Por Rodrigo Karasik
Es fundamental para cualquier militante contar con dos elementos esenciales que le permitan mantener su lugar y su entereza. Sobre todo en aquellos tiempos difíciles donde los éxitos se hacen desear y donde el panorama oscila de negro a amarillo Pro.
Por un lado el militante a nivel macro siempre debe manejar perfectamente los argumentos y discursos de su partido/agrupación/candidato/referente, etc. Cuestión fundamental para mantener la estructura orgánica de cualquier tipo de organización política. Por otra parte, a nivel micro y sobre todo en tiempos de vacas flacas, el militante debe tener perfectamente claros los ideales, los objetivos y los motivos que lo llevan a alinearse dentro de su respectiva fuerza, ya que quien duda hacia adentro es realmente difícil que pueda convencer hacia fuera y más difícil aun que obtenga la retroalimentación y el placer que debe generarle la actividad política tanto en las buenas como en las malas.
En este área de la conducta militante es en el que quiero profundizar por lo que este artículo va a estar dirigido a aquellos cuya idiosincrasia sea similar a la mía, ya que si bien perfectamente podría comunicarme a nivel macro con personas de cualquier orientación. En el nivel micro, de contenido mucho más personal, solo podré hacerlo con quienes compartan mi ideología es decir el Peronismo de Izquierda.
Planteadas estas cuestiones, se nos presentan cuatro posibilidades:
-Usted simpatiza con el peronismo de izquierda
-Usted simpatiza con la izquierda pero no está seguro de su peronismo
-Usted es peronista pero no simpatiza con el peronismo de izquierda
-Usted odia al peronismo y especialmente al de izquierda
En caso de que usted pertenezca a alguna de las dos primeras categorías le aconsejo seguir leyendo ya que esta nota está dirigida a usted.
En caso de pertenecer a la tercera lo invito a continuar leyendo como compañero aunque probablemente los argumentos planteados de aquí en más no lo identifiquen.
Por último si usted pertenece a la cuarta distinción, le aconsejo invite a sus amigos, compre bananas y juntos festejen su gorilismo.
Si usted sigue leyendo esta nota es porque pertenece a alguna de las primeras tres categorías
Para aquellos que desde el peronismo de izquierda o la izquierda a secas manifestamos nuestra adhesión y nos consideramos parte del Kirchnerismo, es importante comprender qué elementos a nivel micro nos ofrece este modelo más allá de aquellas características que en un análisis mucho más superficial generaron la relación del Kirchnerismo con la militancia de izquierda.
Es decir siendo mucho más concretos, tenemos que comprender por qué apoyamos este modelo más allá de los derechos humanos, de la reapertura de los juicios a represores, del fin de la obediencia debida y el punto final. Banderas que si bien conforman uno de los principales reclamos históricos de nuestra sociedad y son condición de posibilidad para poder superar el pasado ignominioso de nuestro pueblo, no pueden ser los únicos elementos que justifiquen la adhesión de nuestras conciencias al modelo, como se intenta plantear en infinidad de análisis simplistas.
Es importante comprender entonces qué ofrece el Kirchnerismo para alimentar nuestras conciencias y justificar nuestra adhesión.
En primer lugar considero que este modelo representa el elemento más simple y a la vez esencial y necesario para dar lugar a cualquier otro planteo subsiguiente y este es la creación de trabajo digno y por sobre todas las cosas con salario digno. Y digo esto sabiendo que más de uno acotará que no existe tal cosa como el salario digno, ya que el concepto mismo de salario lleva implícita la extracción de una parte de la fuerza de trabajo del hombre. Está bien, es cierto, pero también es fundamental comprender que existen ciertos periodos históricos, ciertas coyunturas en que la lucha por un salario digno es la lucha por la recuperación del trabajo como concepto. Alentar este modelo y alentar este gobierno significa alentar la recuperación no solo de un concepto sino de un concepto integrador. El trabajo como herramienta integradora de aquellos que se encuentran marginados del sistema es la primera bandera sobre la que tenemos que asentar nuestras conciencias.
Es decir nuestra primera lucha fundamental desde dentro del Kirchnerismo tiene que ser que los marginados vuelvan al trabajo. Todo lo demás es una simple consecuencia de este primer paso. El trabajo generará que los obreros se unan, se conozcan, tomen conciencia de sí mismos y de su potencial. Se sientan parte, creen sus propios sindicatos y puedan resistir a aquellos sindicatos dialoguistas, más amigos de la patronal que del trabajador. Así los trabajadores conseguirán una mejora en sus condiciones de vida, lo que se traducirá en una mejora en educación, en salud, en capital humano y en una mayor soberanía nacional ya que salir de la dominación económica es el primer paso para lograr la independencia política.
Sin embargo esta bandera no se puede levantar sola, sino que debe estar acompañada por otra que la complementa formando el par perfecto que debemos sostener y debe alimentar nuestras conciencias para la lucha por la profundización del modelo.
Me refiero a la integración latinoamericana. El unidos o dominados de Perón que este gobierno supo interpretar mejor que nadie. Se trata precisamente de concentrar las fuerzas de los pueblos latinoamericanos con quienes compartimos la misma historia de opresión.
Perón planteaba tres caminos necesarios a transitar para lograr la integración latinoamericana; ellos son: la evolución hacia nuevas estructuras, la integración geopolítica y la integración histórica.
Respecto a la primera, se puede observar un gran avance y renovación en la estructura del MERCOSUR como herramienta de coordinación económico-política que permitió sentarse a negociar con los Estados Unidos ya no como países aislados, sino como naciones integradas con el famoso 4 por 1 por el cual ningún integrante del MERCOSUR cerraría un acuerdo con el imperio si no existiese participación de los otros tres. A lo que se suma recientemente la implementación del banco del SUR que da a los países latinoamericanos una posibilidad de crecimiento con nuevas alternativas de financiamiento. Con un objetivo común en la igualdad, la equidad y la justicia social y no ya en la opresión, la dominación y el control económico y político.
Respecto a la integración geopolítica los avances durante este periodo fueron infinitos. Tanto en la coordinación política y económica con los demás países de Latinoamérica y el Caribe como en los avances para la integración al MERCOSUR de Bolivia y Venezuela.
Por último no hay que perder de vista la integración histórica. Sabemos que Latinoamérica funciona cíclicamente en su conjunto y que la realidad histórica y coyuntural de cada uno de sus pueblos se encuentra ligada a la del resto. Por lo tanto es más importante que nunca sostener el modelo latinoamericanista y a cada uno de sus gobiernos, ya que la derrota de uno solo de estos significaría el comienzo del ciclo hacia otro periodo de oscuridad y olvido para los pueblos latinoamericanos. Por otro lado la profundización del cambio mediante nuestra lucha significará la consolidación del modelo en todo el continente.
Por eso suceda lo que suceda, con o sin Kirchnerismo es fundamental como militantes tener bien presentes estos objetivos. En ellos se debe asentar nuestro convencimiento, de ellos debe partir nuestra voluntad para encausar el movimiento hacia su profundización y por ellos debe existir nuestra lucha ya que uno solo de nosotros debidamente convencido vale más que cien de ellos a sueldo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario