzas armadas, ministros del gobierno y el general Barrientos, a quien conoció personalmente.
El 20 de enero de 1965 había logrado su radicación definitiva y entablar relaciones con importantes personalidades gubernamentales: altos jefes militares, como el general Ovando, diplomáticos acreditados en La Paz, artistas, investigadores, periodistas, dirigentes políticos reaccionarios y oligarcas. Tania comenzó a impartir clases particulares de alemán a los hijos de la oligarquía local, lo que le permitió visitar sus casas, relacionarse con sus familiares.
Contrajo matrimonio con Mario Martínez, estudiante de ingeniería eléctrica e hijo de un importante ingeniero de minas. La boda se celebró en la casa de la artista Yolanda Rivas de Plaskonska. De esa forma obtuvo la ciudadanía y el pasaporte boliviano.
El 1 de enero de 1966 arribó a la ciudad de La Paz el representante de una importante y famosa firma de belleza que respondía al seudónimo de Mercy. Su verdadera identidad nunca fue descubierta por la CIA ni por los servicios secretos bolivianos. La misión secreta de Mercy era contactar con Tania para entregarle los nuevos códigos de las comunicaciones secretas.
En abril de 1966 Tania salió de Bolivia y sostuvo varias entrevistas clandestinas en México con Juan Carretero (Ariel), su nuevo enlace. Éste le comunicó que le había sido concedida la militancia del Partido Comunista de Cuba y que en La Paz contactaría con un compañero que, al igual que ella, estaba radicado en esa ciudad y bajo cuyas órdenes debía ponerse. Regresó a la capital boliviana y en el mes de mayo de 1966 recibió la señal convenida, acudió al lugar previamente acordado y estableció contacto con su enlace en La Paz.
Al iniciar la fase de preparación y organización de la lucha armada, Tania era ya un engranaje indispensable en el desarrollo del trabajo urbano de la guerrilla, aunque la idea general del Che no era de que participara en las acciones, sino que, dadas las posibilidades de conexiones en las altas esferas gubernamentales, dedicarla a la información y mantenerla como reserva, contando con alguien fiable para el ocultamiento de los guerrilleros e incluso la recepción de algún mensajero que viniese con algo extremadamente importante. El 10 de julio de 1966 Tania inició los preparativos para la llegada de los guerrilleros: alquiló casas de seguridad que pudieran servir de almacenes y preparó recipientes para el envío de mensajes cifrados.
Cuando el Che llegó a Bolivia se entrevistó con ella y le transmitió las últimas instrucciones. El 20 de diciembre de 1966 el Che escribió en su Diario de campaña que se había resuelto apurar los contactos de Coco Peredo, que estaba trabajando dentro de la oficina de informaciones de la Presidencia de la República, hablar con Megía -revolucionario peruano cuya identidad aún no se ha revelado- para que éste sirviera de enlace entre Iván y el hombre de la Presidencia. Señaló que Iván mantendría contacto con Tania, con Megía y Sánchez -Julio Dagnino Pacheco-, otro revolucionario peruano que trabajaba en la clandestinidad en Bolivia y, además, con un militante del Partido Comunista de Bolivia. La red de apoyo urbano se estaba conformando aceleradamente, e incluía a Hugo Lozano, como radista, Rodolfo Saldaña, los doctores Walter Parejas Fernández y Humberto Rhea Clavijo, también a Loyola Guzmán y otros militantes del Partido Comunista de Bolivia.
En diciembre de 1966 Tania conduce al traidor Mario Monje, Secretario General del Partido Comunista de Bolivia, al campamento guerrillero, donde los esperaba el Che. El Che habló primero con ella y le dio la orden de viajar a Argentinapara entrevistarse con Mauricio y Jozami y citarlos en el campamento guerrillero. El Che trataba de empezar a tejer la red guerrillera en Argentina, reanudando la guerrilla de Salta.
El Che la había ordenado no regresar a Camiri porque corría el riesgo de ser localizada. Sin embargo en marzo, una vez sorteados todos los obstáculos y cumplida su misión en Argentina, Tania regresa conduciendo en su todoterreno al francés Régis Debray y al argentino Ciro Bustos (superviviente de la guerrilla de Salta) a la Casa de Calamina en Ñancahuazú.
Fue un error. Su tercer viaje a la base guerrillera fue también el último. El Che no estaba. Mientras le esperaban, desertan Vicente Rocabado Terrazas y Pastor Barrera Quintana, quienes informan al ejército boliviano, a sus servicios de inteligencia y a los oficiales de la CIA, de la presencia de Tania en el campamento guerrillero y de que ésta había viajado en un todoterreno hasta Camiri. Allí el vehículo fue localizado con su documentación. La reacción descubre a Laura Gutiérrez Bauer como guerrillera.
A partir de entonces se incorpora a la lucha armada. Le entregan un uniforme de campaña y un fusil M-1. El Che la destina a la columna de la retaguardia, dirigida por el cubano Juan Vitalio Acuña Núñez (Joaquín).
El Che ordena separar las dos columnas. Al mando de Joaquín, la retaguardia guerrillera sale hacia Río Grande. En un terreno tan abrupto, la adaptación de Tania al medio geográfico fue asombrosamente rápida. Había momentos en que había que descolgarse por sogas, gatear, prácticamente arañando sobre las rocas. Caminaba a pesar de las terribles llagas que tenía en los pies. Las comunicaciones entre ambas columnas eran pésimas y Joaquín pierde contacto con el Che, que durante semanas trata de localizarle infructuosamnte por la espesura.
A finales de agosto, la retaguardia llega a la casa del traidor Honorato Rojas, un campesino de la región. Los guerrilleros durmieron en la casa del campesino y, al despuntar el alba, se retiraron, previo acuerdo de que al día siguiente Rojas los guiaría por un atajo hacia el Vado de Yeso. Esa misma noche, una compañía de soldados, dirigida por el capitán Mario Vargas, marchó en dirección al Masicuri Bajo. Al otro día, el jefe del destacamento discutió los últimos detalles del plan con Rojas: Usted haga lo que los guerrilleros le han pedido -le dijo-. Pero hágalos cruzar el Vado exactamente donde yo le diga y no más tarde de las tres. El 31 de agosto, a la hora convenida, los guerrilleros se encontraron con el campesino, quien les guió un trecho y les indicó el Vado. Los guerrilleros siguieron andando y, antes de que el sol declinara a su ocaso, el campesino se despidió dándoles la mano. Los soldados esperaban agazapados en ambas márgenes del río, prestos a presionar el dedo en el gatillo. El cubano Israel Reyes Sayas (Braulio) fue el primero en sentir el roce tibio del agua. Volteó la cabeza y, machete en mano, ordenó cruzar el río. Cuando todos los guerrilleros se hubieron sumergido en el torrente -excepto José Castillo-, con la mochilla pesada y sosteniendo el arma sobre la cabeza, el capitán Mario Vargas impartió la orden de abrir fuego desde ambas orillas. Varios resultaron muertos y otros asesinados en el mismo momento.
Tania fue la penúltima en sumergirse en la rápida corriente del Río Grande, justo delante de Joaquín que cubría las espaldas de sus compañeros. El agua casi le llegaba hasta la cadera cuando se escucharon las primeras ráfagas. Intentó agarrar su fusil pero una bala le atravesó el pulmón. La corriente la arrastró tendiéndola luego sobre un remanso. Los soldados no encontraron su cadáver hasta siete días después. Aún no había cumplido 30 años. Desde entonces, cada 31 de agosto, manos desconocidas llenan de flores aquel lugar donde se encontró su cuerpo. De este modo la guerrillera Tania, la flor silvestre de Río Grande, convertida ya en leyenda, revive el grito de libertad que recorre América Latina.
Sus restos, identificados y trasladados a Cuba en 1998, reposan en un mausoleo en Santa Clara, junto a los del Che y demás guerrilleros inolvidables. El 28 de octubre de 1999 la escritora cubana Graziella Pogolotti escribía en el diario Granma:
Es de acero el temple de quienes dejaron su huella en la historia. Pudieron hacerlo, sin embargo, porque sus pies estaban sólidamente afincados en la tierra, porque vivieron intensamente en lo cotidiano la existencia de hombres, porque estuvieron unidos a los demás por múltiples y diversos lazos, porque no sintieron, en suma, la Revolución como un conjunto de principios abstractos, sino como acción concreta, heroica sí, pero también construida con el modesto trabajo de cada día, hecho para los hombres y con los hombres, donde la disposición al sacrificio total va unida al anonimato y a la preocupación por la eficacia...
La admiración va creciendo por la estatura moral de la combatiente y, al propio tiempo de ese ejemplo personal se desprenden y consolidan, de manera indirecta, los principios de una ética, de una conducta. No se trata de un conjunto de normas abstractas, impuestas desde a fuera, sino del pleno acuerdo entre la conciencia individual y los requerimientos de la acción revolucionaria. La solidaridad nace de sentirse parte del sufrimiento de otros, del combate y el sacrificio de todos. Surge espontánea cuando se toman las armas para responder a una amenaza directa. Indispensable y más profundamente arraigada tiene que estar en el combatiente solitario instalado en un medio hostil, obligado a llevar a toda hora, una máscara, vigilante siempre de los demás y de sí mismo. Ese duro aprendizaje fue el de Tania.
No sólo el de las técnicas de la inteligencia, sino el saber aprisionar su verdadera personalidad, asumir otro nombre, lo que significa comportarse en toda hora de manera diferente. En medio de esa terrible soledad, el espíritu se mantiene, cuando se sabe que ese aislamiento es circunstancial, que otros en la distancia prosiguen en formas diversas el mismo combate.
Internacionalismo revolucionario no es etiqueta que corresponda al aventurero, sediento de nuevas experiencias. Nace de un profundo arraigo, como el de Tania en el recuerdo de su Argentina natal, de un genuino rechazo de la explotación como el de Tania renunciando al camino seguro que le brindaba la RDA, al trabajo creador en la Cuba revolucionaria recién descubierta, al amor y la amistad posponiendo sus proyectos personales por acudir allí donde otros hombres necesitan redención.
Marta Iriarte, Laura Gutiérrez Bauer, Tamara Bunke, Tamara Lorenzo o Tania la guerrillera como mejor se conoce a la compañera de la guerrilla del Che en Bolivia fue revolucionaria combativa, defensora de los derechos de la mujer, luchadora incansable y combatiente clandestina. También fue amante de la música, del baile y de las artes en general. En Cuba se destacó especialmente por su fructífera labor de traductora e intérprete.
De origen ruso y alemán, nació el 19 de noviembre de 1937 en Argentina. Dominaba los idiomas español, alemán, ruso, inglés y conocía un poco de italiano. Sus conocimientos del español y del alemán la ligaron de manera especial a Cuba y a su revolución.
Carné que recibió Haydée Tamara Bunke al llegar a Cuba e integrarse como intérprete al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, ICAP, 1961.
Después de terminar sus estudios de bachillerato comenzó a trabajar como traductora, estudió en la Facultad de Filosofía y Letras en el Instituto de Lenguas Romances de la Universidad de Humbolt. Para el coro de esta universidad tradujo el himno del 26 de julio que fue cantado después en muchas ciudades y lugares de la RDA. Su traducción es considerada como la primera traducción de este himno en la Alemania Socialista. El himno llegó a difundirse en programas de radio y se publicó en la revista “Arte Popular”. Su primer trabajo de intérprete fue en 1954 con una delegación de deportistas brasileños en Alemania.
En Cuba comienza su vínculo con el trabajo al servirle de intérprete a Antonio Núñez Jiménez durante su visita a Alemania en 1960. Le sigue su encuentro con el Che cuando éste fue a Berlín al frente de una delegación comercial siendo Director del Banco Nacional. Como parte de la visita, el Che realiza un encuentro con unos estudiantes cubanos y latinoamericanos que residían en Leipzig y Tamara le sirve de intérprete. Su encuentro con el Che aumentó su interés por Cuba y por su pueblo.
Cuando tuvo la oportunidad de visitar Cuba no lo pensó dos veces. Aprovechó la visita del Ballet Nacional de Cuba, al que también sirvió de intérprete, y entabló una bonita amistad con Alicia Alonso y Fernando Alonso quienes quedaron encantados con su manera de ser. Sara Pascual, por aquel entonces administradora del Ballet, al regresar a Cuba antes que el resto de la compañía, habla en el ICAP de la experiencia de Tamara en el trabajo con delegaciones y de su conocimiento y destreza con los idiomas. Así se fue preparando la llegada de Tamara a Cuba.
El 12 de Mayo de 1961 Tamara llega a Cuba. Aprovechó el hecho que un bailarín mexicano no viajó de vuelta y ella se unió al Ballet Nacional en el vuelo de regreso. En Octubre de 1961 comienza a trabajar en el Ministerio de Educación. Allí asumió la tarea de organizar un departamento internacional de traducción, interpretación, documentación, etc. que debía ayudar a otras instituciones del gobierno. En este departamento se congregaron muchos traductores extranjeros. En el departamento de traducción tradujo algunos libros de Marx y Engels sobre pedagogía socialista; un trabajo productivo.
Entre los años 1961-1963 Tamara trabajó en el Ministerio de Educación como traductora y en otros muchos frentes donde su presencia fue reclamada por la revolución. Al ICAP ingresó en agosto de 1961 donde atendió como intérprete a delegaciones alemanas, entre ellas la que asistió al congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes y los de la FMJD, que participaron en el Congreso de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) que tuvo lugar en la Academia de Ciencias del Capitolio.
También fue intérprete de Raúl Castro y del Che en numerosas oportunidades. En ocasión de la visita de una delegación de la juventud Libre Alemana presidida por Naumann en 1961, trabajó, entre otros, con el Presidente de la República, con el doctor Osvaldo Dorticós Torrado, con el Comandante Joel Iglesias, con el capitán Antonio Núñez Jiménez.
Tamara sirve de intérprete durante la visita de la delegación de la Juventud Libre Alemana a Cuba presidida por Naumann, que fue recibida por el presidente Osvaldo Dorticós, el Comandante Joel Iglesias, el Capitán Antonio Núñez Jiménez y otros dirigentes, 1961.
Como cederista tradujo los textos de una exposición que llegó a su vecindario, a solicitud del presidente de CDR (Comité de Defensa de la Revolución) a quien respondió ante la interrogante de si podía hacer el trabajo: “Sí, sí yo vine a esto a Cuba, a ayudar en todo”.
Pero sin dudas su delegación más especial la atendió en 1961 cuando el ICAP la designó para atender al secretario del Comité de ayuda al Pueblo Cubano, su padre, Erick Bunke. Por espacio de tres semanas, Erick vivió la dicha de compartir la lucha y los ideales de su hija. Esta fue la última vez que estuvieron juntos.
Hasta sus últimos días, la vida de Tamara en Cuba estuvo estrechamente relacionada con su trabajo como traductora. Ésta fue la ocupación que se le adjudicó en el último carné que se le dio en tierra cubana. El 20 de febrero de 1964, al concluir la primera etapa de la preparación para la nueva misión, Tamara recibió el carné de traductora del Ministerio de Industrias con una nueva identidad, Tamara Lorenzo, que le serviría para identificarse en Cienfuegos donde tendría lugar el Plan operativo asignado.
En Cuba, Haydée Tamara Bunke trabajó en el Ministerio de Educación, el Ministerio de Industrias y en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Se vinculó a la Federación de Mujeres Cubanas, la Central de Trabajadores de Cuba, al Partido Comunista, la AJR (UJC) y estudió en la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana. También estuvo ligada a organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución en los que animó actividades tocando acordeón y cantando marchas revolucionarias. En fin, vivió y actuó como una cubana genuina.
En carta a sus padres, fechada el 31 de octubre de 1963, les dice:
… “Un revolucionario debe trabajar allí donde es más necesario, y en casos como el mío, el de quien posee, digamos una especialización técnica, existe una gran demanda. Realmente, hay muy pocos traductores de alemán y ya yo poseo la práctica y la experiencia suficientes (…) sobre todo de alemán a español. Así que tendré que aguantar todavía algún tiempo2.”
2 Rojas, Marta y Mirta Rodríguez Calderón. Tania La Guerrillera Inolvidable. Instituto del Libro, La habana, septiembre de 1974. Página 174.
Tamara puso al servicio del pueblo cubano su dominio de más de tres lenguas, su activa presencia en eventos donde se desempeño como intérprete y traductora de mesa. Todo esto en un momento en que apenas comenzábamos a prepararnos para abrirnos al mundo y en el que no teníamos profesionales preparados para enfrentar la inmensa cantidad de visitas de delegaciones en el orden comercial, amistoso, económico, cultural, científico y sobre todo de amistad y solidaridad con nuestro pueblo. Por todo esto es indudable que Tamara desempeño un importante papel como: conocedora de lenguas, mediadora entre culturas, traductora e intérprete y sentó pautas para el desarrollo de la Traducción y la Interpretación en Cuba.
Tamara atiende delegación de escritores y periodistas alemanes que visitan Cuba.
En el 40 aniversario de su caída en Vado del Yeso, el 31 de agosto de 1967, los traductores e intérpretes le agradecemos el privilegio que nos concedió de contarla entre los cubanos. Tamara es un referente importante de la historia de la traducción y la interpretación en Cuba.
Bibliografía
٭ Martínez Triay, Alina, Articulo Tania: la inspiración para resistir. Publicado en el periódico trabajadores 25 de agosto de 1997.
٭ Rojas, Marta y Mirta Rodríguez Calderón. Tania La Guerrillera Inolvidable. Instituto del Libro, La habana, septiembre de 1974.
٭ Soto Cobián, Ángela La Muchacha de la Guerrilla del Che Tania: Leyendas y Realidades. Montevideo –Uruguay, impresora Grafos Ltda., octubre 1999.
Tania, la guerrillera inolvidable
Víctor Montoya
Cuando Tamara Bunker (Tania) llegó a Bolivia en noviembre de 1964, con el nombre de Laura Gutiérrez, de nacionalidad argentina y profesión etnóloga, en la frontera andina se le anticipó un viento que hablaba la lengua aymara.
Tania vivió en La Paz dando la apariencia de ser una persona pudiente y, valiéndose de su vasta cultura e inteligencia, empezó a hilar amistad con personalidades afines a la cúpula del gobierno. Así, camuflada, se mantuvo por mucho tiempo sin que nadie sospechara de ella, ni siquiera los presidentes René Barrientos y Alfredo Ovando, junto a quienes emerge su imagen en una fotografía captada durante una concentración campesina.
Al iniciar la fase de preparación y organización de la lucha armada, Tania era ya un engranaje indispensable en el desarrollo del trabajo urbano de la guerrilla, aunque “la idea general de su utilización por el Che -recuerda Harry Villegas (Pombo)- no era de que participara directamente en la ejecución de acciones, sino que, dadas las posibilidades de conexiones en las altas esferas gubernamentales y dentro de los medios donde se podía obtener algún tipo de información estratégica y de importancia táctica, dedicarla abiertamente a este tipo de tarea y mantenerla como reserva, desde el punto de vista operativo, que en un momento determinado fuera necesario utilizar a una persona que no fuese sospechosa, contándose con alguien confiable para poder realizar el ocultamiento de algunos compañeros e incluso la recepción de algún mensajero que viniese con algo extremadamente importante”.
En diciembre de 1966, en vísperas de Año Nuevo, Tania y Mario Monje llegaron al campamento guerrillero, donde los esperaba el Che. Su llegada fue un verdadero júbilo para todos, no sólo porque la conocían desde Cuba, sino también porque llevó consigo grabaciones de música latinoamericana.
En esta ocasión, el Che habló primero con Tania y después con Monje. A Tania le dio la instrucción de viajar a Argentina para entrevistarse con Mauricio y Jozami, y citarlos al campamento. A Monje, que pretendía detentar el mando supremo de la lucha armada, le dijo: la dirección de la guerrilla la tengo yo y en esto no admito ambigüedades, porque “tengo una experiencia militar que tú no tienes”. A lo que Monje contestó: mientras la guerrilla se desarrolle en Bolivia, “el mando absoluto lo debo tener yo (…) Ahora si la lucha se efectuara en Argentina estoy dispuesto a ir contigo aunque no más fuera para cargarte la mochila”.
Apenas Tania cumplió su misión sorteando los obstáculos, retornó acompañada, entre otros, de Ciro Bustos (sobreviviente de la guerrilla de Salta). Y desacatando las instrucciones del Che, quien la ordenó no regresar a Camiri porque corría el riesgo de ser detectada, condujo en su jeep a Régis Debray, Ciro Bustos y otros, a la Casa de Calamina en Ñancahuazú.
Éste fue su tercer y último viaje a la base guerrillera, puesto que a partir de entonces se incorporaría a la lucha armada. Es decir, a compartir con sus compañeros todo cuando aprendió en Cuba. El Che, considerándola una combatiente más, le entregó un fusil M-1.
Su adaptación al medio geográfico fue asombrosamente rápida, a pesar del terreno abrupto. “Había momentos en que hubo que colgarse por sogas -dice Pombo-, en que hubo que gatear, prácticamente, arañando sobre las rocas, y podemos decir con toda sinceridad que Tania lo hizo en muchísimos casos con más efectividad que algunos compañeros, que, siendo hombres, tampoco estaban adaptados a este tipo de condiciones de vida”.
No obstante, meses después, debido a su delicado estado de salud, el Che la dejó en el grupo de la retaguardia, donde habían algunos elementos considerados “resacas”, y donde el valor estoico de Tania sirvió de ejemplo a varios de sus compañeros, junto a quienes, cuatro meses más tarde, caería acribillada en la emboscada del Vado del Yeso.
A fines de agosto de 1967, la tropa guerrillera, comandada por Vilo Acuña Núñez (Joaquín), salió al Río Grande y, orillándolo, llegó al cabo de una jornada a la casa de Honorato Rojas, de quien, meses antes, dijo el Che: “El campesino está dentro del tipo; incapaz de ayudarnos, pero incapaz de prever los peligros que acarrea y por ello potencialmente peligroso”.
Cuando la retaguardia contactó a rojas, nadie pensó que la delación de este cobarde los arrojaría bajo el fuego enemigo. En efecto, el día en que fue apresado junto a otros campesinos, se comprometió a colaborar con las tropas del regimiento Manchego 12 de Infantería.
Por la noche, los guerrilleros durmieron en la casa del campesino y, al despuntar el alba, se retiraron previo al acuerdo de que al día siguiente los guiaría, por un paso corto, hacia el Vado de Yeso.
Esa misma noche, una compañía de soldados, dirigida por el capitán Mario Vargas, marchó en dirección al Masicuri Bajo. Al otro día, el jefe del destacamento discutió los últimos detalles del plan con Rojas. “Usted haga lo que los guerrilleros le han pedido -le dijo-. Pero hágalos cruzar el Vado exactamente donde yo le diga y no más tarde de las tres”.
El 31 de agosto, a la hora convenida, los guerrilleros se encontraron con el campesino, quien les guió un trecho y les indicó el Vado. De súbito, la columna guerrillera hizo un alto y el teniente Israel Reyes (Braulio), como presintiendo el holocausto anunciado, dijo: “Hay muchas pisadas por este lugar”. El campesino, dubitativo, contesto: “Son mis hijos vigilando a los chanchos”.
Los guerrilleros caminaron un trecho y, antes de que el sol declinara a su ocaso, el campesino se despidió dándoles la mano. Luego se alejó sin volver la mirada, mientras su camisa blanca servía como señal a los soldados agazapados en las márgenes del río, prestos a presionar el dedo en el gatillo.
El capitán Vargas, al detectar a los guerrilleros entre los árboles que sombreaban el sendero, levantó los prismáticos a la altura de sus ojos y divisó la imagen física de Tania; era una mujer blanca en medio de la estepa verde, delgada por las privaciones de la lucha. Llevaba pantalones moteados, botines de soldado, blusa desteñida, mochila y fusil al hombro.
La distancia entre las tropas se hizo cada vez más corta. Braulio se internó en la emboscada y los soldados apuntaron sus armas contra los guerrilleros.
Braulio fue el primero en sentir el roce tibio del agua. Volteó la cabeza y, machete en mano, ordenó cruzar el río. Tania avanzaba en la retaguardia, antecedida por un guerrillero boliviano a quien el Che lo llamó “resaca”. Cuando se hubieron sumergido en el agua -excepto José Castillo-, con la mochilla pesada y sosteniendo el arma sobre la cabeza, el capitán Mario Vargas impartió la orden de abrir fuego. Los tiros vibraron como alambres tensos y, en medio de un torbellino de agua y cuerpos, los combatientes fueron cayendo en ademanes de fuga. Quienes no murieron en la primera descarga, se dejaron arrastrar por la corriente o se zambulleron. Braulio, haciendo ágiles contorsiones, disparó contra un soldado que estaba en el flanco, mientras los otros fallecían dando tiros en el aire. Tania intentó manipular su fusil con destreza, pero una bala le atravesó el pulmón y la tendió sobre el remanso.
Entre las ropas chamuscadas, la sangre y los cadáveres, quedaron dos prisioneros y otro que se escabulló en la maleza, hasta que una patrulla de rastrillaje dio con él y lo acribilló en el acto.
Al cabo de la masacre, los soldados, que disparaban todavía contra todo bulto que flotaba en el agua, no dieron con el cadáver de Tania. El médico José Cabrera Flores (Negro), al verla herida, quiere salvarla y se deja arrastrar por la corriente. El médico sale a la orilla arrastrando el cuerpo de la guerrillera. Verifica que está muerta, abandona el cadáver y vaga por los senderos, hasta que lo encuentran por el rastreo de los perros. El médico es asesinado por el sanitario de la patrulla que lo capturó. Los soldados prosiguen la búsqueda de Tania y, a los siete días, encuentran su cadáver en la orilla. Se encontró también la mochila, con algo que tanto quiso a lo lago de su vida: la música latinoamericana.
Concluida la misión, los soldados inician su marcha hacia Vallegrande, con los cuerpos de los guerrilleros atados a largas ramas.
El capitán Mario Vargas es condecorado con galones y promovido a mayor de ejército por su fulgurante carera militar y, al mismo tiempo, es víctima de trastornos psíquicos y pesadillas angustiosas, en las que ve a Tania incorporándose con el fusil en alto, dispuesta a vengar su muerte.
Bibliografía
Tamara Bunke, la joven que, con su madre, trabajó como traductora de la delegación cubana que el Comandante Ernesto Che Guevara condujo en la República Democrática Alemana, realiza en 1961 su sueño de ir a vivir en Cuba.
Es en marzo de 1964 que el Comandante Guevara en persona explica a Tamara Bunke cuál es su misión en Bolivia. La recibe en su oficina del Ministerio de Industrias para darle los detalles del plan que debe seguir. A partir de ese momento, Tamara tiene a la vez que mantener su cobertura y asegurar su entrenamiento. Tenía por costumbre de compartimentar sus amistades y esto le hizo más fácil la adaptación a su nueva vida. Debía acostumbrarse a la soledad, alejarse de sus amigos y desinformar no sólo en Cuba sino en América Latina, incluso a sus padres. Tamara se transforma en "Tania", pospone su boda, abandona la idea de tener un hijo, su novio y ella deciden esperarse.
El objetivo de su instalación en Bolivia era relacionarse con altos oficiales de las Fuerzas Armadas y miembros de la burguesía en el poder, viajar por el interior del país, estudiar la situación social y esperar un contacto que le anunciaría que la hora de la acción había llegado.
Antes, tuvo que vivir un tiempo en la República Federal de Alemania para aprender las costumbres de la burguesía. Un día, estuvo a doscientos metros de la casa de sus padres pero no pudo llegar a despedirse y ellos sólo se enteraron mucho después de su muerte.
Después partió para América Latina: Perú, Argentina, Brasil y finalmente Bolivia, lugar de su misión donde llegó el 18 de noviembre de 1964.
Cuando los primeros futuros guerrilleros comenzaron a llegar, su trabajo se hizo más complejo y más peligroso pero ella se quedó fuera de toda sospecha de la policía.
El Che la menciona varias veces en su Diario y siempre en ocasión de contactos importantes. La reserva para actividades de peso tanto en La Paz como en otros lugares.
La ausencia de otra persona que pudiera conducir hasta el campamento guerrillero el francés Régis Debray y el argentino Ciro Bustos, la lleva a cumplir esa misión. Cuando su jeep estacionado en un garaje de Camiri es descubierto, cae su cobertura y tiene que quedarse en la guerrilla.
El Che comenta entonces en su Diario: "Se pierden dos años de un trabajo bueno y paciente". El Comandante Guevara le entrega un fusil M-1 y Tania se transforma en combatiente.
Su conducta de guerrillera es tan ejemplar como su trabajo clandestino. Resiste durante toda la odisea que vive entre finales de marzo y el 31 de agosto el grupo de Joaquín del cual forma parte. Paco, sobreviviente del grupo, señala que su actitud era un aliento para todos. Caminaba a pesar de las terribles heridas que tenía en los pies. El Jefe del grupo que cerraba la marcha detrás de ella para protegerla, buscaba un lugar donde ella pudiera reponerse en compañía de un combatiente cubano gravemente enfermo.
El 31 de agosto, el grupo de Joaquín cae en una emboscada en el Vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande. No le dejan a Tania ni el tiempo de empuñar el arma, cae y su cuerpo es arrastrado por la corriente. Lo rescatarán una semana después.
El prólogo del libro "Tania, la guerrillera inolvidable", redactado en la clandestinidad por Inti Peredo, boliviano de la guerrilla, señala:
"¡Murió heroicamente por la libertad de América Latina, pero vivirá siempre como un ejemplo de lo que es capaz de hacer una mujer valiente y revolucionaria de verdad!
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Su vida en Cuba
Forja amistades, entre sus amigas figura Angela Soto:
"Tamara para mi llegó a ser la mejor amiga de esos años, cuando yo tenía 20 años, 22, 23. Era dulce y a la vez fuerte. Era una persona muy compleja pero, sobre todo, muy total, muy completa.
Imagínese, para nosotros, los jóvenes de esta época que abríamos los ojos a la Revolución - en el año 61 , éramos Jóvenes Rebeldes, Federadas de la Federación de Mujeres Cubanas, de los Comités de Defensa de la Revolución y Tamara llega junto a nosotros y también se integra a ese mundo, se hace cederista, se hace federada, se hace combatiente, Joven Rebelde, joven comunista. Ella viene de traductora. Había nacido en Argentina el 19 de noviembre 1937, en Buenos Aires, y cuando tenía 12 años, los padres que eran comunistas, antifascistas - ya se había eliminado la noche negra del fascismo en Alemania - vuelven a la República Democrática Alemana a construir el socialismo.
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Cuando la Revolución estaba en su fase de liberación, de la lucha clandestina y en la Sierra, ella siempre trataba de acercarse a los cubanos que pasaban por la RDA y siempre estaba vinculada a Cuba, quería saber sobre Cuba.
Triunfa la Revolución en el 59 y en el 61... Primero, hay que decir que ella acompaña al Che, uno de los primeros cubanos que llega a negociaciones comerciales y ella es la traductora del Che por hablar perfectamente español y alemán; también Nuñez Jiménez, la Cra Hortensia Gómez que ya falleció, que era dirigente de la Federación Internacional de Mujeres. Tamara le dice a Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, que quería venir a Cuba, conocer la Cuba revolucionaria, triunfando la Revolución.
Llega en mayo del 61, se presenta enseguida a ser traductora porque como conocía tantos idiomas, cinco, cuatro idiomas, sabía francés, inglés, alemán, español y un poco de italiano. Entonces sencillamente se acerca al Ministerio de Educación, al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, despliega una energía tremenda y una gran disposición de trabajar. Empieza a construir una nueva vida porque ya ve que Cuba le da lo que ella soñaba: hacer una Revolución.
Es cuando nosotros la conocemos, en mayo...abril del 61, haciendo trabajo voluntario en una escuela creada por la Unión Internacional de Estudiantes, la UIE. Hacemos trabajo voluntario en la escuela de 11 y 4, en el Vedado. Allí simpatizamos, éramos jóvenes, divertidas, riendonos, haciendo chistes pero a la vez serias. Tamara era muy profunda a pesar de ser tan alegre y, allí, en el trabajo voluntario nos acercamos al Che.
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Después nos volvimos a ver en la Federación de Mujeres Cubanas, en la Dirección Nacional, trabajando junto con Vilma.
Tamara era redactora de un boletín que hacíamos llamado "Vida nueva", escribía como es natural la parte internacional. ... Nosotros nos declaramos socialistas en medio de Girón, del ataque mercenario y sencillamente ella nos empieza a hablar de Lenin, de Carlos Marx, Rosa Luxemburgo, Carlos Liebkniet, Ernst Thäelman... Empezamos a conocer personalidades comunistas, no sabíamos nada, éramos revolucionarios pero no sabíamos nada de socialismo.
Nos hablaba de la liberación de la mujer. ... Tamara decía que la liberación de la mujer no era acostarse con los hombres, ese concepto superficial, vacío... que liberarse no era acostarse por acostarse, hacer el amor. Era liberarse en el aspecto económico, mantenerse, estudiar... que la mujer y el hombre llegaran a amarse en igualdad de condiciones económicas, que la mujer trabajara, estudiara, que se desarrollara a la par del hombre. Para nosotros era descubrir otro mundo, otra concepción de la vida porque todas nosotras veníamos atadas por nuestra mentalidad... Los hombres, casarse señorita, en fin toda esa mentalidad, sino atrasada, la mentalidad de muchachas pueblerinas, la mentalidad española que teníamos.
Tamara me llevaba a su casa los fines de semana y nos quedábamos, cocinábamos malamente porque no sabíamos cocinar, íbamos a la playa al Círculo Ferretero. Vivía en la calle 20, en la casa que hace esquina. Conversábamos mucho, de cosas íntimas. Me daba consejos como si hubiera sido persona mayor aunque tenía veintitantos años como nosotras. ...
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Los fines de semana que pasaba en su casa, yo le veía las manos y los brazos muy arañados. Yo le preguntaba: "¿Tamara de dónde tu vienes, qué te ha pasado en esas manos?" "Estoy haciendo trabajo voluntario." Es que ella se estaba entrenando en condiciones difíciles. Lo supe más tarde cuando descubrí esa parte clandestina de su vida.
Tamara era revolucionaria y como tal, vivió. Ella logró situarse en las esferas más altas del gobierno boliviano, llegó a introducirse en los medios sociales, intelectuales, artísticos. Tenía una gran cultura que le sirvió para ser especialista en folclor boliviano. Ella se presentó como Laura Gutiérrez Bauer que era folclorista argentino-alemana y que venía hacer estudios. Realmente, son valiosos los estudios de la música autóctona de las diferentes regiones de Bolivia que Tamara hizo. Tengo entendido que también hizo una exposición de trajes bolivianos. Se hizo íntima amiga de los artistas más nombrados de Bolivia, para tener acceso a las fuentes oficiales y así preparar la guerrilla. Ella fue una de los que prepararon el desarrollo de la red urbana de la guerrilla. Llegó en 64 a Bolivia y del 64 al 66 preparó de una forma realmente ejemplar las condiciones para que el Che llegará junto con los demás compañeros.
Su deseo era combatir por la Revolución. Cuando me dijeron que Tamara era Tania, que la Laura Gutiérrez Bauer que estaba en Bolivia junto al Che era Tamara mi amiga, entonces contesté: "No me extraña".