sábado, octubre 11, 2008

Ojo que estos son un monton

El auge del ciudadano apolitico.

El ciudadano apolítico es político y todavía más que el político.
Pero no lo reconoce, o lo que es peor: no lo sabe.
Se aparta de cualquier filiación partidaria agitando la bandera Argentina.
Aún votando lo hace a disgusto y enseguida que vota se arrepiente.
Si por él fuera el voto sería calificado. Y él se incluiría como votante.
Habla con desprecio de los políticos; y aún más de quienes están en funciones públicas.
Y proclama que ningún gobierno le dio nada y que es más lo que le quitan.
Es proclive a creer en cualquier dicho o rumor que descalifique a un gobernante o lo acuse de corrupto.
El ciudadano apolítico repite frases como que “los que no trabajan es porque no quieren”. “Los sindicalistas son una manga de ladrones”. o “ Aquí lo que hace falta es disciplina”.
Extraña el orden de las dictaduras. Y no entiende que haya que esclarecer tragedias del pasado.
El ciudadano apolítico se horroriza más por la inseguridad que por el origen social que la provoca. Se aterra más ante un delincuente morocho que ante uno rubio. Aún siendo él morocho.
Podría aplaudir un linchamiento sin juez, solo por sospechar del ajusticiado.
Reniega de los fallos que no condenen a cadena perpetua y desprecia a los abogados defensores.
Le atraen los líderes episódicos que enfrentan al poder público con rigor cívico; así como los líderes populares le parecen ramplones.
Cree en Dios, pero descree de quienes creen en otros dioses, o no creen.
Pregona no tener prejuicios contra nadie salvo contra los que se los merecen.
Piensa que hay demasiada inmigración que no es la apropiada. Considera también inapropiados a los homosexuales, travestis y prostitutas.
Sólo sale a la calle cíclicamente por arrebatos que él llama espontáneos, aunque se autoconvoque con intención por cadena de Internet o por teléfono. Nunca esos arrebatos expresan demandas laborales y nunca coinciden con los trabajadores.
Siente placer en demostrar descontento público. Y que esa demostración luzca diferente a las otras marchas de gente heterogénea y desordenada a la que traen de cualquier parte. Por eso protesta por el barrio; para que al lado suyo estén otros como él: no distintos.
Cree no estar ideologizado: no comprende que su apoliticismo es ya una ideología.
Solo sabe quienes son los enemigos: llevan la marca en el orillo: siempre hablan de la desigualdad y la pobreza.
Está seguro que el país sería mejor sin políticos, sin vagos , sin delincuentes, y sin razas indeseables. Pero no explica cómo lo conseguiría y quien estaría a cargo del diseño.
Acaso imagina un gran gerente nórdico, y un gabinete de técnicos impolutos que gobernaran con un barbijo.
El ciudadano apolítico presume estar en una posición neutra en el centro perfecto.
Pero está a la derecha.

Para mis amigos en el extranjero...

Los Argentinos, los mas vivos del mundo: como nos va con la ‘viveza criolla’



“Aunque lo disimulemos, todos alardeamos de nuestra viveza. Algunos, con chabacanería. Otros, más recatadamente. Empero, campea esa condición de que somos gente viva. Ingeniosa, pero no tanto para innovar, solucionar, progresar, sino para transgredir, sacar ventaja, saltear reglas. Para acomodarse trepando. Para sortear los pasos del mérito y de la carrera.

Lo comprobamos en todos lados: en la actividad laboral, en la calle, en un espectáculo o manipulando el Indec. Todavía no hemos sido capaces de instaurar la carrera administrativa en serio en la administración pública. En los 2000 municipios se entra por influencia, amiguismo o liso y llano acomodo. Prácticamente lo mismo acaece en las 24 jurisdicciones federales y en el mismísimo Estado nacional. Ciertamente, casi por milagro, disponemos de jefes de departamento y sus equivalentes que saben de los arcanos burocráticos y tienen acreditado avezamiento. Pero la regla es que la mano amiga o influyente franquea el pórtico del Estado.



El primer resultado es que la administración es espantosamente pesada, ineficiente, mediocre, carente de iniciativa. Es, en síntesis, un sitio para vegetar con paga asegurada. Es la consecuencia de la viveza del acomodo como sistema.

Análogamente, a pesar de los formales esfuerzos de los consejos de la magistratura, está plagado de jueces que arribaron por la mano mágica del amigo y no por concurso y por el currículum. El efecto es la Justicia que poseemos, con sus pasmosas morosidades y con su denunciada falta de vendas.

Hemos judicializado la calle como herramienta para obtener nuestros reclamos. El piquete es el nuevo juez sin nombramiento. Somos tan vivos que no permitimos que los otros vivan y trabajen en paz.

Padecemos de la cultura de la ilegalidad. Violar leyes es un deporte aburrido a estas alturas. La derivación devastadora es que nos saqueamos con total impunidad.

Ser quebrantadores de la ley nos inhabilita para conformar una convivencia elemental. Si dejamos todo librado al mercado es un viva la Pepa. Si intentamos regular las cosas, también. Otro resultado de nuestra viveza.

Como somos vivos, hemos reducido a letra muerta el mandato federal de nuestra Constitución. Hoy nuestro unitarismo real transforma a Rivadavia en un adalid del federalismo. Esa viveza obtiene el milagro de que se les saquen a las provincias miles de millones de pesos y después se las “ayude” con anuncios desde el atril del Salón Blanco.

Si partimos de nuestros ámbitos urbanos para gozar del oxígeno, del paisaje y de la novedad, compartiéndolo con la familia, corremos el riesgo cada vez más atormentante de que devenga en una tragedia. No sabemos si el vehículo que va a nuestro lado está técnicamente apto; ignoramos si el chofer del ómnibus o del camión se dio una festichola de alcohol y carne, o si ha dormido lo suficiente. Como somos vivos, todo esto es una lotería.

Como somos vivos, estamos embarullados en el desorden. No vaya a ser que se nos enrostre fascismo por aludir al orden. Los vivos prosperan en el berenjenal y en el barro, no en las reglas. Zonzos son los suecos o los suizos, que tediosamente viven con arreglo a las normas. Nosotros somos vivos.

Nuestra viveza nos ha conducido a reabrir el pasado, en vez de dejar que entierre a sus muertos. Estos vivos del Sur estamos envueltos y revueltos por infaustos hechos de hace 35 años. Mientras, el futuro está ahí, incierto, sin labradores que lo vayan construyendo.

Recreamos, seguramente por ser tan vivos, los debates arcaicos de índole ideológica, esos que hasta Mongolia sepultó. De ahí el frenesí con el que nos aferramos a las antinomias. Hasta el punto de hacer de un chacarero un oligarca.

Somos tan avivados que castigamos el bolsillo de los creadores de riqueza y a los emprendedores en lugar de ponerles sólo el coto del bien general, pero siempre en el marco de estímulos. Así, los vivos hace tiempo que repartimos pobreza.

En algún momento esta cultura de la viveza promovió un proceso aciago de deseducación. El que era el país más señorial del Sur por su educación se ha venido tribalizando.

Como somos vivos, no se nos ocurre planificar, con cierto sacrificio, algunas estrategias de mediano plazo, tales como un plan demográfico para evitar la desequilibrante concentración de la población en algunas áreas o, más ambicioso en sus miras, un verdadero programa de desarrollo integral. Los vivos sobreviven en día por día. Es de zonzos pensar en el futuro. Que los que sobrevengan se las arreglen como puedan. Para eso está nuestro legado de “viveza”, transmitido de generación en generación.

La esperanza está en los millones de argentinos que viven sin ser vivos. Por ahora, los protagonistas casi monopólicos son los otros, los vivos. Los resultados de su viveza son demoledores. Es tiempo de experimentar el modo antitético, es decir, vivir en la ley, el trabajo, el esfuerzo, el mérito y los valores. Nos va a ir muchísimo mejor. “

Impecable razonamiento de Alberto Asseff en La Nacion.

“Se la conoce como viveza criolla y es la viveza argentina extendida a todas las capas sociales y a la totalidad del territorio nacional, aunque predomina con sus rasgos bien marcados en Buenos Aires.

Tiene un efecto antisocial, segrega resentimiento y envenena el respeto mutuo. Sus consecuencias, a largo plazo, son trágicas. No sólo en el campo moral, sino en los demás, incluso el económico. Pone en evidencia una egolatría con pies de barro, un afán de superioridad a costa del prójimo y una energía que se diluye en acciones estériles. Los demás humanos -seres estúpidos que sufren las estocadas del vivo o le responden con impericia- se llaman zonzos o giles.

El considerado “vivo” se siente el centro del mundo; si las cosas le salen mal, la culpa la tiene otro. Proclama que todo lo sabe y todo lo puede. Desborda capacidad para encarar cualquier iniciativa y asumir cualquier trabajo, por encumbrado o difícil que sea. Si lo eligen para un alto cargo, no se detiene a pensar en las dificultades inherentes a esa función, la posible falta de entrenamiento o su total carencia de aptitud. El vivo aparenta inteligencia, conocimientos, brillo y ejerce seducción. Pero se basa en la mala fe, el engaño y la inmoralidad.

Es un maestro del fraude, que empaqueta en fina seducción. Incluso ha inspirado el universo de la historieta con un personaje creado por Lino Palacio y que alcanzó amplia popularidad: Avivato. ¿Qué muestra?: un argentino oportunista, falso, sobrador. holgazán, coimero y listo para hacerse de cualquier ventaja.

Un rasgo básico es que el vivo no cree en la justicia. La viveza criolla consiste, precisamente, en atacar sin importar la ley y sin que la víctima pueda devolver el golpe. Desprecia la ley. Más aún: la ley es un obstáculo que se debe saltear… o burlar. ¡Siempre! El fraude jamás lo escandaliza, porque constituye uno de sus recursos más frecuentes. Para el vivo, la honestidad es una palabra hueca, ingenua, arcaica. De la misma forma descalifica la transparencia: jamás confesará a otro qué le pasa o cómo le va; y está seguro de que los otros hacen lo mismo con él.

Necesita burlarse de alguien al que llama punto y su diversión cotidiana es la cachada. Está seguro de que logrará burlarse del punto que tiene enfrente. Lo elige con admirable precisión y descarga sus dardos antes de que adviertan el ataque. Porque sus ataques aprovechan la sorpresa y se escudan de tal forma que no le pueden devolver la agresión. Para lograrlo vale todo: mentir, aprovecharse de las debilidades ajenas o empujarlo hacía el ridículo.

Entre sus características principales se destaca el desdén por el esfuerzo. “El vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo”, repite para su menguada conciencia. Esto se completa con una consigna tácita: No hay que producir, sino apropiarse de los productos. Y para apropiarse no hay que trabajar, sino ser vivo.

¿Qué pasaría si los vivos llegaran al gobierno? Como son inmorales y egoístas, no se esmerarán en el beneficio de la sociedad, sino de ellos mismos. La voracidad de los vivos se regodeará con la rapiña. Pero el país que comandan -el barco en que navegan- terminará por hundirse junto con ellos.” Extracto de “La caustica picardia: El atroz encanto de ser argentinos” de Marcos Aguinis. (TEXTO COMPLETO)

Y para terminar, la experiencia personal de un ciudadano canadiense, expresada AQUI. Debajo cito sus impresiones:

” A fines de noviembre estuve de viaje por Argentina. Fueron solo 10 días que me permitieron darme cuenta de algunas cosas. En general, el viaje fue bueno… con algunas excepciones.

Estuve un par de días en Buenos Aires y luego, el resto de la semana, la pase en Paraná. Para ser honor a la verdad, la zona en la que yo me muevo en Baires es la zona de Retiro (plaza San Martín, Florida, Esmeralda, Arroyo, Suipacha, Juncal) y en Paraná me muevo por las zonas “seguras”. Digo esto para que se entienda desde donde escribo esto, nada más.

La ultima vez que había estado en Argentina fue en el 2005, mas o menos para la misma época y la verdad es que en esta oportunidad me ha dejado con sentimientos encontrados. Por un lado, yo vi que el país esta mejor… pero por el otro lado, la gente comenta que la cosa esta extremadamente peor. En el 2005 la cantidad de cartoneros que yo vi en la calle fue impresionante, esta vez solo vi uno.

Lo que la gente comenta es que el mayor problema es la inseguridad. Te matan o te torturan por dos mangos; que hay lugares en los cuales no se puede entrar/salir después que cae el sol. Y que zonas que antes eran consideradas seguras, ahora son tan peligrosas como cualquier otra. Por suerte no me toco pasar por esa situación, me afanaron el celular pero lo hicieron sin violencia. Ahora tener que decir que “por suerte” me robaron y no me mataron es un síntoma que de una sociedad que evidentemente esta enferma.

Es que tampoco sé si allá hay una sociedad. En mi opinión no existe una sociedad, sino que son cuarenta millones de individuos reunidos en clanes compartiendo un territorio. Porque todos se cagan en el otro, el respeto por el prójimo NO EXISTE. A veces, y sólo a veces, se respetan entre los integrantes del clan (todos tenemos un garca en la familia!). Y es acá donde yo veo que no hay salida para Argentina.

El “estilo de vida” sigue siendo el mismo, pero creo que la gente esta como muy estresada y eso los lleva a ser violentos. Gritos, insultos, peleas en la calle, etc. no es saludable para nadie. Lo que pasa es que con ese trafico, respirar ese humo negro y el nivel de ruido (bocinas, escapes libres y autos hechos pelotas) es mas bien lógico que la gente ande con los cables pelado.

Para el anecdotario quiero contar cosas curiosas que me pasaron, las conclusiones se las dejo para Uds.:

Hechos violentos:

* Un dia tuve que ir hasta Rosario a hacer unos tramites. Fuimos con mi mama en bus, hicimos los tramites y teniamos dos horas hasta el proximo bus a Parana. Decidimos ir a la peatonal a comer algo y caminar un rato. Paramos un taxi en la calle, entonces mi vieja se sube del lado de la vereda y me destraba la otra puerta (la del lado de la calle) para que suba yo. Apenas me subo, LA taxista me increpa mal porque dice que le van a cobrar una multa por dejar que me suba del lado de la calle. Ahora, yo turista, debo saber las regulaciones de la ciudad. Insisto, me increpo mal.
* Me llamo la atencion como los mozos en los restaurantes y bares estaban, en su gran mayoria, de muy mal humor. Me paso en Parana, Rosario o en Baires. Desde tiempos de espera entre 10-15 minutos para que se acercaran a la mesa, hasta cara de haber desayunado con vinagre y limon.
* En la estacion terminal de omnibus de retiro me afanaron el celular que lo tenia en el cinto. Asumo mi responsabilidad de no estar acostumbrado a vivir en la selva.

Servicios deficientes:

* En mi viaje de Parana a Baires no se donde me pusieron la valija en el buche del bus. Cuando llegue a Baires, abro la valija y tenia la ropa mojada, los libros mojados y obviamente, la ropa de color me destinio la ropa blanca.
* En la terminal de omnibus de Rosario, el de la ventanilla del Rapido no levanto la vista de su celular ni dejo de tipear su mensaje de texto mientras nosotros (mi mama y yo) le preguntabamos por los horarios de colectivo a Parana.

Cosas que me molestan muchisimo:

* La gente preguntandome cuanto peso, mi edad y cuanto gano.
* La gente diciendome que tengo que hacer con el dinero que gano, como, cuando y donde invertir (obvio que todo en Argentina!)
* La imposibilidad de conseguir ropa de mi talle. La ropa sigue siendo muy buena, el cuero es INCREIBLE pero los talles son para Barbie y Kent.

Debo decir que a pesar de estos inconvientes, la pase muy bien. La comida sigue siendo excelente (especialmente la pasteleria!), la cerveza bien helada y los tostados de jamon y queso se llevaron todos los laureles. Los amigos (esos que se cuentan con los dedos de las manos) siguen estando y me siguen entendiendo, soportando y apoyando como siempre.

viernes, octubre 10, 2008

No se....

Como se hace para colocar videos de youtube, pero por ahora les dejo la direccion de uno que me emociono.

http://www.youtube.com/watch?v=uAaxdkctCEw


aca hay dos mas que son muy uruguayos tambien

http://www.youtube.com/watch?v=TqmI9CqRa7c

Que lindo mi Buenos Aires


los barrios porteños (sus inicios)

Las zonas en que se dividio Buenos Aires fueron en algunos casos resultados del asentamiento etnico aportado por la inmigracion, incluyendo habitos y modalidades idiomaticas. Pero trascendieron este esquema historico hasta convertirse en perfil esencial de la trama urbana.



Pileta de natacion, estaba frente a la estacion del ferrocarril San Martin en Retiro. Foto 19 Noviembre 1938

Los Origenes

Hubo una aldehuela primitiva, asentamiento portuario de ubicación tan opinable que los historiadores no han logrado ponerse de acuerdo acerca de ella y, tambien, de muy difusos contornos, cuya transitoria existencia no cuenta para el caso.
Pero en funcion de sus barrios, Buenos Aires nacio como es debido el 11 de junio de 1580 y fue hija de la tozuda voluntad de Juan de Garay. Vio la luz y quedo asentada su existencia en los documentos de estilo como caserio minúsculo, apiñado en torno de la plaza mayor y asfixiado por el ejido que lo estrechaba ahí nomas, a tiro de cañon de los minusculos barquichuelos que anclaban en la primitiva desembocadura del Riachuelo. Buenos Aires era un barrio en si misma y asi continuo, durante casi 2 siglos.


La Boca, foto tomada desde el puente Avellanedael 27 de marzo de 1961


Bolsa de Cereales en un ala de la estacion del ferrocarril Sarmiento, en 1932


Constitucion, calle general Hornos. Foto de 1938


Refugio y tranvia en la Avenida Corrientes y Florida. Foto 1950

A sus habitantes les bastaba con ir saliendo victoriosos de la cotidiana e incesante lucha por la supervivencia. Ejercicio de perseverancia que, ademas de indeclinable laboriosidad, les imponia tener profunda fe en los insondables designios de Dios.
La religiosidad de aquellos primitivos porteños desbordo, corrido el tiempo, las posibilidades de su unica parroquia-La catedral- y fue para mejor atender esa necesidad atemporal, entre otras razones, que Buenos Aires comenzo a parir los barrios, siçus hijos predilectos.
Apuntan los estudiosos que la documentación aun existente hace mencion, alla por 1729, de tres arrabales que ya se habian sumado a la traza original diseñada por Garay; el Alto de San Pedro (nada mas ni nada menos que el actual san Telmo), el barrio de San Juan (los alrededores del Templo del mismo nombre, por esa epoca curato de indios, en Alsina y Piedras) y el Barrio Recio (el entorno de lo que mucho mas adelante paso a ser el Mercado del Plata). Puede que no conste, pero tambien es posible, que a fuerza de logica pura ya existiesen otros dos barrios centricos, que habrian de perdurar hasta fines del siglo XIX; Catedral al Norte y Catedral al Sur, y en plena zona de quintas por los confines remotos del area urbanizada, el Retiro.
Esa subdivison quedo perfeccionada en 1769 cuando el obispo Manuel Antonio de la Torre dispuso que la unica parroquia existente, la de la Catedral, tuviera el complemento de otras cuatro; San Nicolas, La Piedad, Concepción y Monserrat. Confirmadas mediante Real Cedula del 8 de julio de ese mismo año, poco después se amplio a una quinta circunscripción, el Socorro, y asi empezo la existencia mitologica de los barrios porteños.

Partidas de nacimiento


Al porteño medio, el termino barrio suele traerle al corazon connotaciones de calles angostas, tal vez todavía empedradas, casas bajas, de patios amplios y adornados con macetas; quietud en las siestas del verano y amistosa solidaridad de un vecindario en que todos se conocen y todos se saludan.


Vista Aerea de Retiro. La entonces Plaza Britania, la Torre de los Ingleses, al fondo el edificio del ferrocarril del Estado y La Casa de la Moneda


Palermo. La avenida Las Heras. Se ven las esquinas de Scalabrini Ortiz y de Jeronimo Salguero. Al fondo a la derecha se ve la Penitenciaria que fue demolida en 1962. Foto del 10 de enero de 1962

Buenos Aires, ya se dijo, se hizo a retazos. Sin embargo, es probable que en los albores del siglo actual quedo firme su mas elemental y tajante division; por un lado el Centro (que geométricamente hablando, bien es sabido, nada tiene de tal y, ademas, esta formado por varios barrios), luminoso, bullicioso e insomne, y por el otro el arrabal, que se apropio de la denominación generica de los barrios.
Esos barrios porteños nacieron y crecieron por causas diversas. Unos se formaron alrededor de un templo que les dio partida de bautismo; otros, como La Boca, Villa Crespo y el norte de Balvanera ( el Once), progresaron sobre la base afincamiento de colectividades, la genovesa y la israelita, respectivamente que le transfundieron sus costumbres, usos y hasta giros idiomaticos. Tambien estan aquellos cuyo origen fue un loteo (Villa Lugano, Villa del Parque) o producto de aparicion de concentraciones laborales (Barracas, Mataderos, Parque Patricios) o traslados y aposentamientos masivos de una clase social particular (Recoleta), o fueron preteritos pueblos provinciales incorporados a la metrópoli (Flores y Belgrano) y los arrabales de esos pueblos (Floresta, Caballito, Pompeya, Nuñez, Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza).


En el barrio de Mataderos. Avenidas del Trabajo (ahora Eva Peron) y General Paz en 1935. Antiguamente ese barrio se lo denominaba Nueva Chicago.


San Telmo. La bajada de la calle Doctor Jose M. Giuffra. Se ve el Canto al Trabajo, escultura de Yrurtia. Año 1956.


Estacion Belgrano C del ferrocarril Mitre con los andenes bajos. Foto 1938

Aquel Barrio


Nada resta de aquellos y tantos mas cuadros costumbristas. Vivir en los barrios es, casi como vivir en el Centro. Ya no quedan faroles para apagar a hondazos ni nadie que tenga menos de medio siglo podria explicar que es una ¨gomera¨. Se esfumaron los amistosos vigilantes de las esquinas, los lecheros, los plumeros con sus carros cargados de articulos de mimbre, plumeros y escobas, los barquilleros y los maniseros, los polleros, los carboneros, los verduleros y fruteros ambulantes, los pezcadores, los hieleros, etc.


Yacht Club Argentino en Darsena Norte. Hoy pertenece a Puerto Madero.


La Avenida General Paz en 1948. A modo de guard rail las vallas de troncos.


Villa Devoto. La avenida Francisco Beiro empedrada, con trolebuses y omnibus Leyland. Foto 1958


Flores. La vieja casa patriarcal de los Flores en Pedernera y Gregorio de Laferrere. Foto 1943.


Por lo tanto, el barrio se subdividia en varios minibarrios de no mas de dos o tres cuadras de extensión cuyo vecindario tenia acendrado sentido de la pertenencia, sus usos, sus costumbres e, incluso, sus clases sociales.
En cada uno de esos circulos menores, por ejemplo habia profesionales y empleados mas o menos caracterizados, residentes en casas de familia, que podian ser individuales o de departamentos de renta, de una o a lo sumo dos plantas, con salas de pisos relucientes a fuerza de viruta y cera, portones imponentes de hierro o madera, balcones decorados por maceteros y, andando el tiempo, las primeras en darle cabida al singular patrimonio del televisor, la heladera electrica, la licuadora y el lavarropas.


La Boca. La Avenida Almirante Brown esquina Wenceslao Villafañe, el 20 de enero de 1946. Empedrada, con tranvias y garitas para el vigilante.


Monserrat. Avenida Belgrano esquina Chacabuco. Foto de 1958


Plaza Italia. A principios de siglo, solo estaba el monumento a Garibaldi.


Palermo. Caballeriza del Hospital Fernandez. Año 1930

Los empleados y obreros vivian en departamentos pequeños, alineados en un corredor que se extendia a lo largo de un lote estrecho. Por ultimo, estaba el solidario conglomerado de los residentes en los conventillos que, poco a poco, pasaron a ser denominados inquilinatos y perdieron vigencia en medida proporcional al exodo hacia los barrios perifericos y el Gran Buenos Aires; lo barato de la tierra permitia compensar el alejamiento con el logro de la casita propia.
Aquel barrio extinguido distribuia su población infantil entre los colegios particulares- por lo general situados en la zona y no siempre distinguidos- y el alumnado de los colegios del Estado; pero todos, absolutamente, eran clientes del librero, casi siempre un señor mayor y bondadoso, proveedor de odiosos cuadernos de clase, de lapiceras, de lapices, de papel glacè para las manualidades y, tambien, de bolitas, pelotas de goma, trompos, rusticos soldados de plomo sin pintar y sencillos juguetes de laton.
Categorías escolares al margen, los varones se igualaban democráticamente en el potrero (todavía quedaban baldios) y en las veredas. Alli cada pasatiempo tenia su epoca, la pelota era reina, ya fuese una humilde esfera de goma o el reglamentario balon de cuero, que solia aparecer durante la mañana del 6 de enero.
Las señoras hacian sus compras en el mercadito de mitad de cuadra; el almacen con despacho de bebidas o la despensa, que carecia de ese recinto absolutamente masculino; la panaderia; la merceria cuyo dueño solia ser sirio libanes, pero para todo el mundo era ¨el turco¨, la farmacia, despacho de mediacamentos y consultorio medico de urgencia para afecciones de menor cuantia, y la lecheria donde el producto era fraccionado en los envases que portaba el cliente.
La mañana quedaba reservada a las compras, la limpieza y la cocina; la tarde se destinaba a las radionovelas y las visitas; al caer la tarde volvian a la cocina y durante lo que podia pasar por ser la trasnoche- nunca mas alla de las 10- se dedicaban a coser y zurcir mientras escuchaban por la radio algun programa de preguntas y respuestas o un novelon.
Vida monotona y apacible que era alterada por la presencia del verano. Cuando hacia calor, la trasnoche tenia lugar en la vereda y con atavios livianos- otra vez el baton para las señoras; los hobres, de riguroso saco pijama o en proletaria camiseta-, después de haber ido a comprar cerveza suelta o helados en la lecheria, invariablemente de solo cuatro gustos; crema, chocolate, frutilla y limon. Si el dia siguiente era feriado, la familia en pleno se iba en el tranvía hasta la Costanera, frente al rio cuyo balneario, por otra parte, era multitudinario lugar de veraneo.
Y llegaban las fiestas de fin de año. Tan ruidosas y mas cordiales, tal vez, que ahora. Muchas veces celebradas en los patios, con las mesas colmadas por el aporte gastronomito de cada invitado y rematadas en plena calle, cuando la circunstancial union de alguno de los vecinos con dotes musicales permitia improvisar de apuro una miniorquesta para bailar hasta la aparicion del sol.
Toda ocasión era propicia para que la comunidad femenina barrial intercambiase informaciones, tal como sus hijos intercambiaban figuritas. Todos sabian de todos, porque a fuerza de sencilla y, tal vez, hasta mas inocente, la existencia cotidiana era trasparente. Dado que casi siempre en cada familiaconvivian varias generaciones, las abuelas resultaban ser maestras de esa pormenorizada labor de inteligencia. Acreedoras del respeto y la subordinación de hijas y nueras, a las señoras mayores les tocaba en suerte la porcion mas descansada de las tareas domesticas, por lo que aprovechaban el tiempo libre oteando desde los balcones y portales el ir y venir del barrio; nadie como ellas estaba al tanto de noviazgos, rupturas, desavenencias conyugales, compromisos matrimoniales, ¨malos pasos ¨ de niñas que ya no podrian casarse de blanco o de viudas alegres a pesar de vivir enfundadas en negros lutos, reveses de fortuna, mudanzas, adquisiciones y enfermedades del vecindario.
En el barrio, los varones adultos frecuentaban el café, donde se charlaba en torno a la mesa atiborrada de pocillos de express y se jugaba al billar y los dados, o el mas reducido despacho de bebidas del almacen, en que reinaban el vino (tinto o semillon), la cerveza, la grappa y la ginebra, y los contertulios libraban ardorosas partidas de naipes o domino.
Si se iba al cine entre semana, se iba al del barrio; salir al Centro implicaba, en aquel mundo en que imperaban el ambo, el sombrero para uno y otro sexo, el taco alto y la corbata, vestirse de gran tenida tras un minucioso proyecto previo.


Barrio de San Nicolas. Alumnos y publico en torno al Obelisco. 12 de Octubre de 1937.


Mataderos. Avenida de Los Corrales y Avenida General Paz. Foto del 9 de mayo de 1961


Parque Chacabuco. Curapaligüe, Malvinas y Avenida del Trabajo en 1957.


San Telmo. Rincon de la Plaza Dorrego. Foto tomada desde la esquina de Humberto I y Defensa.


Rivalidades


Ningun barrio que se sepa, le ha declarado la guerra al otro....excepto cuando de confrontaciones futbolisticas se trata.
La rivalidad prototipica y proverbial de esa tendencia de los porteños es la de River Plate y Boca Juniors, curiosamente nacidos en la misma cuna, a la vera del riachuelo y cuneado se despuntaba el siglo.
Uno tuvo vocacion de emigrante y jailafe, por lo cual todavía joven se fue de la barriada baja (tal como el bailarin compadrito de un tango famoso) y tras varias escalas recalo primero frente al viejo Armenonville para luego tener residencia definitiva en el bajo Belgrano; el otro sigui enquistado como para siempre en el panorama boquense y, es mas, hasta se resistiocon éxito a ser cambiado de domicilio.
Ambos admiten ser primos, pero la relacion no pasa de alli, salvo por el hecho concreto de que los miembros de muchas viejas familias de La Boca solian mirarse de reojo cuando ambos equipos se enfrentaba; en pleno Almirante Brown y Olavaria todavía quedan todavía quedan muchos corazones que gozan y sufren por River.
Otra rivalidad a cara de perro es la que enfrenta a los hinchas de Huracán, cuyos reductos estan en Parque Patricios y Pompeya, con los de San Lorenzo de almagro, ciudadanos de Boedo por nacimiento o adopción.
Reciben los motes de Quemeros (Huracán tiene su estadio donde antiguamente era la quema de basura) y Los Cuervos (San Lorenzo vio la luz en un oratorio salesiano).
Pleitos de barrio que nacieron con el futbol mismo crecieron en los potreros y culminaron en los estadios; Excursionistas y Defensores de Belgrano (en Belgrano); All Boys y Argentinos Juniors (en Floresta y La Paternal); Velez Sarzfield y Ferro Carril Oeste (en Liniers y Caballito); Atlanta y Chacarita Juniors (en Villa Crespo), reviven hoy dia aquellos barrio contra barrio que casi siempre comenzaban con las pintadas de un paredón: Once Corasones desafian.... (sic)


Parque Avellaneda en 1939. Fue la estancia de los Olivera


Parque Chacabuco. El santuario de la Medalla Milagrosa. Foto 1957


Antigua pasteleria. Calle Suipacha y Corrientes

Hoy en Dia


Poco o nada resta, esta dicho, de aquel barrio. Casi nadie se conoce en el vecindario porque se transita la calle a paso vivo, urgido por las obligaciones. En los baldios sobrevivientes se acumulan los desperdicios y corretean las alimañas. Hay tanto ruido y atmosferas viciadas en el Centro como en la periferia y uno tras otro se han ido perdiendo de aquellos detalles que hacia grata y sencilla la vida.
Los cafes y los despachos de bebidas sucumbieron al autoritarismo del doble empleo, almacenes y mercaditos perecieron en la pugna con los supermercados y nadie se atreveria a jugar un barrio contra barrio a la pelota en las calles que trepidan al paso de colectivos, camiones, autos y motos
El barrio fue asi. Ya paso. Es una lastima

martes, octubre 07, 2008

Un articulo importante

Bolivia: Un proceso amenazado que creceRafael Bautista

Se dice que todos retornan a su origen de clase. El retorno quieredecir el devolverse al origen del cual uno es lo que es. Pero hay queagregar lo siguiente: un tipo de extracción genera un tipo desubjetividad. Esto quiere decir: el modo de acumular riqueza es elmodo que constituye, en definitiva, al individuo. Entonces, laacumulación no es fútil, pues constituye el modo de ser del queacumula. Y lo constituye para siempre; de modo que, en este caso,cambiar significa cambiar el modo de acumulación, renunciar a ser loque se ha sido: optar por una nueva forma de vida. Uno da lo quetiene, y si la oligarquía sólo sabe dar violencia, entonces esviolencia lo que constituye su forma de vida. Es como una enfermedadcrónica que requiere un cambio en los hábitos: cambiar de forma devida. Pero sucede que, en muchos casos, es el enfermo quien se resistea aceptar su condición de enfermo, y esa resistencia es el causantedel empeoramiento de su situación. Ante una sociedad enfermaespiritualmente, se requiere algo más que la audacia política. Esparte de nuestro cuerpo que se resiste a cambiar y que nos arrastra,en su resistencia, al malestar.Pero comprendamos el origen del actual malestar que enferma a nuestrasociedad. Por lo general se cree que la acumulación originaria delactual capital del oriente (y su foco radical: la oligarquía cruceña)radica en la extracción de goma o azúcar, la ganadería o laagroindustria, etc. Esa creencia describiría una linealidad casihomogénea del comportamiento histórico de la oligarquía oriental. Locual no es cierto. Pues los últimos veinte años de neoliberalismofueron la fiesta del capital oriental (pues casi todos los gobiernosneoliberales estuvieron en manos de la oligarquía cruceña, tarijeña,beniana y pandina); y esa presencia en el Estado no coincide con loque pudo haber significado una acumulación histórica de liderazgo. Elmodo iracundo y hasta salvaje de asaltar otra vez el poder no coincidecon esa pretendida acumulación histórica.La acumulación originaria de la actual oligarquía que no cede y que,de modo irracional, quiere imponernos una democracia, a imagen ysemejanza de su condición original, debe entonces buscársela en otrolado: Su modo de extracción es el narcotráfico y su modo de ser es elfascismo. Pues se trata de un modo de extracción que se origina yconstituye en las dictaduras militares y, despliega, desde su origen,la violencia desmedida y sistemática de un apetito parasitario que,para vivir, necesita destruir. La democracia, made in USA, quetrajeron los graduados de Chicago (los economistas que ahora, en laspantallas, parecen alquimistas, transformando la mentira en verdadmediática), le sirve para lavar su condición, pero la lava ensuciandotoda su sociedad; accede al poder corrompiendo las instituciones:empieza por los partidos y acaba con los medios. Por eso, una vezgobierno, abre su país a otro apetito más voraz que el suyo: elcapital transnacional; pues no se trata de una acumulación productodel esfuerzo sino de la inmoralidad. Y esa inmoralidad le permitevender hasta a su propia madre, con tal de ganar algo más. El origende este capital es entonces espurio y trepa socialmente al modo de lamafia. En veinte años de neoliberalismo encontró su paraíso fiscal: elEstado policiaco. Y ahora retorna a su origen y nos promete lo únicoque tiene: la violencia; por eso agrede, porque es lo único que haaprendido como forma de vida.Esa es la triste oposición que retrata a una oligarquía cooptada porun sector que, a base de pura violencia, trepó socialmentecorrompiendo a una sociedad (que se denomina clase media) que, como subase de reclutamiento, está llamada a defender los intereses delladrón, en desmedro de sí misma. Ya no pueden acudir al discursoliberal o socialdemócrata, quienes fueron paridos por el fascismo, ycuyo modo de acumulación es inadmisible por los mismos principios quese encargan de, otra vez, corromper. Por eso lo de "Consejo NacionalDemocrático" (que es la sigla que roba los mismos principios queatropellan) es una burla, porque no tiene nada de consejo ni denacional ni de democrático; y ese modo abusivo de ampararse enbanderas ajenas los retrata de cuerpo entero: robar como forma devida.Por eso el aparente triunfo que logran es sólo la demostración de suderrota, porque la violencia no es gratuita y eso manifiesta laperdida de hegemonía de aquel que no sabe siquiera sacarle partido auna batalla. Por eso la estrategia del presidente era sabia: es mejorque se desmorone por sí solo lo que no tiene poder real. Enfrentarlesignificaba darle crédito a algo que no lo tiene, caer en la trampamediática: la legitimidad inventada. Ser realista consistía en saberadvertir esto; por eso el referéndum ratificatorio era fundamentalrealizarlo. Ahora el desenmascaramiento no sólo es paulatino sinototal y demuestra que las supuestas demandas regionales eran unmagnífico pretexto para ocultar la intención última; aquella quecaracteriza a la oligarquía boliviana en su conjunto: su interés nuncacoincidió con el interés nacional, porque ese interés se logróprecisamente atropellando el interés nacional. El relevo oligárquicofue un relevo extractivo y que configuró una casta improductiva yávida por comprometer el patrimonio nacional para lograr beneficiosinmediatos. Por eso pierde el Acre o el Litoral y, ahora, prefieredespedazar su país que verlo desarrollarse de modo auténtico.Esa historia degenera en el actual relevo oligárquico que, asiste aesta definición histórica, cargando no sólo el fracaso centenario desu incapacidad, sino la inmoralidad inherente de su últimaacumulación. Así como el narcotraficante transforma un alimentosagrado (como la coca) en un veneno, no le tiemblan las manos (ni leremuerde la conciencia) cuando transforma la vida en muerte, lalibertad en opresión, la democracia en fascismo. Y para ello hurga ymanipula los asuntos más delicados para sembrar odio y sangre en latierra que nunca respetó ni amó. El asunto nunca fue autonomía versuscentralismo. Porque el centralismo no fue de una región sobre lasotras sino de una oligarquía que capturó para sí el poder central y,desde allí, recondujo todos los recursos en beneficio propio. Por esose corrobora lo siguiente: nadie es poderoso por tener mucho dinerosino por haber accedido al Estado.Si la crisis aparece estando el narcotráfico en el poder entonceshacen del Estado un estado totalitario; las armas se amparan en la leypara asesinar al pueblo. Pero si el poder público se les esarrebatado, entonces llaman a la movilización civil de su ámbito dereclutamiento: la clase media. Pero la legitimación no cambia, setrata de legitimar la dominación en el asesinato. Por eso conducen asus convocados a la violencia, porque, en el fondo, no saben otramanera de legitimar su poder sino es asesinando; pero para que noaparezca como lo que es: asesinato puro, tienen, necesariamente, queencubrir el asesinato ideológicamente. El que asesina debe asumir suacto como algo "bueno" y, mientras "más bueno" lo considere, másmuertes estará dispuesto a ocasionar. Es cuando el totalitarismo sedesnuda y toma como rehén a todo un país y le exige, como pago, nocambiar nada: la legitimación consiste en asesinar y cuanto más seasesine más legitimidad tendrá el asesino. No se trata de una demandasino de una amenaza, por eso sus términos no admiten concesiones oterceras vías. Es este totalitarismo el que provoca una situación sinsalida; provoca la confrontación, porque es a lo que apuesta, de modoque justifica esta porque previamente ha asumido que es legítimoasesinar; el origen de su legitimación se encuentra siempre en ladisposición que tiene a matar; está seguridad es la que intimida y dafuerzas a sus convocados: su fidelidad está en la disposición suicidade acabar con todo si no se le cumple lo que quiere. La ideologizaciónde sus creencias (el racismo hecho "catecismo autonomista") es lo queapalea a todos los demás convertidos en enemigos.Ese es el discurso de los prefectos, en el que advertimos dónde hacenido la confrontación y la intolerancia. Es un discurso que no sabemedir sus palabras y sólo reafirma una insolencia que sólo podríaprovenir de la soberbia. Precisamente los medios (los grandesperdedores del referéndum) son quienes dan alas para que el soberbiose crea amo y señor de algo que no le pertenece. Ni siquiera eltriunfo virtual de los prefectos, inventado por los medios (que ahorano hay que decirles nada porque se enojan, lujo que no se puede dar elpueblo, que es quien padece sus mentiras), era triunfo, porque ¿quésignificaba ganar si sólo habían ganado entre sus compadres y suscaporales? Los medios, que se creen Dios, porque juzgan sin apelaciónalguna (pues hasta ahora ningún medio rectificó la asquerosamanipulación que hizo), repartiendo vida y muerte a granel,decidiendo, por anticipado, como Dios, quién gana y quién pierde (comola sentencia del tribunal supremo gringo, cuando le robaron laelección a Al Gore: "quizás no sepamos quién ganó, pero sí estamosseguros quién perdió"). Los "dos tercios", el 67.4% (bandera de laderecha en la Constituyente, pero ahora inexistente en sus bocas) deapoyo nacional al gobierno es un triunfo, dicen estos medios, sólo"relativo": "la revocación es en 5 departamentos", decía el padrePérez y los analistas de Gonitel y sus gemelas PATB, buscandodesesperadamente argumentos para quitarle el triunfo al gobierno (sital situación fuese cierta, entonces habríamos dejado de ser nación,gracias a Dios somos nación y el referéndum dejó establecido eso). Elbaño de humildad que precisa la derecha se hace imposible, pues nisiquiera en sus "triunfos" son capaces de sensatez. "No odies a tuenemigo, eso afecta tu juicio". Es una lección que dictamina laprudencia política. La virtud consiste en reconocer la dignidad deladversario; de ese modo el conflicto no se absolutiza y el diálogo esposible. Pero desgraciadamente no hay prudencia ni virtud en laoposición que ahora mengua a menos de un tercio de luna; pues la"media luna" quedó reducida a su tamaño real: los adictos de losmedios (quien se alimenta de mentiras sólo sabe escupir veneno).Acusado de populista y caudillo autoritario, el presidente EvoMorales, es quien, curiosamente, le devuelve al pueblo su condición desede originaria de la legitimidad y la soberanía. Los prefectos,todavía hijos del absolutismo del dieciocho (l'Etat c'est moi), sonincapaces de reconocer que su poder es una delegación que el pueblosiempre y, en última instancia, produce como sede originaria del poderreal. El referéndum consistía precisamente en devolverle al pueblo esasu cualidad originaria. De modo que el acusado de autoritarismo otorgaal pueblo la posibilidad de su revocación y quienes le acusan sonaquellos que, más bien y acorde a su condición inmoral, usurpan denuevo aquella delegación y ofenden, como primera muestra de laarrogancia de aquel que cree que el poder reside en él. Después de másde "dos tercios" de aprobación nacional, el discurso del presidenteEvo Morales es todavía conciliador y muestra una sabiduría ymagnanimidad propia del estadista. Lo cual lo distingue de toda lalacra política que nos gobernó (y pretende todavía usurpar de nuevo elpoder) y manifiesta una verdad que aparece de cuerpo entero: sóloquien venía de abajo podía entender, en su verdadera dimensión, lascontradicciones de nuestro país; y que esa sabiduría no podía procederde Harvard o Cambridge o Lovaina o Chicago, sino de aquí mismo, de latierra que nos parió y sufrió con nosotros nuestra suerte. La leyendade la coca era cierta, sólo ella podía producir un líder merecedor deesta nuestra tierra.Eso es lo que distingue a un proyecto nacional de un interésparticular. Y lo que distingue a la autoridad moral de la inmoralidadautoritaria. Al Evo de los prefectos. Por eso nunca hubo "empatecatastrófico", y eso sólo fue un triste empantanamiento de unaintelectualidad que quería quedar bien con Dios y con el diablo.Frente al iracundo desafío de la oligarquía (cuyos paros y bloqueosson pagados por los recursos que dicen defender) el pueblo no puedesino responder como acumulación histórica de la memoria. No se tratade una lucha de hegemonías que, en última instancia, es la opción delmás fuerte: ¿quién puede matar más?; sino de algo más allá que la meraaudacia política. Propiciar el conflicto es lo más fácil, pero enpolítica lo más fácil es lo más peligroso. La prudencia nos obliga asostener este proceso de modo democrático; es el marco en el que se haproducido este proceso y dentro del cual debe saber llevarse a cabo.Ese es el verdadero desafío que adoptamos como pueblo: el tránsitodemocrático hacia una nueva forma de vida; de modo que la resoluciónsea siempre política y no bélica. Porque hasta con las piedras que nosponen en el camino podemos todavía seguir construyendo. La oligarquíase mueve en el todo o nada, por eso su lucha es a muerte. Nosotrosproponemos la vida, por eso no provocamos la muerte. El derecho a ladefensa le pertenece a la víctima porque defiende la vida.Es lo que confirma el "Consejo Nacional por el Cambio" que,curiosamente, resignifica la sigla del MAS (que puede ahora ser lo queen su origen ha sido, el Instrumento Político para la Soberanía de losPueblos, IPSP); ahora se trata de: "Movimientos al Socialismo", enplural; porque las organizaciones aglutinadas se reúnen y confirman unhorizonte. Lo que resta ahora es explicitar ese horizonte: ¿en quéconsiste el socialismo como horizonte de una "revolución democrático-cultural"? El pueblo boliviano se propone a sí mismo como opciónhistórica y lo hace en Cochabamba (el centro recuperado). La unidad enprimera instancia, la organización estratégica (como "Consejo Nacionalpara el Cambio") y el reencauzar sostenido del proceso; allí aparecela propuesta inmediata: un referéndum por la nueva constitución.Después del aplastante triunfo nacional, la sabiduría popular opta porla consulta y no por la imposición. El gobierno tratará de abrir losespacios del dialogo y la concertación, como es su deber, pero laresolución política del conflicto ya fue dada, otra vez, por elpueblo. La concientización o, dicho de otro modo, la nacionalizaciónde nuestra conciencia, es el suelo desde donde el siguiente paso esposible. No se puede transformar un Estado colonial si no setransforma sus estructuras, y esto empieza con otorgarle un nuevoproyecto, es decir, un nuevo sentido. El camino es y será arduo. Lametáfora lo ilustra de este modo: siempre hay un Egipto que oprime,pero también siempre hay una tierra prometida, y el único camino quenos conduce a este es el desierto, donde el pueblo debe saber crear lonuevo. Pero en el desierto el pueblo no está solo.Por eso la comunidad no es sólo humana sino comparece en ella Aquelque dice: "He escuchado el clamor de mi pueblo y te encomiendo a tique lo liberes". Cuando un deseo es sincero y generoso, el universoentero conspira con uno para realizarlo. Y no hay mayor deseo generosoque la liberación del pueblo.