sábado, julio 18, 2009

Gamal Abdel Nasser

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(Alejandría, 1918 - El Cairo, 1970) Político y militar egipcio, presidente de la república egipcia entre 1954 y 1970. Hijo de un funcionario de correos, acudió a la escuela primaria en al-Khatatibah, una aldea en el delta del Nilo a la que aquel había sido destinado. Prosiguió sus estudios en El Cairo y participó en las frecuentes manifestaciones antibritánicas y antimonárquicas, lo que le supuso su primer ingreso en prisión a los 17 años acusado de conspiración. Tras la enseñanza secundaria y una breve estancia en una escuela de Derecho, en 1937 fue autorizado a ingresar en la Real Academia Militar cairota y tres años después se graduó como subteniente.

En 1948 combatió en la guerra contra Israel antes de ser hecho prisionero y posteriormente sirvió en Sudán, entonces bajo condominio anglo-egipcio. Nasser, a la sazón comandante, estableció contacto con otros jóvenes oficiales, igualmente descontentos con la derrota de los ejércitos árabes frente al pequeño Estado judío y la incompetencia y corrupción de la monarquía reinante, y en 1949 formaron la organización revolucionaria clandestina de los Oficiales Libres.

Nasser y sus compañeros, inspirados por un pujante nacionalismo árabe y los métodos de acción política de los Hermanos Musulmanes, maduraron su conspiración para derrocar al régimen del rey Faruk. En la noche del 22 de julio de 1952 el Comité de Oficiales Libres dirigió con éxito un golpe de Estado incruento que inauguraría un ciclo de revoluciones de similar signo en el mundo árabe. Nasser, ya con el rango de coronel, asumió la jefatura del Consejo de la Revolución y la comandancia de las Fuerzas Armadas, mientras que el general Muhammad Naguib, nominalmente el líder del movimiento, tomó la jefatura del Gobierno (desde 1953 también la presidencia de la nueva República).

El 18 de julio de 1953, coincidiendo con la abolición de la monarquía, Nasser fue nombrado viceprimer ministro y ministro del Interior, puestos desde los que reveló a los observadores su condición de hombre fuerte del nuevo régimen. La pugna entre Naguib, un moderado favorable al acuerdo con los países occidentales y a recuperar a sectores liberales de la monarquía, y Nasser, partidario de iniciar un movimiento nacionalista panárabe contra Israel y de adoptar el neutralismo frente a las superpotencias, se saldó a favor del segundo, que el 25 de febrero de 1954 se aupó a la jefatura del Gobierno y el 14 de noviembre destituyó definitivamente a Naguib y asumió la presidencia de la República. Días atrás, el 29 de octubre, la mayoría de los dirigentes de los Hermanos Musulmanes habían sido detenidos al acusarse a esta organización de planear un complot contra la vida de Nasser.

El 23 de junio de 1956 Nasser sometió a referéndum popular un proyecto constitucional que convertía a Egipto en una república socialista árabe de partido único, la Unión Nacional (creada por decreto el 28 de mayo de 1957) sistema presidencialista fuerte y con el Islam como religión oficial. Él, además, se presentó a elecciones presidenciales, de hecho un plebiscito al ser su candidatura la única permitida. El pueblo egipcio se pronunció favorablemente en ambas consultas con prácticamente el 100% de los votos.

La política exterior del nuevo Egipto nasserista dio un viraje radical. El 5 de febrero de 1955 el dirigente yugoslavo Tito lo recibió en Brioni para explicarle su propuesta de un tercer bloque mundial de países no alineados, Nasser fue uno de los participantes más destacados de la célebre Conferencia de Bandung (18-24 de abril de 1955) y los días 17-21 de julio de 1956 volvió a reunirse con Tito en Brioni junto con el primer ministro indio J. Nehru; quedó así definido el trío de grandes líderes del Tercer Mundo hasta mediados de los años sesenta.

El gran sueño de Nasser era aunar a los divididos pueblos árabes bajo el liderazgo egipcio para plantar batalla al enemigo irreconciliable, Israel, y lograr la verdadera independencia de Egipto, tanto en el campo político como el económico, perdida de hecho desde que las invasiones persas derribaron al último faraón hacía 2.500 años. Nasser desarrolló la reforma agraria (puesta en marcha el 8 de septiembre de 1952) y sometió la actividad económica al Estado. Nasser dirigió personalmente las negociaciones con el Reino Unido para la retirada de sus tropas del Canal de Suez, concluidas con acuerdo el 19 de octubre de 1954.

Puntal de los proyectos de desarrollo era la gran presa de Assuán, en la primera catarata del Nilo, con el fin de producir la electricidad requerida por aquellos y ganar desierto para el cultivo. Al principio se dirigió al Banco Mundial, EE.UU. y el Reino Unido en busca de financiación. Las conversaciones comenzaron el 17 de octubre de 1955 con el malestar de Washington, pues el 27 de septiembre anterior Nasser reconoció que la URSS y Checoslovaquia habían accedido a suministrarle material bélico, hecho de gran significación, pues quebraba el monopolio armamentístico de Occidente en Oriente Próximo. El 20 de julio de 1956 el gobierno americano canceló su oferta de ayuda aduciendo que el dirigente egipcio había incluido a los soviéticos en la empresa, decisión que secundó el gobierno británico al día siguiente. La tensión no repercutió en la retirada británica en curso y el 18 de junio el último soldado inglés abandonó Egipto.

La respuesta de Nasser al boicot occidental fue espectacular y provocó un terremoto internacional: el 26 de julio anunció en un discurso en Alejandría la nacionalización del Canal y la prosecución del proyecto de Assuán sin los fondos solicitados. Nasser quiso así presionar a Occidente como el medio de obtener la financiación de la presa y de paso ganó la adhesión entusiasta de las masas árabes, convirtiéndose en el campeón del emergente Tercer Mundo. Pero su osada apuesta tenía gravísimas implicaciones económicas y estratégicas para el Reino Unido y Francia, los principales accionistas del Canal.

Alarmados, los gobiernos británico y francés negociaron secretamente con el israelí (interesado por su parte en poner fin al cierre de Suez para sus buques, vigente desde 1949, y al más reciente del Golfo de Akaba, la salida al Mar Rojo, desde septiembre de 1955) la organización de un ataque conjunto contra Egipto para librarse de Nasser, su enemigo común. El complot militar quedó decidido en una conferencia en Sêvres los días 22-24 de octubre. El plan establecía que Israel invadiría el Sinaí; las operaciones militares pondrían en peligro la seguridad del Canal, ante lo cual Londres y París instaron a Israel y Egipto a poner fin a las hostilidades; Israel aceptó y Egipto, presumiblemente, no, ofreciendo el pretexto para la intervención franco-británica dirigida a ocupar el Canal.

La ofensiva israelí comenzó el 29 de octubre con un ataque sorpresa que hizo grandes progresos en el Sinaí y penetró hasta las cercanías del Canal a la altura de Ismailía. El día 30 Londres y París presentaron su ultimátum, Egipto lo rechazó y al día siguiente los aliados comenzaron a bombardear los aeródromos egipcios y enviaron paracaidistas a Port Said e Ismailía, a las que se sumó Suez el 5 de noviembre.

Nasser no tenía ninguna posibilidad de derrotar militarmente a sus atacantes pero la indignación internacional y las presiones conjuntas de EE.UU. y la URSS para el cese de la intervención jugaron a su favor. La ONU exigió la retirada aliada y reconoció la soberanía egipcia sobre el Canal, el 6 de noviembre se llegó a un alto el fuego y el 22 de diciembre reembarcó el cuerpo expedicionario franco-británico. Nasser completó su victoria al año siguiente con la retirada israelí del Sinaí, una vez obtenido el gobierno judío (29 de marzo de 1957) el levantamiento de los bloqueos navales de Suez y Akaba.

Los años inmediatos a la crisis de Suez marcaron el apogeo del Egipto nasserista y el fortalecimiento de la colaboración con la URSS. Fuerzas políticas y movimientos militares tomaron el discurso panarabista y socialista del rais en otros países de la región. El 1 de febrero de 1958 Nasser y su homólogo sirio Shukri al-Kuwatli anunciaron en El Cairo la unión de ambos países en un solo Estado que tomó el nombre de República Árabe Unida (RAU), al que sumó Yemen el 2 de marzo. Sin embargo, en Siria pronto surgió descontento por el centralismo egipcio y el autoritarismo del ejecutivo presidido por Nasser, y el 28 de septiembre de 1961 un golpe de Estado militar en Damasco provocó la separación del país. Nasser no se opuso al hecho y mantuvo el nombre de RAU para Egipto.

En 1958 realizó una triunfal gira de tres semanas por la URSS y en la Plaza Roja de Moscú pasó revista junto con N. Kruschev al desfile del Primero de Mayo. En 1964 recibió la mayor condecoración de la URSS, Héroe de la Unión Soviética, que nunca antes fuera concedida a un extranjero. Aunque la luna de miel con Moscú no se libró de serias fricciones, por la persecución de comunistas durante la unión con Siria, la denuncia de los comunistas iraquíes y la absorción del PC egipcio por el partido oficial en 1965, lo cierto es que Egipto recibió el 43% de toda la ayuda soviética al Tercer Mundo entre 1954 y 1971. Los dirigentes soviéticos también comprendieron que, como otros líderes del Tercer Mundo, Nasser era ideológicamente insobornable y el trato hacia él debía ser más respetuoso que el aplicado a los regímenes comunistas de Europa del Este.

Al comenzar la década de los sesenta Nasser acentuó el dirigismo estatal y socializante de la economía, extendió las nacionalizaciones a los bancos y las compañías de seguros nacionales (las firmas francesas y británicas lo habían sido el 15 de enero de 1957), los astilleros y diversas empresas industriales (julio de 1961) y decretó una segunda reforma agraria (1962). Su poder interno, que nadie osaba contestar por la eficacia de los métodos policíacos, se consolidó con la presentación, el 21 de marzo de 1962, de una Carta Nacional que sustituía a la Unión Nacional por la Unión Socialista Árabe (USA, constituida formalmente el 24 de septiembre de 1962) como partido único y definía los principios socialistas de la República. El 15 de marzo de 1965 su presidencia fue nuevamente plebiscitada en las urnas.

Pese a los reveses de su proyecto panárabe, Nasser no había perdido un ápice de su enorme prestigio en el mundo árabe. El Cairo y Alejandría fueron escenario de numerosas conferencias de estadistas que hacían balance de los avances en la unión árabe y diseñaban estrategias de actuación contra Israel. En 1964 la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fijó su primera sede en El Cairo, y hasta la llegada de Y. Arafat a su jefatura en 1969 Nasser mantuvo un importante control e influencia sobre un movimiento que consideraba instrumental en la lucha contra Israel y que no quería perder de vista por su nacionalismo particular, a menudo radical. Por otro lado, el 13 de mayo de 1964 obtuvo un gran éxito de propaganda con la inauguración de la presa de Assuán, construida con la ayuda soviética, que entró en servicio en 1968.

El creciente belicismo frente a Israel de Nasser, víctima de su propia retórica e imagen heroica que había creado de sí mismo, alcanzó un punto de no retorno en 1967. Repitiendo la escalada de 1956, el 17 de mayo exigió a la ONU la retirada de los cascos azules de la UNEF -que desde 1957 se interponían entre ambos ejércitos en el Sinaí y Gaza- cerró Akaba a la navegación israelí, desplegó tropas en la frontera y fortificó las defensas de Sharm El Sheik, en el extremo sur de la península del Sinaí, frente al Estrecho de Tirán y la salida al Mar Rojo. Mal informado por los soviéticos, Nasser estableció una alianza militar con Siria y Jordania y redobló sus amenazas.

Creyendo la inminencia de un ataque, el 5 de junio Israel lanzó una formidable ofensiva que en las primeras horas aniquiló a la aviación egipcia en sus aeródromos y arrolló las defensas terrestres del Sinaí. El día 8 las unidades israelíes completaron la ocupación de la península y alcanzaron el Canal por tres puntos, Port Said, Ismailía y Suez. En cuatro días de lucha el ejército egipcio había sido desbaratado con un balance 11.000 soldados muertos, 5.600 prisioneros, 1.000 vehículos de transporte y 700 tanques destruidos, y 70.000 toneladas de munición y equipos perdidas. Las mejores tropas egipcias -40.000 hombres- combatían en Yemen y no pudieron llegar a tiempo.

Nasser, que siempre había insistido en que no entraría en otra guerra con Israel hasta que no se dieran las condiciones de la superioridad militar y la unidad árabes y el aislamiento diplomático del Estado judío, primero acusó a EE.UU. de participar en los bombardeos (lo que no era cierto), por lo que rompió las relaciones diplomáticas y cerró el Canal a toda la navegación. Pero el día 9, abrumado por el desastre, aceptó públicamente sus responsabilidades y puso su cargo a disposición del país, lo que no fue aceptado por el Parlamento y la población, que volvió a aclamarle en manifestaciones masivas. Tras la derrota en la guerra de los Seis Días Nasser ya no sería el mismo.

En los últimos años de su vida Nasser adoptó una actitud sensiblemente más realista frente a Israel, pese a las declaraciones incendiarias sobre la reconquista de los territorios ocupados y a la continuación de enfrentamientos esporádicos de mayor o menor gravedad, dentro de la extraña "guerra de desgaste" que se prolongaría hasta la cuarta conflagración, en 1973. El 17 de julio de 1970 aceptó el Plan Rogers de EE.UU., que establecía un compromiso de aceptación de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, un alto el fuego en el Canal durante 90 días y su eventual desmilitarización en una franja de 20 km, así como su reapertura al tráfico naval. Nasser se había encontrado en su viaje a Moscú el 29 de junio anterior con que los soviéticos le condicionaban la entrega de armas a la aceptación del plan.

El último servicio de Nasser a la nación árabe fue su mediación en el Septiembre Negro jordano, la sangrienta guerra civil entre el ejército hachemita y los fedayin palestinos de la OLP. El 27 de septiembre de 1970 consiguió en El Cairo que el rey Hussein y Arafat firmaran un cese de hostilidades, pero a pesar de su amplia sonrisa durante el acto, gesto que siempre acompañó a su exuberante personalidad e imponente físico, Nasser estaba agotado y al día siguiente, 28 de septiembre, un fulminante ataque cardíaco acabó con su vida. El 1 de octubre cinco millones de egipcios rindieron, entre escenas de histeria, homenaje a su líder desaparecido, luto que fue mantenido en muchos países de Oriente Próximo, África y el mundo islámico en general.

viernes, julio 17, 2009

para no olvidar...

A. Calamaro

De un tiempo perdido
a esta parte, a esta noche ha venido,
un recuerdo encontrado para quedarse conmigo.
De un tiempo lejano a esta parte, ha venido esta noche,
otro recuerdo prohibido, olvidado en el olvido.
Sentimentalmente para remediarlo,
voy a quedarme contigo para siempre,
pero puede que te encuentre últimamente;
entre tanto me confundo con la gente.
Sentimentalmente nuestro por ahora,
ese nido que el olvido ha destruído,
y si el viento me devuelve a tus orillas...
Serenamente, será dormido,
serenamente, será dormido.

De un tiempo lejano, a esta parte a venido perdido
sin tocarme la puerta, recuerdo entrometido.
De un tiempo olvidado ha venido un recuerdo mojado,
de una tarde de lluvia, de tu pelo enredado.

Como siempre que se cambian los papeles,
voy a quedarme dormido en tu cintura,
y si me despierta el día presumido
déjame quedarme un poco en las alturas.
Para que tocar el tiempo que nos queda,
para que tocar el tiempo que se ha ido,
si mi vida es un regalo y un presente...
Mitad despierto, mitad dormido,
mitad abierto, mitad dormido.

Sólo sé que no sé nada de tu vida
sólo me colgué una vez en el pasado,
presenté mis credenciales a tu risa
y me clavaste una lanza en el costado.
Creo que no te dejé jugar con fuego,
sólo nos dijimos cosas al oido
y si un día te encontrara una mañana...
Será posible, será dormido,
será posible, será dormido.

Y si un día te encontrara una mañana...
Será posible, será dormido,
será posible, será dormido

el sentido de las estadisticas....

Siete de cada diez bonaerenses dijeron NO a Kirchner
Siete de cada diez bonaerenses dijeron NO a De Narváez
Siete de cada diez porteños dijeron NO a Macri
Siete de cada diez cordobeses dijeron NO a Juez
Nueve de cada diez bonaerenses dijeron NO a Sabbatella
Ocho de cada diez bonaerenses dijeron NO a Stolbizer
Ocho de cada 10 porteños dijeron NO a Solanas

Pero sólo perdió Kirchner ¡Hop! ¡Maravilloso!

martes, julio 14, 2009

Esto le puede pasar a honduras?

El Golpe

Por Martín García (ACAPI - Asociación de Comunicadores de Argentina por Internet)

Un relarto de política-ficción (o no tanto) a través de posibles titulares de diarios


Clarín, domingo 26 de julio


La Casa Rosada fue tomada por doscientos efectivos del ejercito en horas de la madrugada de este domingo de 26 de julio, secuestrando y posteriormente expatriando a la presidenta constitucional Cristina Fernández.

La Corte Suprema de Justicia solicitó la expulsión de la presidenta al considerar extremadamente peligroso para la democracia argentina los nexos, cada vez más cercanos, de ésta con el líder de la revolución venezolana, el eterno golpista, Hugo Chávez.

La presidenta Cristina Fernández, vestida solo con su pijama, fue abandonada en el aeropuerto de Lima esta mañana. El presidente peruano, Alan García, le brindó la hospitalidad de su gobierno y dijo no saber nada, hasta hace pocos minutos, sobre el secuestro y expatriación de su homónima Fernández a la vez que se autopropuso como mediador entre las partes.

Declarando un vacío de poder, y en medio de manifestaciones espontáneas alrededor del la casa presidencial que exigen el retorno de Fernández, esta tarde, en asamblea extraordinaria, el Congreso Argentino juramentó a la nueva presidenta, Elisa Carrió, quien en rueda de presa, culpó al culpable de siempre del daño que ha sufrido la democracia argentina y aseguró que este golpe de estado estaba ajustado a derecho y, por lo tanto, de ahora en adelante no se llamará golpe sino sucesión forzosa.


CONDENA UNÁNIME A SUPUESTO GOLPE QUE EN REALIDAD FUE UNA SUCESIÓN FORZOSA

La Nación, lunes 27 de julio.

Anoche, los países miembros de la del OEA, a través de sus cancilleres, decidieron por unanimidad condenar el golpe de estado, que no se llama golpe, y exigir el retorno inmediato al orden constitucional so pena de ser expulsada Argentina de dicho organismo hasta que esto suceda. Otro tanto hicieron la ONU y la Unión Europea y, de modo menos contundente, el departamento de Estado de los EEUU.

"Mostrando una impresionante ignorancia de la realidad nacional y una tendencia marcadamente izquierdista, la Organización de Estados Americanos (OEA), esa misma que semanas atrás aprobó en San Pedro Sula el ingreso de Cuba como miembro de dicho organismo, condena hoy los hechos democráticos y soberanos acaecidos en la República Argentina que dieron fin a la nefasta injerencia del régimen castro chavista violadora de nuestra soberanía y de dignidad como pueblo.’’

Así expresó su descontento ante la declaración del la asamblea general de la OEA, la recién juramentada presidenta electa, electa si, por los miembros del congreso que también son pueblo aunque no lo parezcan.


Bloquean pista de aterrizaje para evitar el regreso de la Presidenta Fernández.

Argenpress, lunes 27 de julio

En horas de la tarde de este domingo, tal como lo había advertido en rueda de prensa, la presidenta Fernández intentó retornar al país mientras un centenar de miles de simpatizantes de la mandataria se congregaron en los alrededores del aeropuerto internacional de Ezeiza para apoyar su regreso.

Minutos entes de ser divisado el avión en el que viajaba la presidenta, la manifestación popular fue reprimida por las Fuerzas Armadas dejando un saldo de dos muertos y varias decenas de heridos.

La pista donde aterrizaría el avión que transportaba a Fernández y sus acompañantes, entre quienes figuraban el presidente de la asamblea general de la ONU, el padre D’Escotto, fue bloqueada por camiones militares y tropas, para evitar en descenso del aparato.

Los pilotos del mismo tuvieron que abortar la maniobra y regresar a Ecuador, donde esperaban Miguel Insulza y el presidente Correa.


Otros titulares relacionados

- El ejército reprime manifestaciones populares.
- Detenidos embajadores de Venezuela, Ecuador y Bolivia.
- Líderes de organizaciones sociales son amenazados por gobierno de facto.
- Cerradas emisoras comunitarias.
- Allanan violentamente la radio Jesuita con la orden de callar o atenerse a las consecuencias.


De torturador a ministro

Asesinan a dirigente social.




DESIGNADO NUEVO GABINETE

La Nación, 30 de julio

La flamante presidenta electa, ya no por simples y ordinarios votos, sino por aclamación popular, ha designado al gabinete que conducirá al país a su destino glorioso, ahora que es libre de la asfixiante sombra del chavismo.

Entre los nuevos ministros cabe resaltar la acertada elección de Alfredo Astiz como titular de la cartera de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.


Expulsados agitadores chavistas que simulaban ser periodistas.

Clarín, 9 de agosto

Los organismos de seguridad del gobierno democrático encabezado por la excelentísima señora presidente Elisa Carrió han capturado y expulsado a agitadores enviados por el régimen venezolano para perturbar la paz social alcanzada por el gobierno electo que cuenta con la aprobación del 99.9% de los argentinos educados y decentes.

Estos mercenarios del desorden popular simulaban ser periodistas pero cometieron la torpeza de traer acreditaciones de Telesur, la cadena internacionalmente conocida por su lazos con organizaciones terroristas.

Descubiertos in fraganti grabando manifestaciones al momento de ser ordenadamente guiadas de regreso a casa por diligentes soldados democráticos, el comandante de la fuerza especial antiterrorismo mediatico, decidió actuar y en un gesto soberano y patriótico expulsó del suelo nacional a los autodenominados periodistas dando un golpe mortal a quien los dirige desde su país convertido en cuartel a la orilla del mar Caribe.


SE LEVANTA EL TOQUE DE QUEDA

Reuters, 10 de agosto

A partir de esta hoy no habrá más toque de queda en la recién liberada nación argentina. Una vez neutralizados los focos violentos, compuestos en su mayoría por mercenarios chavistas, la paz regresa a las pujantes calles argentinas.

Sin periodistas de dudosas cadenas que transmitan al mundo pírricas manifestaciones de apoyo a la ya olvidada ex-presidenta Fernández, sin testigos vía satélite que puedan distorsionar los esfuerzos pacificadores y conciliatorios del nuevo gobierno constitucional con las pocas organizaciones sociales que insisten en continuar la huelga general que lleva ya dos semanas, libres del peligros intervencionista que representa Chávez, no consideran la presidenta Elisa Carrió que exista la necesidad de someter al pueblo a las incomodidades que provoca el toque de queda.

Como se ve, en tan solo dos semanas el país austral retorna a la normalidad, a pesar las durísimas consecuencias económicas que le significan el estar aislado de la comunidad internacional, mientras el neo dictador caribeño se ahoga en la fetidez de la derrota.


POR QUÉ SE DEBE IR GUILLERMO MORENO? TODO LO QUE UD. NO SABÍA DEL INDEC LO PUEDE LEER EN ESTE INFORME DE RICARDO PATRICIO NATALUCCI.

DESPUÉS SE PODRÁ EXPLICAR POR QUÉ ESTÁN PIDIENDO A GRITOS QUE SE VAYA GUILLERMO MORENO.







EL PODEROSO Y OSCURO INDEC ARGENTINO









Un director asesinado o desaparecido tras el golpe de estado de marzo de 1976 -Carlos Noriega-, y años después el miedo interno al regreso del terror con la delirante hipótesis de un secretario de programación económica -Orlando Ferreres- que acusaba a los encuestadores del instituto de complotar contra el gobierno saboteando las cifras por ser según él infiltrados de izquierda.


Las facultades extraordinarias que el organismo tiene para obligar a las empresas a informarle sus costos, insumos, y necesidades crediticias, (información que en conjunto vale miles de millones de dólares en el mercado negro), y la posibilidad de retrasar, adelantar, o manipular informes sobre la evolución de la pobreza, el desempleo, y otras variables, particularmente en épocas de elecciones y recambios presidenciales, son algunos ejemplos de la importancia política y económica del INDEC que nos llevan a haber incorporado en este título la expresión "poderoso". Cualquiera que saque algunas cuentas sobre el valor económico y estratégico de los datos que maneja el INDEC, sobre su facultad de obtención compulsiva de información, y sobre la difusión que alcanzan sus informes, verá que es varias veces más poderoso que, por ejemplo, la mismísima SIDE, la central de inteligencia del estado. Los huecos en las publicaciones metodológicas, la falta de información desagregada, los sobres sin membrete o con direcciones de remitente inexistentes que se reciben en algunas editoriales, enviados por manos anónimas que en realidad pertenecen a algunos de los más altos directivos del instituto, la persecución que la cúpula ejerce sobre los técnicos y funcionarios que no acepten los pactos de silencio y los códigos secretos internos, son, por su parte, ejemplos que justifican que tildemos de "oscuro" a un ente cuya finalidad debería ser únicamente producir información pública confiable y transparente para ayudar a la toma de decisiones gubernamentales y privadas. Esta investigación especial de Dossier quiere entonces hechar luz sobre el funcionamiento de ese instituto, y será constantemente actualizada con los hechos que se produzcan tras su difusión, es decir que quien esté interesado podrá seguir mes a mes, desde estas páginas, las novedades sobre el tema que ahora abordamos. Comenzamos con la publicación del INFORME NATALUCCI, un trabajo donde se demuestra con gráficos, comprobaciones, y ejemplos matemáticos el fraude en la medición de la inflación. Este documento es una actualización de aquel originalmente caratulado como "confidencial y reservado" encargado a Natalucci en 1985 por Luis Beccaria, quien era director del INDEC, y por el cual el autor fuera cesanteado. El informe fue aumentado y actualizado en 1989 para el presidente Alfonsín, y ahora nuevamente actualizado en el año 2000 con los datos más recientes, pero manteniendo su concepción original, y las mismas críticas y denuncias que se habían hecho hace ya quince años. Dicho documento cobra nueva vigencia en estos días, ya que el INDEC tiene en agenda para el 4 de mayo la presentación de una nueva base de cálculo, la que según el autor es una nueva vuelta de tuerca en la manipulación que se viene practicando, y porque se advierte que por un efecto paradójico de las fórmulas del INDEC, en determinadas circunstancias esas fórmulas podrían causar que se desate nuevamente la hiperinflación.

REPÚBLICA ARGENTINA INFORME NATALUCCI SOBRE EL INDEC

Dedicatoria


A pocas cuadras de mi casa hay un barrio muy pobre. Hace unos meses esperaba ser atendido en la ferretería cuando un hombre pidió que le llenaran de kerosene una botella plástica grande, de esas que traen las bebidas gaseosas. Cuando el ferretero regresó del fondo con el kerosene y le dijo el precio a su cliente, éste, muy incómodo, le pidió que volviera a vaciar un poco, porque no tenía dinero suficiente. En muchos hogares el precio que tenga el kerosene significa todavía la diferencia entre una noche soportable o una noche helada, pero para el Indec ese producto literalmente ya no existe, ya no se usa. "El próximo índice le dará más importancia a las cosas que hacen más placentero el pasar de la gente, como los perfumes y los masajes" le dijo a Clarín el director del Indec Héctor Montero en plena crisis económica de 1995. Este Informe está dedicado a cada una de las familias que día a día deben hacer prodigios para lograr el sustento, pero también a quienes teniendo una buena posición económica desean que no se discrimine a quienes no la tienen. También está dedicado, y muy especialmente, a ese dramaturgo cuyo nombre no recuerdo, que les dijo a los políticos algo más o menos así: Sean demócratas o totalitarios, sean republicanos o monárquicos, sean socialistas o liberales, pero por favor no sean mentirosos.
Ricardo Patricio Natalucci

El fraude estadístico

Capítulo 1

"Desde adentro"



El 12 de junio de 1989 se recibía en la Casa Rosada, en Buenos Aires, un informe destinado al presidente Alfonsín. Un sello indicaba "CONFIDENCIAL Y RESERVADO". Ellos le agregaron otro sello que semejaba un gran reloj redondo marcando la fecha y hora de recepción. Eran las 7 de la tarde. El informe contenía gráficos y cálculos que probaban que el nuevo sistema con el que se pretendía medir la inflación desde allí hasta el año 2000 era un fraude, y que por un efecto paradójico, cuando el siguiente gobierno tendiera a estabilizar la economía podría desatar nuevamente la hiperinflación, por lo que se aconsejaba suspender su puesta en uso. Pero ya era tarde para pedirle a Alfonsín una decisión así, porque precisamente en ese momento ultimaba los detalles del mensaje al pueblo en el que anunciaría su renuncia, agobiado justamente por esa maldita hiperinflación que ya no se sabía como controlar, disimular, o medir. Se cerraba un círculo que había comenzado con la excusa de actualizar la medición de los precios de acuerdo a los consumos de la época y terminó con la manipulación descarada de la realidad. Y fue así como el nuevo gobierno -el de Carlos Menem-, nació prematuro, pero con un nuevo índice de precios bajo el brazo, curioso regalo de sus antecesores, quienes no llegaron a disfrutarlo. Loa más altos funcionarios del gobierno entrante también estaban al tanto de las críticas que el autor de aquel estudio le hacía al nuevo sistema de cálculo, pero no sabían a quien creerle, y la tentación de aprovechar un fraude gratis, preparado por un gobierno anterior a quien eventualmente hecharle la culpa, era muy grande. Poco después, en septiembre, tal como había anticipado aquel informe, el nuevo método del Indec se les volvió en contra, y dio dos puntos más que cualquiera de los otros indicadores gubernamentales o privados, echando por tierra el plan de estabilización y de paulatino equilibrio de mercados del nuevo gobierno. A tanto llegó la cosa que al finalizar ese mismo 1989 la hiperinflación ardía de nuevo en la Argentina. Algunos funcionarios como Orlando Ferreres y Pablo Chaliú tuvieron su única neurona ocupada en suposiciones ideológicas macartistas, insistiendo tercamente en que la metodología era buena y acusando a los encuestadores de boicotearla, porque eran, según ellos, infiltrados socialistas. Otros integrantes del nuevo gobierno, más lúcidos, se dieron cuenta de que lo que había pasado era que las advertencias del informe eran ciertas, y llamaron al técnico que lo había realizado, pero este, al ser consultado sobre el comportamiento del indicador en los próximos meses, les explicó que ahora que el regreso a la hiperinflación ya era un hecho, el índice fraudulento volvería a dar de menos, y por eso los muy pícaros decidieron conservarlo. Ahora el índice del Indec volvería a mentir hacia abajo. Todos sabían que en los últimos y alocados treinta días del año los precios de todos los consumos de una familia tipo se habían duplicado. Por eso, cuando el pintoresco Secretario de Estado de Planificación Moisés Ikonicoff anunció que desde el observatorio oficial de precios de Buenos Aires habían medido un 40% de aumento en lugar del esperado 100%, no le creyó ni su familia, y al día siguiente, en todas las ciudades y pueblos del país, en las terminales de ómnibus, alrededor de los quioscos de las plazas, en los bares del centro, dentro de las casas, la gente comentaba la absurda información oficial y algunos afortunados poseedores mostraban la primera plana del diario PAGINA 12, donde aparecía el funcionario con la nariz crecida, como en el cuento de Pinocho, tapa que se convertiría en objeto de colección. Aunque el anuncio gubernamental del 40% de inflación fue tomado por una vulgar mentira, en realidad tenía un componente más elaborado y más técnico: estábamos ante un caso novedoso de fraude estadístico.

Para mí esa historia había comenzado en 1980, es decir en plena época de gobierno militar. Por aquel entonces acababa de gastar mis ahorros en un proyecto de lo más extraño iniciado un año antes, al alquilar una antigua casona en el centro de Quilmes a la familia Rebolé, e instalando allí una especie de taller y laboratorio con la idea de realizar investigaciones técnicas y científicas para terceros. Solía decir un poco en broma que me había convertido en un mercenario de la ciencia. La casa lindaba con las vías del ferrocarril, en una calle cortada sobre la que pasaba un puente. Acostumbraba estar trabajando en dos o tres proyectos al mismo tiempo, por lo que se encontraban allí elementos de todo tipo y de lo más insólito. Tenía su encanto. Entre las casas de la cuadra y las vías ferroviarias había un pasillo angosto, por el que de vez en cuando se aventuraba alguna persona que aprovechaba para curiosear por la ventana. Cierta vez una pareja de jóvenes se quedó un buen rato mirando hacia adentro mientras yo trabajaba, protegido con un guardapolvo blanco de farmacéutico, frente a una mesa en la que había desde un osciloscopio electrónico hasta humeantes tubos de ensayo. Tal vez ayudó la circunstancia de que mientras trabajaba estaba escuchando música, o fueron los extraños reflectores de luz monocromática circularmente polarizada de un experimento óptico, lo cierto es que luego de un rato los jóvenes que miraban por la ventana se atrevieron a preguntar -Se puede pasar?, Ya inauguraron?, Es bailable?. Me referí a todo eso en pasado, por la lejanía de la época, pero hace poco tiempo pasé por allí, y siguen estando el pasillo bordeando las vías, el puente que las cruza, y aún una parte de la casa. Los gatos murieron. Sea como sea, el poco dinero que entraba por los trabajos de encargo lo gastaba en proyectos propios de investigación, y al terminarse los ahorros el mercenario científico tuvo que volver a comprar "Clarín" para buscar empleo. "INDEC necesita encuestadores y calculistas.". Marqué el aviso. Sonaba aburrido pero para salir del paso podría servir. Tras la primera entrevista me comenzó a parecer un poco más interesante. Se trataba del proyecto de actualizar el sistema de medición de la inflación, técnicamente llamado IPC, es decir Indice de Precios al Consumidor. Por otra parte entraba como supervisor, y con la perspectiva de cargos más altos en poco tiempo, ya que la tarea recién comenzaba y el grupo de gente inicial del que formaría parte quedaría luego a cargo de todo el equipo que se incorporara para la etapa definitiva. Eran los años bravos entre las últimas acometidas de subversión y represión y la guerra de Malvinas del '82, y las oficinas que ocupábamos se ubicaban en el piso once del mismísimo Palacio de Hacienda, es decir donde funcionaba el poderoso Ministerio de Economía, en Plaza de Mayo, al lado de la Casa de Gobierno. Se vivía un clima muy particular en ese edificio que conservaba aún algunas de las marcas visibles del bombardeo del año '55, y que se había convertido en el '76 en una especie de fortaleza con celosas medidas de seguridad. Se cerró un pasaje que comunica directamente la línea "A" de subterráneos con el subsuelo del Ministerio (si pasa usted por allí todavía puede verlo), y en las entradas de Balcarce y de Yrigoyen personal policial revisaba nuestras credenciales y era muy difícil que pudiera entrar alguien que no fuera de la casa. Se habían incorporado ya detectores de armas y de explosivos. La Plaza era escenario de manifestaciones, pedradas, corridas, gases lacrimógenos, balas de goma y de las otras. Conservo de esos años imágenes sueltas, parecidas a viejos óleos que guardara el museo de un país lejano: abucheos al General Galtieri en marzo del '82, vítores al mismo General una semana después y a poco nuevos y definitivos abucheos y nuevos tumultos y una mujer lisiada en su silla de ruedas enarbolando una bandera del Partido Comunista. Era el clima que vivía el país, sólo que allí estaba -al menos simbólicamente- el epicentro. La cosa no era nueva para mí. Aún sin interesarme en lo más mínimo por la política, había necesitado desde siempre averiguar y vivir los hechos por mí mismo, y no que me los contaran. Necesitaba ver las cosas desde adentro. Había estado en esa plaza cuando asumió Cámpora, y tenía a los Montoneros a un lado y al ERP al otro. Se gestó allí mismo, a la altura de Rivadavia y Reconquista la idea de ir a abrir las cárceles. Y estaba en esa lluviosa tarde camino a Ezeiza, donde iba a retornar Perón. Cómo explicarlo? No iba a ver a los actores sino a meterme entre el público. A tratar de entender una motivación que yo no compartía, desde adentro. Igual que tomar un vino en un bar de Avenida de Mayo con un boxeador acabado hacía décadas. Cosas que no son ni lindas ni feas, simplemente son. Además de ocupar el INDEC dos pisos en Economía, dependía orgánicamente de ese Ministerio. Así suele ser en los gobiernos militares y peronistas, lo que produce en las estadísticas nacionales una tendencia exagerada a ver todo desde el punto de vista economicista. Formalmente parece más sana la costumbre de los radicales, que lo ponen a veces bajo la órbita de Presidencia, a través de una Secretaría de Estado de Planificación, aunque tal diferencia teórica dista mucho de observarse en la realidad, donde las estructuras formales se ven desbordadas por un tipo más sutil de eslabones de poder. Los militares consideraban al INDEC un potro difícil de domar, que corcoveaba fiero hacia la izquierda desde los tiempos en que Cámpora -según aseguraban- lo había copado de subversivos. En cierta forma los sectores de izquierda coincidían con esa opinión, al describirlo con sus propias palabras como un baluarte de la más selecta intelectualidad progresista. Se trataba realmente de una misma creencia, expresada desde dos diferentes puntos de vista, con las palabras y los sentimientos propios de cada uno de ellos, creencia que todavía subsiste en este nuevo siglo, tal vez sin mayores fundamentos en uno u otro sentido, ya que las ideologías se fueron diluyendo y confundiendo con el paso del tiempo. Mi impresión es que sus integrantes tienen la variedad de opiniones de la sociedad argentina en su conjunto, y hoy conviven unos y otros, a veces en el mismo equipo de trabajo, tal como los vemos compartir un mate en la mesa electoral de cualquier lugar del país el día de comicios. Por supuesto que en aquellos años había una tensión exacerbada, donde unos creían aún ver a un montonero en cada rincón y otros elevaban la figura ya transformada en mito de Carlos Noriega, director del INDEC desaparecido en aquel 1976 como otros cinco o seis integrantes de ese instituto. En el '80 el Ministro todavía era Martínez de Hoz, que había elegido para director del INDEC a Juan Cayetano Olivero. Aún recuerdo la circunstancia graciosa en que conocí a este último: al llegar aquel día a mi oficina noté la presencia de gente a la que no había visto antes, y que supuse serían los nuevos encuestadores. Uno estaba en el lugar de paso, por lo que, dándole una palmadita en el hombro le dije 'me permitís pasar, flaquito?'. Como yo ya era de la casa, y ellos se suponía que eran nuevos, me pareció lógico el trato. Además estaba agrandado porque para esa misma tarde estaba proyectada la reunión con Olivero, la primera que se haría con el equipo desde mi ingreso poco antes. Apenas comenzada su exposición, y cuando estaba explicando los motivos de la misma, el director -que no era otro que aquel a quien yo había palmeado- notó mi presencia entre los asistentes, por lo que se interrumpió un instante para agregar sin poder contener una sonrisa: "...y también quiero aprovechar para presentarme a los que todavía no me habían conocido".

Como en aquellos inicios quienes trabajábamos en el proyecto del nuevo índice conformábamos un grupo pequeño, nos teníamos que bastar para hacer un poco de todo, desde encuestas piloto y mapas de los alrededores de Buenos Aires hasta los controles de los cálculos que realizaba el Centro de Cómputos, que estaba en el piso doce. Es asombroso el poder de adaptación del ser humano. Ya ni recordaba la época de mi laboratorio y hasta parecía divertida la nueva actividad: el sol del verano durante seis horas a campo descubierto trazando planos, protegernos con mi compañera de una repentina lluvia en una casa abandonada y semidestruída, cruzar en un jeep o en un tractor una zona anegada, para llegar a tiempo al ministerio, ya sin las botas de campo y con otras ropas, para asistir a algún acto oficial en el salón Padilla, o para revisar una nueva salida de un programa de computadoras. Uno de esos días no tuve tiempo de ir por casa a ducharme y cambiarme, y no se me ocurrió mejor idea que entrar al ministerio así, con botas altas embarradas, pantalón de jean, remera negra de manga corta, mis estuches de cuero con montones de cosas prendidas al cinto. Seguramente hasta estaría fumando uno de mis enormes habanos, o peor aún, la pipa. Había nuevo personal de custodia, pero me dejaron pasar. Antes de subir al piso me daría allí mismo una refrescada. Pero la puerta del baño se abrió de una patada y entraron tres o cuatro militares con fierros que les salían de todos lados. No se puede creer las delicadas contorsiones que uno tiene que hacer, y los cuidados que uno tiene que tener para realizar el simple acto de sacar la credencial del bolsillo trasero sin que pensaran que un animal salvaje como yo en ese palacio sacara un arma y que fuera lo que fuese. Después de calmados los nervios uno de ellos le explicó a sus colegas, como si yo no existiera: "debe ser uno de esos agrimensores que contrataron hace poco".

La parte más grata y más sana del trabajo siempre fue para mí la que se hacía al aire libre. Tenía algo de aventura o, si se quiere, de juegos infantiles. Claro que formalmente lo que hacíamos se llamaba estratificación y determinación de envolvente, pero las sensaciones poco tenían que ver con esos términos técnicos, y junto con mi acompañante -casi siempre, para mi fortuna, una dulce muchachita- nos divertíamos realmente como niños exploradores. Y es que a sólo cuarenta o cincuenta kilómetros de la Capital se puede encontrar uno las cosas más insólitas, como una pirámide con una pesada puerta de metal en una de sus caras, o una gran casaquinta en la que entramos sin autorización para merendar a la sombra de los árboles, y nos topamos con un auténtico mástil totémico. Recuerdo también un pequeño y apartado barrio fantasma, donde el único ser viviente que encontramos fue un perro amarillo atado a los fondos de una casa, con un pan viejo que apenas mordisqueaba, como si temiera gastarlo, mezcla de esperanza alimenticia y de juguete. No había señales de violencia, pero daba el caserío la extraña sensación de que todos sus moradores lo hubieran abandonado de repente, dejando en algunos casos puertas y ventanas sin cerrar. Mi curiosidad me hizo entrar en una de esas casas en la que había quedado puesta la mesa para un desayuno que nunca llegó a servirse, ante una ventana abierta de par en par. Sobre las tazas y el mantel, una fina capa de polvo anunciaba que habían pasado algunos días desde el acontecimiento. Al igual que la mayoría de la población, nosotros ignorábamos una parte de lo que se estaba viviendo, pero después, al contar aquello, alguien se ocupó de relacionar ese barrio fantasma con la dura, innegable y cruel realidad de aquellos años. Y un recuerdo trae otro. El país se aprestaba a entrar en democracia. Fue una de las últimas veces que debía salir a hacer relevamientos de campo, ya que luego me debería dedicar exclusivamente al cálculo. Esa vez iba sólo, sin acompañante. En el plano de que disponía se veían varias hectáreas sin demarcaciones que en los hechos encontré que correspondían a alguna dependencia militar. Al sacar la credencial para identificarme en la guardia explicando el trabajo de actualización de planos que estaba haciendo en la zona, consultaron por teléfono y me pidieron que aguarde. A los pocos minutos se presentó un oficial de rango superior, quien se cuadró militarmente, me tendió la mano y me hizo recorrer la base. Mientras yo fumaba uno de mis infaltables habanos, el oficial iba comentándome una serie de modificaciones que estaban realizando y pidiéndome mi opinión. Tras media hora de recorrida y de explicaciones caí en la cuenta de que habían cometido un error de interpretación con relación a mi visita: Aquellas modificaciones de que el militar hablaba no eran otra cosa que el desmontaje de lo que había sido hasta poco antes un centro clandestino de detención, y era evidente que me habían confundido con un oficial que venía a supervisarlas. Todo fue salir.

Por aquella época, como decía, el operativo de campo estaba prácticamente concluido, y la tarea más habitual consistía en revisar en la oficina interminables tabulados que producían las computadoras. Para este trabajo me asignaron como co-equiper a Silvia Velito, una entusiasta socióloga, grandota de cuerpo y de espíritu, que actualmente tiene un alto cargo en el cálculo del IPC. Justamente con ella estaba en la cantina de Patituchi, frene al ministerio, aquel día de abril, cuando llegaron los primeros camiones cargados de gente que gritaba su alegría por la toma de las Islas Malvinas. En la oficina era Carmen la más entusiasta. Solía entrar anunciando que les hundimos a los ingleses nosecuantos acorazados y algunos Spifires. En cuanto a Mónica, aunque no sé si fue el mismo año, la recuerdo embarazada, cantando todo el tiempo una canción de Baglieto sobre un hijo que no llegó a nacer. Y era en abril. Debíamos estar todos un poco locos. Seguía yo estando ingenuamente convencido de la veracidad de los índices, por eso no puedo juzgar a quienes creen aún en ello -inclusive muchos economistas que conozco lo creen-. Yo mismo seguiría confiando en lo que se publica si no hubieran hecho las circunstancias que conociera directamente, y para mi sorpresa, el fraude desde adentro. No sé con exactitud en qué momento ciertos miembros de la jefatura me comenzaron a considerar peligroso, pero todo parece indicar que esa imagen se fue gestando de manera paulatina sin que yo lo sospechara durante bastante tiempo. Noté muchas veces, eso sí, que se intercambiaban miradas sugestivas, en ocasiones preocupadas, cada vez que les presentaba algún error que hubiera detectado, pero como yo estaba convencido de la veracidad de los índices oficiales, atribuía esas reacciones de ellos a una auténtica preocupación suya por hacer las cosas bien. En otras palabras: creía ingenuamente que cada vez que detectaba un error en el proyecto, aunque parecieran disgustados, en realidad me lo agradecían. Por otra parte, esos primeros controles que hacía, apuntaban más bien a la parte operativa, al funcionamiento de los programas de computadora, y no aún a la metodología propiamente dicha. A la luz de los sucesos que se desencadenaron luego, sería valioso poder establecer esos momentos, pero no puedo hacerlo con precisión. Lo que es seguro es que al principio no me consideraban una amenaza, ya que he encontrado un informe reservado, del que tengo copia, firmado por la temible Norma Pizarro de Pereira, en el que aparezco calificado como muy responsable y eficiente, y se me atribuye un comportamiento muy bueno en el medio laboral. Lamentablemente ese informe no tiene fecha. En especial me resultaría interesante saber si se me empezó a ver como un peligro recién cuando comprendí que estaban preparando un fraude, o antes aún, cuando comencé a encontrar lo que tomé por errores involuntarios.

Un día comenzaba a cruzar la esquina de Rivadavia y Balcarce, desde la Plaza de Mayo frente a la Secretaría de Inteligencia del Estado y al Banco de la Nación, cuando repentinamente arrancó un automóvil Falcon de color blanco que estaba estacionado delante de la casa de gobierno. Sentí rugir el motor acelerado que venía directamente hacia mí, e hice un brusco movimiento para apartarme, volviendo hacia la plaza. Alcanzó apenas a rozarme, y a golpear mi portafolios. El automóvil se detuvo y bajó el conductor. Por un instante pensé que sería para disculparse, pero bajaron también otros dos, con aspecto amenazante. Miré rápido hacia mi derecha, y ví que, cerca del lugar desde donde un momento antes había salido disparado el automóvil, permanecía un patrullero policial estacionado con agentes dentro. También había un policía uniformado en la vereda de la casa de gobierno, que miró hacia la plaza. Le grité y esperé que su mirada se cruzara con la mía para hacerle señal de que interviniera, pero apartó la vista hacia un costado, mientras los tres hombres me metían a empujones dentro del coche. El que parecía mandar era un tipo de aspecto recio, algo gordito, de cara redondeada y poblado bigote, con algún parecido al actor Rodolfo Ranni, o al Comandante Silingo (casi escribo Tilingo, pero recordé mi compromiso de utilizar los nombres verdaderos), un militar que en 1995 se haría público al confesarle a la sociedad como tiraban gente viva al Río de la Plata durante los años del Proceso. Había otro con cara enfermiza, de fanático, y un tercero al que recuerdo menos, de aspecto normal.

Llegados al Departamento Central de Policía, en Luis Saenz Peña y Moreno, el segundo de ellos me guió, a punta de pistola, escaleras arriba. Mientras subíamos me daba fuertes empujones de costado, con evidente intención de tirarme. Tenía que mantener dos equilibrios al mismo tiempo: por un lado el físico para no caer rodando a la planta baja, y por el otro el psíquico, que era el más difícil, para no tentarme de devolver una de esas embestidas al energúmeno que apoyando el dedo en el gatillo de la 9 milímetros decía, o parecía decir, ya no estoy seguro, que le diera la excusa para usarla. Al tercero que había venido en el automóvil no lo volví a ver. El que mandaba esperaba arriba. Me hizo pasar a una pequeña oficina donde otro tipo me hizo un par de preguntas, y me identifiqué. Al salir del cuartucho caí al piso con la sensación de que se me hubiera venido el techo encima. Intenté incorporarme pero caí nuevamente por otro fuerte golpe en mi cabeza. Tal vez haya habido un tercero, pero no estoy seguro porque se me produjo alguna discontinuidad. No sé con qué golpeaba, ni tampoco sé si se creería valiente, atacando por la espalda a un hombre desarmado, y en un ámbito donde todos estarían dispuestos a defenderlo si fuera menester. Me dijo luego que era custodio presidencial, y que algún día tal vez tomaríamos un café juntos en algún bar y me podría decir por qué obró así, y que lo entendería. Nada más supe de aquello, y al salir del edificio, ya sólo, el agente que custodiaba la puerta me saludó respetuosamente. Al día siguiente, en la oficina, me contaron que el INDEC tenía varios desaparecidos, entre ellos el que era su director en 1976. Un buen día, en lo que puede haber sido otra acción disuasiva, me comunicaron que debería presentarme a un test psicológico. Sorprendido, pregunté a mis compañeros de tarea si habían recibido alguna comunicación semejante. No era así. De mi grupo yo era el único que debía hacerlo. Resultó un test tradicional, aunque muy completo y por momentos cansador, ya que duró varios días. Estaba allí desde el gran libro en el que hay que señalar en cada caso el dibujo que sigue como secuencia lógica en una serie, hasta las típicas manchas que uno debe interpretar. Había que dibujar un árbol y otras cosas. Nada especial,... ni hipnosis, ni droga de la verdad, ni electroshock. Tampoco me internaron luego en un asilo, ni me mandaron a Siberia. En muchas empresas se hacen este tipo de estudios a los postulantes a un empleo, por lo que no tenía nada de malo. Sólo estaba la extrañeza de que me lo hubieran encomendado únicamente a mí dentro del grupo,... y no al ingresar, sino varios años después.

Otra posibilidad, que podía resultar halagüeña, era que se me pensara encomendar nuevas responsabilidades. Fué entonces cuando Leonor Chervonko, una simpática y trabajadora estadística venida de la Universidad de Jerusalén y que durante un breve tiempo colaboró en el proyecto del índice, me encomendó que desarrollara un método de control de los errores de aproximación, particularmente de los que se producen por redondeo de decimales durante los procesos de cálculo. Era mi primer trabajo en matemática teórica, especialidad que a decir verdad nunca me atrajo demasiado, pero habían depositado confianza en mí para llevarlo a cabo y correspondía estar agradecido... o renunciar. Después de todo, como ya dije, el ser humano es muy adaptable. Habría que diseñar media docena de fórmulas, tal vez poner aquí un exponente, un poco más allá algún logaritmo, y listo. Fueron varias semanas a base de aspirina, pero el esfuerzo valió la pena, mi jefecita quedó conforme y se lo presentó al director del proyecto, el Licenciado Camelo.

Creo que es buen momento para aclarar que, aunque se narren aquí algunas cosas extrañas, son verdaderas, y que se mantienen también los auténticos nombres. En un país en el que el jefe de los barra-bravas de un club de fútbol se llama José Barritta, no debe sorprender que el director del índice de precios se llame José Camelo -Heber José Camelo, para ser más exactos-. Por supuesto nadie tiene culpa del apellido que le ha tocado, pero lo que a veces parece insólito o gracioso no es el nombre en sí, sino la curiosa relación que existe entre ese nombre y la actividad que, quizás por casualidad, o tal vez por una vinculación subconsciente, han elegido. Hombre analítico y de una inteligencia excepcional, le bastó una frustrantemente rápida lectura para comprender las fórmulas que tan trabajosamente yo había elaborado en mi pobre cerebro que recalienta con sólo concentrarme. 'Es algo realmente interesante... un lindo tema para una tesis' -me dijo, agregando confidencialmente que él aún debía la suya porque la había preparado junto a un compañero de estudios, allá en Uruguay, que le robó la co-autoría presentándola como exclusiva y hoy es un conocido político en ese país.

El método que había creado se aplicó con éxito, y por ello Heber me premió eligiéndome para que realizara un informe sobre las fórmulas de cálculo de todos los tabulados. Ahora sí, se trataba de abordar directamente la metodología.

Más aspirinas.

Todo iba bien hasta llegar al cuadro número 10. La fórmula de cálculo que se utilizaba allí siempre me había parecido muy fea. Quizás suene poco científico eso de decir que una fórmula matemática es fea, pero grandes matemáticos de la historia se han referido desde siempre a la belleza de determinada fórmula, o a la elegancia de tal o cual demostración. Puede que haya un sexto sentido, una intuición, que, por supuesto, requiere luego del análisis formal. De todos modos, la fórmula del cuadro número 10 era verdaderamente fea. Quien se atreva a abordarla la encontrará en algún apéndice de estos escritos, tal vez junto a la versión corregida que propuse en aquel momento, y que, como podrá apreciarse, es realmente hermosa. A quienes prefieran dejar esos ríspidos detalles para otra oportunidad, les adelanto que con ella se calculaban los precios que la gente paga en promedio por alimentos y bebidas en los distintos lugares de compra. Es evidente que en ocasiones existe gran diferencia entre lo que se paga un producto en el supermercado, por ejemplo, y en un quiosco. Estudiar estas variaciones resultaba entonces de gran interés para el diseño de la muestra. Pues bien, del análisis teórico que realicé de la fórmula errónea surgió que podía reducir los precios pagados en promedio por un artículo en algún tipo de establecimiento hasta ONCE VECES, lo que significa que algo que costara $10.- lo podía estimar el INDEC en menos de un peso!. Otra particularidad sugestiva era que siempre bajaba los precios. Por su propia estructura, resultaba imposible que diera de más algún precio, pero era muy habitual que diera de menos. Técnicamente se dice que tiene un sesgo, y que produce significativas subestimaciones. La experiencia práctica demostró que ese tipo de distorsiones se habían estado produciendo, y que se habían estado tomando como ciertas, deducciones tan absurdas como que la soda en reparto a domicilio cuesta seis veces menos que en el supermercado, o que el litro de bebida gaseosa es más barato en el quiosco que en el almacén. Pero lo más grave del caso, era que esa fórmula ya había sido aprobada por altas autoridades, y que los disparatados resultados que producía habían pasado, durante años, todos los controles sin ser detectados. Era necesario entonces rever toda la metodología. Las tareas de control de las salidas de computadora que habíamos estado realizando tenían como finalidad adquirir la certeza de que los programas calcularan sus resultados coincidentemente con las fórmulas que se le habían dado a los programadores, y eso se había logrado, pero de nada servía si las fórmulas mismas contenían errores de tal calibre. El problema adquiría una magnitud inusitada que me daba vueltas en la cabeza: Sería posible que el 'error' metodológico que acababa de detectar fuera intencional?... Habrían acaso otros semejantes?... y de ser así, Para qué habrían querido encargarme un informe sobre la metodología ?... Buscaban un tonto que avalara las fórmulas confiando en que no detectara nada ?... o por el contrario conocía el Licenciado Camelo los errores de sus pares y de sus superiores y no queriendo él presentar la discusión confió en que yo lo hiciera?. Esta hipótesis me daba vueltas en la cabeza. Después de todo –me decía- ese Camelo parece una especie de Monje Rasputín. Cuando se discute si los índices son confiables o no lo son, la discusión suele centrarse sobre la posibilidad de 'dibujar' los resultados. Se dá por sentado que la metodología en sí es correcta. Este juicio elemental y apresurado tal vez sea producto de que el ser humano tiende a buscar una explicación sencilla, y una vez que la encuentra se conforma con ella sin seguir analizando otras posibilidades. Quienes conocemos desde adentro el proceso de relevamiento de precios y cálculo que mes a mes realiza el INDEC, sabemos que esa parte está a cargo de gente honesta, pero más aún, sabemos que participan de él más de cien personas, tales como programadores, analistas, calculistas, entradores de datos, encuestadores, supervisores, lo que torna muy difícil, si no imposible, que se pueda distorsionar la realidad impunemente. Por otra parte, esta etapa es en cierta medida monitoreada por índices paralelos que realizan distintos organismos y empresas. No se debe creer que esos índices privados sean gran cosa. En la mayoría de los casos se trata simplemente de una versión a escala reducida de los índices del INDEC, ya que no tienen por finalidad contrastar sus resultados sino estimarlos con alguna anticipación. Tal tipo de indicadores, utilizados mayormente por analistas de coyuntura, miden su eficacia por el ajuste alcanzado entre la cifra anticipada por ellos y los resultados definitivos que publica luego el organismo oficial. Por lo tanto, buscan imitar en escala reducida la metodología del INDEC sin analizarla siquiera. Los indicadores que realizan algunos sociólogos, como apuntan a otra cosa, disponen frecuentemente de mayor libertad, pero lamentablemente suelen ser, por cuestiones presupuestarias, de escasa magnitud y metodológicamente pobres, al punto de que todavía quedan algunos que se calculan por promedio simple de precios, sin ponderar siquiera la importancia que cada artículo tiene en el presupuesto de los consumidores.

Con el error que había detectado en la fórmula del cuadro número diez todo esto comenzaba a verse desde una nueva perspectiva. Si era intencional, y si confirmaba que habían otras fórmulas con grandes distorsiones -tal vez inclusive las fórmulas centrales-, entonces el fraude que la mayoría de la gente intuye, estaría allí, en la metodología misma, y no habría nadie que 'dibuje' las cifras, ni haría falta, simplemente porque alguien ya 'dibujó' las fórmulas de cálculo para que tiendan a dar determinados resultados.

Un asunto grande.

Pero era demasiado temprano aún para asegurar esto. Bien podía ser que estuviera yendo con mi mente demasiado lejos. Seguramente al día siguiente, más descansado, vería las cosas de otra manera. La fórmula errónea resultaría ser un caso aislado, para nada intencional, sus autores me agradecerían haberla corregido, y podría comprobar que el resto del trabajo era correcto. No fue así. Hubo gente que reaccionó con violencia. No debería meterme con esa parte del trabajo. Había sido muy estudiada, y aprobada por la Superioridad. Sería mucho mejor para mí que me limitara a describir en el informe lo que estaba hecho, pero sin criticarlo ni pretender cambios. El Licenciado Camelo tuvo otra postura. Tengo entendido que él no había participado en el desarrollo de esa fórmula, y cuando le presenté mi informe aceptó enseguida que era errónea, sosteniendo además que habría que cambiarla por la mía. Lo escuché, inclusive, discutir esto ásperamente con una de sus colegas. Su posición parecía difícil, ya que significaba enfrentarse no sólo a sus pares y subordinados, sino también a superiores, y sin embargo no parecía preocupado. Por el contrario, se lo veía expectante y entusiasmado, como quien tiene un plan trazado o está comenzando un experimento. Además me incentivaba para que siguiera investigando otros aspectos de la metodología. Se tomó la costumbre, por esos días, de acercarse a mi escritorio, o llamarme al de él, para hablar un rato de temas que giraban alrededor del trabajo, pero con una óptica distinta a la que yo había conocido hasta ese momento. 'No sería de extrañar que encuentres cosas semejantes o aún mayores en las fórmulas centrales' -aventuró un día en una de esas charlas- 'los índices se diseñan para finalidades políticas, y se pueden hacer índices democráticos o antidemocráticos, se puede hacer que den una cosa u otra de acuerdo a la ideología que se quiera imponer en el país'. Ese mismo día me habló también de que ya estaba decidida la política del hemisferio para los próximos veinte años. No me atreví a preguntarle a qué hemisferio se refería -al hemisferio sur, al occidental, al occipital...-, ni quienes la habían decidido, ni cual era esa política. Pero no hacía falta preguntar tampoco. "Vendrán democracias ahora, muchas democracias, y luego mucho liberalismo y muchísimo privatismo, y se agrandará más la diferencia entre pobres y ricos". Parecía una Biblia parlante, y a mí que no creía en esas cosas me daba risa. "Esto no lo decidimos nosotros, viene de más arriba" –yo pensaba en el piso 12, dónde estaba la temible Norma Pizarro de Pereira- ."Ni siquiera el presidente... más arriba". 'Habrá mucho terreno aquí para los dos'... 'Tú ya te hiciste enemigos, que todavía no sabés quienes son'... 'Te van a mantener abajo, porque si te dejaran subir serías después más peligroso'... 'Mientras te tengan abajo saben que si descubrís más cosas y abrís la boca nadie te va a creer'... Este tipo de comentarios me chocaba. No porque fuera un santo, sino porque nunca me interesó la política, ni creía en esa época en confabulaciones, pero poco después, al llegar a las fórmulas centrales y observar el núcleo mismo del fraude, ya no quedó lugar para la duda. Hubieron también frases más herméticas y enigmáticas. Una me quedó grabada: 'Esto va a ser como un gran juego de ajedrez'. A qué se refería? a los próximos tiempos?... a lo que se iniciaba?... a su experimento?... Ni siquiera dijo si nosotros seríamos los jugadores, o simplemente piezas movidas por terceros. Es que realmente me había metido sin quererlo en el medio de una intriga política ?

el informe en:

http://www.geocities.com/dossierinternational/ar/InfoNatal1Portada.htm



La tendencia Kirchnerista

Por Rodrigo Karasik

Es fundamental para cualquier militante contar con dos elementos esenciales que le permitan mantener su lugar y su entereza. Sobre todo en aquellos tiempos difíciles donde los éxitos se hacen desear y donde el panorama oscila de negro a amarillo Pro.

Por un lado el militante a nivel macro siempre debe manejar perfectamente los argumentos y discursos de su partido/agrupación/candidato/referente, etc. Cuestión fundamental para mantener la estructura orgánica de cualquier tipo de organización política. Por otra parte, a nivel micro y sobre todo en tiempos de vacas flacas, el militante debe tener perfectamente claros los ideales, los objetivos y los motivos que lo llevan a alinearse dentro de su respectiva fuerza, ya que quien duda hacia adentro es realmente difícil que pueda convencer hacia fuera y más difícil aun que obtenga la retroalimentación y el placer que debe generarle la actividad política tanto en las buenas como en las malas.

En este área de la conducta militante es en el que quiero profundizar por lo que este artículo va a estar dirigido a aquellos cuya idiosincrasia sea similar a la mía, ya que si bien perfectamente podría comunicarme a nivel macro con personas de cualquier orientación. En el nivel micro, de contenido mucho más personal, solo podré hacerlo con quienes compartan mi ideología es decir el Peronismo de Izquierda.

Planteadas estas cuestiones, se nos presentan cuatro posibilidades:

-Usted simpatiza con el peronismo de izquierda

-Usted simpatiza con la izquierda pero no está seguro de su peronismo

-Usted es peronista pero no simpatiza con el peronismo de izquierda

-Usted odia al peronismo y especialmente al de izquierda

En caso de que usted pertenezca a alguna de las dos primeras categorías le aconsejo seguir leyendo ya que esta nota está dirigida a usted.

En caso de pertenecer a la tercera lo invito a continuar leyendo como compañero aunque probablemente los argumentos planteados de aquí en más no lo identifiquen.

Por último si usted pertenece a la cuarta distinción, le aconsejo invite a sus amigos, compre bananas y juntos festejen su gorilismo.

Si usted sigue leyendo esta nota es porque pertenece a alguna de las primeras tres categorías

Para aquellos que desde el peronismo de izquierda o la izquierda a secas manifestamos nuestra adhesión y nos consideramos parte del Kirchnerismo, es importante comprender qué elementos a nivel micro nos ofrece este modelo más allá de aquellas características que en un análisis mucho más superficial generaron la relación del Kirchnerismo con la militancia de izquierda.

Es decir siendo mucho más concretos, tenemos que comprender por qué apoyamos este modelo más allá de los derechos humanos, de la reapertura de los juicios a represores, del fin de la obediencia debida y el punto final. Banderas que si bien conforman uno de los principales reclamos históricos de nuestra sociedad y son condición de posibilidad para poder superar el pasado ignominioso de nuestro pueblo, no pueden ser los únicos elementos que justifiquen la adhesión de nuestras conciencias al modelo, como se intenta plantear en infinidad de análisis simplistas.

Es importante comprender entonces qué ofrece el Kirchnerismo para alimentar nuestras conciencias y justificar nuestra adhesión.

En primer lugar considero que este modelo representa el elemento más simple y a la vez esencial y necesario para dar lugar a cualquier otro planteo subsiguiente y este es la creación de trabajo digno y por sobre todas las cosas con salario digno. Y digo esto sabiendo que más de uno acotará que no existe tal cosa como el salario digno, ya que el concepto mismo de salario lleva implícita la extracción de una parte de la fuerza de trabajo del hombre. Está bien, es cierto, pero también es fundamental comprender que existen ciertos periodos históricos, ciertas coyunturas en que la lucha por un salario digno es la lucha por la recuperación del trabajo como concepto. Alentar este modelo y alentar este gobierno significa alentar la recuperación no solo de un concepto sino de un concepto integrador. El trabajo como herramienta integradora de aquellos que se encuentran marginados del sistema es la primera bandera sobre la que tenemos que asentar nuestras conciencias.

Es decir nuestra primera lucha fundamental desde dentro del Kirchnerismo tiene que ser que los marginados vuelvan al trabajo. Todo lo demás es una simple consecuencia de este primer paso. El trabajo generará que los obreros se unan, se conozcan, tomen conciencia de sí mismos y de su potencial. Se sientan parte, creen sus propios sindicatos y puedan resistir a aquellos sindicatos dialoguistas, más amigos de la patronal que del trabajador. Así los trabajadores conseguirán una mejora en sus condiciones de vida, lo que se traducirá en una mejora en educación, en salud, en capital humano y en una mayor soberanía nacional ya que salir de la dominación económica es el primer paso para lograr la independencia política.

Sin embargo esta bandera no se puede levantar sola, sino que debe estar acompañada por otra que la complementa formando el par perfecto que debemos sostener y debe alimentar nuestras conciencias para la lucha por la profundización del modelo.

Me refiero a la integración latinoamericana. El unidos o dominados de Perón que este gobierno supo interpretar mejor que nadie. Se trata precisamente de concentrar las fuerzas de los pueblos latinoamericanos con quienes compartimos la misma historia de opresión.

Perón planteaba tres caminos necesarios a transitar para lograr la integración latinoamericana; ellos son: la evolución hacia nuevas estructuras, la integración geopolítica y la integración histórica.

Respecto a la primera, se puede observar un gran avance y renovación en la estructura del MERCOSUR como herramienta de coordinación económico-política que permitió sentarse a negociar con los Estados Unidos ya no como países aislados, sino como naciones integradas con el famoso 4 por 1 por el cual ningún integrante del MERCOSUR cerraría un acuerdo con el imperio si no existiese participación de los otros tres. A lo que se suma recientemente la implementación del banco del SUR que da a los países latinoamericanos una posibilidad de crecimiento con nuevas alternativas de financiamiento. Con un objetivo común en la igualdad, la equidad y la justicia social y no ya en la opresión, la dominación y el control económico y político.

Respecto a la integración geopolítica los avances durante este periodo fueron infinitos. Tanto en la coordinación política y económica con los demás países de Latinoamérica y el Caribe como en los avances para la integración al MERCOSUR de Bolivia y Venezuela.

Por último no hay que perder de vista la integración histórica. Sabemos que Latinoamérica funciona cíclicamente en su conjunto y que la realidad histórica y coyuntural de cada uno de sus pueblos se encuentra ligada a la del resto. Por lo tanto es más importante que nunca sostener el modelo latinoamericanista y a cada uno de sus gobiernos, ya que la derrota de uno solo de estos significaría el comienzo del ciclo hacia otro periodo de oscuridad y olvido para los pueblos latinoamericanos. Por otro lado la profundización del cambio mediante nuestra lucha significará la consolidación del modelo en todo el continente.

Por eso suceda lo que suceda, con o sin Kirchnerismo es fundamental como militantes tener bien presentes estos objetivos. En ellos se debe asentar nuestro convencimiento, de ellos debe partir nuestra voluntad para encausar el movimiento hacia su profundización y por ellos debe existir nuestra lucha ya que uno solo de nosotros debidamente convencido vale más que cien de ellos a sueldo.

lunes, julio 13, 2009

Venezuela cumple anticipadamente metas del milenio

Venezuela cumplió, antes de la fecha prevista por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), diversos objetivos propuestos en las metas del milenio.

En un informe desarrollado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud y Protección Social (MSPS), se demuestra como en el país se ha mejorado significativamente el índice de desarrollo humano, pasando de un 0,74% en el año 1988, a un 0,82% contabilizado hasta 2007.

Este crecimiento constante del desarrollo humano refleja el éxito de las distintas políticas sociales que han sido implementadas con mayor fuerza y empeño desde la llegada al poder del Presidente Hugo Chávez Frías.

Además, con este crecimiento Venezuela ha ocupado un puesto de alta jerarquía dentro de la clasificación mundial.

Este informe, presentado en el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (Ecosoc), por una delegación venezolana encabezada por el viceministro de salud Julio César Alviarez, da cuenta también de la gran inversión social que se ha realizado en el país.

Sobre este particular, el documento oficial detalla que para el año 1988 se destinaba apenas un 8.4% del Producto Interno Bruto (PIB), para el mejoramiento de la calidad de vida del venezolano; sin embargo, para el 2008 se orienta del PIB un 18.8% para la inversión social.

En materia de salud, el número de personas con VIH-Sida atendidas gratuitamente con terapias antirretrovirales ascendió de mil 59 en el año 1999, a 25 mil 657 en el 2008, lo que refleja el nivel de atención y la preocupación del Gobierno Nacional por la salud de los venezolanos.

Igualmente, en el año 1999 fallecían 19 de cada mil nacidos vivos, pero para 2007, esa cifra se redujo significativamente gracias a la revolución, disminuyendo a 13.7 fallecimientos de cada mil niños menores de cinco años nacidos vivos.

El viceministro de salud venezolano explicó también que a partir del año 2000 se incorporaron siete nuevas vacunas como parte de la estrategia de prevención de enfermedades y resaltó que sólo en el año 2008 se aplicaron más de 32 millones de dosis, con una producción de vacunas que alcanzó la cifra histórica de 8 millones 656 mil 988 dosis; todo ello apoyado en el marco de las Misiones Barrio Adentro I y II.

Asimismo, Julio César Alviarez, señaló que del 29,8% de las personas que se encontraban en situación de pobreza extrema para el año 2003; se ha logrado su drástica reducción a un 9,4% en el primer semestre del 2007; hecho que supera con creces la meta establecida para el año 2015, que era de un 12,5%.

En cuanto al cumplimiento de la meta Hambre Cero antes del año 2015, el delegado venezolano expresó que a través de la red de distribución y venta de alimentos Mercal, en 2008 se establecieron 6 mil 48 casas de alimentación que atienden a los grupos sociales más necesitados, brindándoles alimentación balanceada.

Señaló que la red alimentaria cuenta con una infraestructura de 16 mil 529 establecimientos en el territorio nacional, lo cual beneficia a más de la mitad de la población de Venezuela, la cual adquiere sus alimentos al más bajo costo.

Respecto a equidad de género en el ámbito educativo, Alviarez señaló que los resultados alcanzados reflejan que en la educación universitaria es mayor la presencia de las mujeres que de hombres en la actualidad

Con relación a esto, destacó el significativo porcentaje de alumnas atendidas en el sistema educativo, que pasó de un 31.25%, para el período 1990-1998 a un 47.56% para el lapso 1999-2006.

De igual manera, el viceministro de salud indicó que en Venezuela, entre 1990 y 2007, se logró incrementar de un 68%, a un 92% el porcentaje de personas con acceso sostenible al agua potable, superando ampliamente la meta fijada para el 2015, que era elevar esta cifra a un 84%; lo cual ha beneficiado a más de 24 millones de habitantes en todo el territorio nacional.

Alviarez enfatizó que todos estos logros sociales y económicos han sido posibles gracias a la llegada y desarrollo de la Revolución Bolivariana, un modelo político implementado por el Presidente Chávez que prioriza el bienestar de todos los venezolanos.

OMC preocupada por los avances de los países del ALBA


La Organización Mundial del Comercio (OMC) está preocupada por el desarrollo y las consecuencias que la crisis económica pudiera generar en las ganancias de las grandes corporaciones transnacionales, no solamente en los países del G-7, sino particularmente, en las empresas que poseen en los países en desarrollo. Para ello está analizando medidas y represalias contra quienes interfieran en las estrategias de libre comercio de los países desarrollos. El ALBA en la mira por revisar leyes de patentes farmacéuticas.

En la sesión de clausura del Segundo Examen Global de la Ayuda para el Comercio, celebrada el 7 de julio de 2009, el Director General de la OMC, Pascal Lamy, refiriéndose a los obstáculos al libre comercio se mostró convencido de que lo que ha evitado que la actual crisis haya derivado en un proteccionismo similar al que se dio en 1939 "es la existencia de este sistema de disciplinas" de la OMC: "La respuesta sistémica es aumentar las disciplinas y que el sistema sea más justo (para las empresas)", añadió.

En junio pasado y tratando de inmiscuirse en las políticas nacionales de los países que están tomando medidas contra los efectos de la globalización neoliberal, Lamy, había mencionado en una mesa redonda del Foro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París: “hay que garantizar el mantenimiento de las reglas de la OMC frente a la crisis”.

“En los debates que han tenido lugar estos dos días hemos oído cómo la apertura del comercio ‘puede reportar beneficios económicos y sociales’ si está incorporado a esas estrategias”, expresó Pascal Lamy ante representantes de grandes corporaciones de Europa y Estados Unidos..

Entre las medidas a adoptar se está evaluando tomar represalias contra los países en desarrollo que impidan ampliar la protección del comercio de bienes producidos por empresas transnacionales mediante modificaciones de las leyes de propiedad industrial.

Los países que conforman la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América, más conocido como ALBA, han decidió adoptar la revisión de la normativa de patentes farmacéuticas e insumos alimenticios en las próximas semanas, de acuerdo con los compromisos adoptados por sus presidentes, en la Declaración del ALBA el 24 de junio pasado, en la ciudad de Cumaná- Venezuela. Este país será el encargado de coordinar el Grupo de Trabajo sobre estos temas que mantienen en alerta a las empresas farmacéuticas norteamericanas y europeas.

La revisión de la normativa de patentes por parte del gobierno de Venezuela reduciría las ganancias de las empresas extranjeras que comercializan en ese país y sentaría un precedente negativo para otros países de la región que intentaran modificar aspectos relacionados con las patentes modificados en la década de los 90s, cuando se permitió el patentamiento de los productos farmacéuticos por presión de los laboratorios.

Esta revisión propiciaría la producción y comercio de medicamentos nacionales en detrimento de los extranjeros fabricados en los países de origen, sin obligación de instalar las plantas de manufactura en el país en el que se consume.

En una apresurada reunión y como tribuna de anuncios y acciones en el marco de los Tribunales de los ADPIC (Acuerdo de Propiedad Intelectual sobre asuntos relacionados con el Comercio), se llevará a cabo en Ginebra, los días 13 y 14 de julio, la Conferencia sobre Propiedad Intelectual y Cuestiones de Política Pública, que contará con la presencia del mismo Pascal Lamy (OMC), Francis Gurry, presidente de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otros.

La normativa sobre el comercio y producción de medicamentos genéricos es totalmente legal y está siendo estudiado por una gran cantidad de países en desarrollo, lo que esta activando la alarma en el G-7, por las grandes pérdidas que se ocasionarían en laboratorios multinacionales.