viernes, octubre 10, 2008

Que lindo mi Buenos Aires


los barrios porteños (sus inicios)

Las zonas en que se dividio Buenos Aires fueron en algunos casos resultados del asentamiento etnico aportado por la inmigracion, incluyendo habitos y modalidades idiomaticas. Pero trascendieron este esquema historico hasta convertirse en perfil esencial de la trama urbana.



Pileta de natacion, estaba frente a la estacion del ferrocarril San Martin en Retiro. Foto 19 Noviembre 1938

Los Origenes

Hubo una aldehuela primitiva, asentamiento portuario de ubicación tan opinable que los historiadores no han logrado ponerse de acuerdo acerca de ella y, tambien, de muy difusos contornos, cuya transitoria existencia no cuenta para el caso.
Pero en funcion de sus barrios, Buenos Aires nacio como es debido el 11 de junio de 1580 y fue hija de la tozuda voluntad de Juan de Garay. Vio la luz y quedo asentada su existencia en los documentos de estilo como caserio minúsculo, apiñado en torno de la plaza mayor y asfixiado por el ejido que lo estrechaba ahí nomas, a tiro de cañon de los minusculos barquichuelos que anclaban en la primitiva desembocadura del Riachuelo. Buenos Aires era un barrio en si misma y asi continuo, durante casi 2 siglos.


La Boca, foto tomada desde el puente Avellanedael 27 de marzo de 1961


Bolsa de Cereales en un ala de la estacion del ferrocarril Sarmiento, en 1932


Constitucion, calle general Hornos. Foto de 1938


Refugio y tranvia en la Avenida Corrientes y Florida. Foto 1950

A sus habitantes les bastaba con ir saliendo victoriosos de la cotidiana e incesante lucha por la supervivencia. Ejercicio de perseverancia que, ademas de indeclinable laboriosidad, les imponia tener profunda fe en los insondables designios de Dios.
La religiosidad de aquellos primitivos porteños desbordo, corrido el tiempo, las posibilidades de su unica parroquia-La catedral- y fue para mejor atender esa necesidad atemporal, entre otras razones, que Buenos Aires comenzo a parir los barrios, siçus hijos predilectos.
Apuntan los estudiosos que la documentación aun existente hace mencion, alla por 1729, de tres arrabales que ya se habian sumado a la traza original diseñada por Garay; el Alto de San Pedro (nada mas ni nada menos que el actual san Telmo), el barrio de San Juan (los alrededores del Templo del mismo nombre, por esa epoca curato de indios, en Alsina y Piedras) y el Barrio Recio (el entorno de lo que mucho mas adelante paso a ser el Mercado del Plata). Puede que no conste, pero tambien es posible, que a fuerza de logica pura ya existiesen otros dos barrios centricos, que habrian de perdurar hasta fines del siglo XIX; Catedral al Norte y Catedral al Sur, y en plena zona de quintas por los confines remotos del area urbanizada, el Retiro.
Esa subdivison quedo perfeccionada en 1769 cuando el obispo Manuel Antonio de la Torre dispuso que la unica parroquia existente, la de la Catedral, tuviera el complemento de otras cuatro; San Nicolas, La Piedad, Concepción y Monserrat. Confirmadas mediante Real Cedula del 8 de julio de ese mismo año, poco después se amplio a una quinta circunscripción, el Socorro, y asi empezo la existencia mitologica de los barrios porteños.

Partidas de nacimiento


Al porteño medio, el termino barrio suele traerle al corazon connotaciones de calles angostas, tal vez todavía empedradas, casas bajas, de patios amplios y adornados con macetas; quietud en las siestas del verano y amistosa solidaridad de un vecindario en que todos se conocen y todos se saludan.


Vista Aerea de Retiro. La entonces Plaza Britania, la Torre de los Ingleses, al fondo el edificio del ferrocarril del Estado y La Casa de la Moneda


Palermo. La avenida Las Heras. Se ven las esquinas de Scalabrini Ortiz y de Jeronimo Salguero. Al fondo a la derecha se ve la Penitenciaria que fue demolida en 1962. Foto del 10 de enero de 1962

Buenos Aires, ya se dijo, se hizo a retazos. Sin embargo, es probable que en los albores del siglo actual quedo firme su mas elemental y tajante division; por un lado el Centro (que geométricamente hablando, bien es sabido, nada tiene de tal y, ademas, esta formado por varios barrios), luminoso, bullicioso e insomne, y por el otro el arrabal, que se apropio de la denominación generica de los barrios.
Esos barrios porteños nacieron y crecieron por causas diversas. Unos se formaron alrededor de un templo que les dio partida de bautismo; otros, como La Boca, Villa Crespo y el norte de Balvanera ( el Once), progresaron sobre la base afincamiento de colectividades, la genovesa y la israelita, respectivamente que le transfundieron sus costumbres, usos y hasta giros idiomaticos. Tambien estan aquellos cuyo origen fue un loteo (Villa Lugano, Villa del Parque) o producto de aparicion de concentraciones laborales (Barracas, Mataderos, Parque Patricios) o traslados y aposentamientos masivos de una clase social particular (Recoleta), o fueron preteritos pueblos provinciales incorporados a la metrópoli (Flores y Belgrano) y los arrabales de esos pueblos (Floresta, Caballito, Pompeya, Nuñez, Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza).


En el barrio de Mataderos. Avenidas del Trabajo (ahora Eva Peron) y General Paz en 1935. Antiguamente ese barrio se lo denominaba Nueva Chicago.


San Telmo. La bajada de la calle Doctor Jose M. Giuffra. Se ve el Canto al Trabajo, escultura de Yrurtia. Año 1956.


Estacion Belgrano C del ferrocarril Mitre con los andenes bajos. Foto 1938

Aquel Barrio


Nada resta de aquellos y tantos mas cuadros costumbristas. Vivir en los barrios es, casi como vivir en el Centro. Ya no quedan faroles para apagar a hondazos ni nadie que tenga menos de medio siglo podria explicar que es una ¨gomera¨. Se esfumaron los amistosos vigilantes de las esquinas, los lecheros, los plumeros con sus carros cargados de articulos de mimbre, plumeros y escobas, los barquilleros y los maniseros, los polleros, los carboneros, los verduleros y fruteros ambulantes, los pezcadores, los hieleros, etc.


Yacht Club Argentino en Darsena Norte. Hoy pertenece a Puerto Madero.


La Avenida General Paz en 1948. A modo de guard rail las vallas de troncos.


Villa Devoto. La avenida Francisco Beiro empedrada, con trolebuses y omnibus Leyland. Foto 1958


Flores. La vieja casa patriarcal de los Flores en Pedernera y Gregorio de Laferrere. Foto 1943.


Por lo tanto, el barrio se subdividia en varios minibarrios de no mas de dos o tres cuadras de extensión cuyo vecindario tenia acendrado sentido de la pertenencia, sus usos, sus costumbres e, incluso, sus clases sociales.
En cada uno de esos circulos menores, por ejemplo habia profesionales y empleados mas o menos caracterizados, residentes en casas de familia, que podian ser individuales o de departamentos de renta, de una o a lo sumo dos plantas, con salas de pisos relucientes a fuerza de viruta y cera, portones imponentes de hierro o madera, balcones decorados por maceteros y, andando el tiempo, las primeras en darle cabida al singular patrimonio del televisor, la heladera electrica, la licuadora y el lavarropas.


La Boca. La Avenida Almirante Brown esquina Wenceslao Villafañe, el 20 de enero de 1946. Empedrada, con tranvias y garitas para el vigilante.


Monserrat. Avenida Belgrano esquina Chacabuco. Foto de 1958


Plaza Italia. A principios de siglo, solo estaba el monumento a Garibaldi.


Palermo. Caballeriza del Hospital Fernandez. Año 1930

Los empleados y obreros vivian en departamentos pequeños, alineados en un corredor que se extendia a lo largo de un lote estrecho. Por ultimo, estaba el solidario conglomerado de los residentes en los conventillos que, poco a poco, pasaron a ser denominados inquilinatos y perdieron vigencia en medida proporcional al exodo hacia los barrios perifericos y el Gran Buenos Aires; lo barato de la tierra permitia compensar el alejamiento con el logro de la casita propia.
Aquel barrio extinguido distribuia su población infantil entre los colegios particulares- por lo general situados en la zona y no siempre distinguidos- y el alumnado de los colegios del Estado; pero todos, absolutamente, eran clientes del librero, casi siempre un señor mayor y bondadoso, proveedor de odiosos cuadernos de clase, de lapiceras, de lapices, de papel glacè para las manualidades y, tambien, de bolitas, pelotas de goma, trompos, rusticos soldados de plomo sin pintar y sencillos juguetes de laton.
Categorías escolares al margen, los varones se igualaban democráticamente en el potrero (todavía quedaban baldios) y en las veredas. Alli cada pasatiempo tenia su epoca, la pelota era reina, ya fuese una humilde esfera de goma o el reglamentario balon de cuero, que solia aparecer durante la mañana del 6 de enero.
Las señoras hacian sus compras en el mercadito de mitad de cuadra; el almacen con despacho de bebidas o la despensa, que carecia de ese recinto absolutamente masculino; la panaderia; la merceria cuyo dueño solia ser sirio libanes, pero para todo el mundo era ¨el turco¨, la farmacia, despacho de mediacamentos y consultorio medico de urgencia para afecciones de menor cuantia, y la lecheria donde el producto era fraccionado en los envases que portaba el cliente.
La mañana quedaba reservada a las compras, la limpieza y la cocina; la tarde se destinaba a las radionovelas y las visitas; al caer la tarde volvian a la cocina y durante lo que podia pasar por ser la trasnoche- nunca mas alla de las 10- se dedicaban a coser y zurcir mientras escuchaban por la radio algun programa de preguntas y respuestas o un novelon.
Vida monotona y apacible que era alterada por la presencia del verano. Cuando hacia calor, la trasnoche tenia lugar en la vereda y con atavios livianos- otra vez el baton para las señoras; los hobres, de riguroso saco pijama o en proletaria camiseta-, después de haber ido a comprar cerveza suelta o helados en la lecheria, invariablemente de solo cuatro gustos; crema, chocolate, frutilla y limon. Si el dia siguiente era feriado, la familia en pleno se iba en el tranvía hasta la Costanera, frente al rio cuyo balneario, por otra parte, era multitudinario lugar de veraneo.
Y llegaban las fiestas de fin de año. Tan ruidosas y mas cordiales, tal vez, que ahora. Muchas veces celebradas en los patios, con las mesas colmadas por el aporte gastronomito de cada invitado y rematadas en plena calle, cuando la circunstancial union de alguno de los vecinos con dotes musicales permitia improvisar de apuro una miniorquesta para bailar hasta la aparicion del sol.
Toda ocasión era propicia para que la comunidad femenina barrial intercambiase informaciones, tal como sus hijos intercambiaban figuritas. Todos sabian de todos, porque a fuerza de sencilla y, tal vez, hasta mas inocente, la existencia cotidiana era trasparente. Dado que casi siempre en cada familiaconvivian varias generaciones, las abuelas resultaban ser maestras de esa pormenorizada labor de inteligencia. Acreedoras del respeto y la subordinación de hijas y nueras, a las señoras mayores les tocaba en suerte la porcion mas descansada de las tareas domesticas, por lo que aprovechaban el tiempo libre oteando desde los balcones y portales el ir y venir del barrio; nadie como ellas estaba al tanto de noviazgos, rupturas, desavenencias conyugales, compromisos matrimoniales, ¨malos pasos ¨ de niñas que ya no podrian casarse de blanco o de viudas alegres a pesar de vivir enfundadas en negros lutos, reveses de fortuna, mudanzas, adquisiciones y enfermedades del vecindario.
En el barrio, los varones adultos frecuentaban el café, donde se charlaba en torno a la mesa atiborrada de pocillos de express y se jugaba al billar y los dados, o el mas reducido despacho de bebidas del almacen, en que reinaban el vino (tinto o semillon), la cerveza, la grappa y la ginebra, y los contertulios libraban ardorosas partidas de naipes o domino.
Si se iba al cine entre semana, se iba al del barrio; salir al Centro implicaba, en aquel mundo en que imperaban el ambo, el sombrero para uno y otro sexo, el taco alto y la corbata, vestirse de gran tenida tras un minucioso proyecto previo.


Barrio de San Nicolas. Alumnos y publico en torno al Obelisco. 12 de Octubre de 1937.


Mataderos. Avenida de Los Corrales y Avenida General Paz. Foto del 9 de mayo de 1961


Parque Chacabuco. Curapaligüe, Malvinas y Avenida del Trabajo en 1957.


San Telmo. Rincon de la Plaza Dorrego. Foto tomada desde la esquina de Humberto I y Defensa.


Rivalidades


Ningun barrio que se sepa, le ha declarado la guerra al otro....excepto cuando de confrontaciones futbolisticas se trata.
La rivalidad prototipica y proverbial de esa tendencia de los porteños es la de River Plate y Boca Juniors, curiosamente nacidos en la misma cuna, a la vera del riachuelo y cuneado se despuntaba el siglo.
Uno tuvo vocacion de emigrante y jailafe, por lo cual todavía joven se fue de la barriada baja (tal como el bailarin compadrito de un tango famoso) y tras varias escalas recalo primero frente al viejo Armenonville para luego tener residencia definitiva en el bajo Belgrano; el otro sigui enquistado como para siempre en el panorama boquense y, es mas, hasta se resistiocon éxito a ser cambiado de domicilio.
Ambos admiten ser primos, pero la relacion no pasa de alli, salvo por el hecho concreto de que los miembros de muchas viejas familias de La Boca solian mirarse de reojo cuando ambos equipos se enfrentaba; en pleno Almirante Brown y Olavaria todavía quedan todavía quedan muchos corazones que gozan y sufren por River.
Otra rivalidad a cara de perro es la que enfrenta a los hinchas de Huracán, cuyos reductos estan en Parque Patricios y Pompeya, con los de San Lorenzo de almagro, ciudadanos de Boedo por nacimiento o adopción.
Reciben los motes de Quemeros (Huracán tiene su estadio donde antiguamente era la quema de basura) y Los Cuervos (San Lorenzo vio la luz en un oratorio salesiano).
Pleitos de barrio que nacieron con el futbol mismo crecieron en los potreros y culminaron en los estadios; Excursionistas y Defensores de Belgrano (en Belgrano); All Boys y Argentinos Juniors (en Floresta y La Paternal); Velez Sarzfield y Ferro Carril Oeste (en Liniers y Caballito); Atlanta y Chacarita Juniors (en Villa Crespo), reviven hoy dia aquellos barrio contra barrio que casi siempre comenzaban con las pintadas de un paredón: Once Corasones desafian.... (sic)


Parque Avellaneda en 1939. Fue la estancia de los Olivera


Parque Chacabuco. El santuario de la Medalla Milagrosa. Foto 1957


Antigua pasteleria. Calle Suipacha y Corrientes

Hoy en Dia


Poco o nada resta, esta dicho, de aquel barrio. Casi nadie se conoce en el vecindario porque se transita la calle a paso vivo, urgido por las obligaciones. En los baldios sobrevivientes se acumulan los desperdicios y corretean las alimañas. Hay tanto ruido y atmosferas viciadas en el Centro como en la periferia y uno tras otro se han ido perdiendo de aquellos detalles que hacia grata y sencilla la vida.
Los cafes y los despachos de bebidas sucumbieron al autoritarismo del doble empleo, almacenes y mercaditos perecieron en la pugna con los supermercados y nadie se atreveria a jugar un barrio contra barrio a la pelota en las calles que trepidan al paso de colectivos, camiones, autos y motos
El barrio fue asi. Ya paso. Es una lastima

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