domingo, octubre 04, 2009

Cómo construye Kirchner su candidatura a Presidente 2011

Por Julio César Balbi *

En políticas existen los especuladores, los analíticos, los voluntaristas, los oportunistas, los idealistas, los pragmáticos, los que se adelantan a cualquier acontecimiento, los que corren detrás de ellos, los osados, los éticos. Todo es posible y todos conviven, cada uno en su segmento. Pero con la vocación para el ejercicio del poder como Nestor Kirchner, hay muy pocos. Se cuentan de a uno por cada década.

El ex presidente no mueve las fichas del tablero en cada jugada como en un partido de ajedrez, él directamente patea la mesa. Y no lo hace para negociar sino que va por otra y la vuelve a patear.

Mientras toda la oposición trata de hacerle entender que fue derrotado en las últimas elecciones, Néstor prepara los temas de la agenda sin importarle la letra chica.

Tiene en sus manos el poder sobre el presupuesto, dispuesto a repartir sin miramientos y direccionándolo para reconstruir y consolidar su poder.

Cuando propios y extraños creían que su salida del poder era un trámite y con
fecha de vecha de vencimiento el 10 de diciembre de 2011, desde las cenizas y cuando todos dormían comenzó a atacar a todos los que daban por descontada su muerte política.

Kirchner repasa todos los días la estructura del Gobierno para mover las "fichas" y pagar con cargos a quienes hay que empalagar con los atributos de la alfombra roja y ponerles la banda de socios en una nueva movida.

Pero su obsesión es la provincia de Buenos Aires. Lo que antes era la vieja política, la mafia, el aparato, el desvencijado sello del pejota provincial, hoy es en su obstinada mente la única carta del triunfo.

El movimiento transversal o los muchachos progresistas están allí. La mayoría, esperando, y otros en las calles tratando de llamar la atención para también ser llamados. Todos son críticos, pero a la hora del reparto, la colmena se llena alrededor de la abeja reina.

Para ellos la Ley de Medios Audiovisuales será esencial a la hora de recomponer ese flanco que, junto con la política de Derechos Humanos, sumaron a buena parte de la progresía nacional, tanto urbana como de los movimientos sociales.

Alguna vez, alguien que frecuenta los bares en los que asisten conspicuos peronistas dijo: "Muchachos, se están llevando puesto al peronismo y lo más grave es que aquellos que no estamos adentro vamos a tener que salir corriendo de una fiesta a la que nunca fuimos invitados".

Todos esperaban que Néstor levantara el pie del acelerador, después del resultado de las elecciones. Todo lo contrario, fue y va por más, desafiando todas las leyes de la política.

Después de la fatídica 125, se llevó puestas a las AFJP, nacionalizó Aerolíneas Argentinas, subsidió a empresas en bancarrota, estatizó el futbol, etc. etc. Y ahora la estocada final. La mencionada Ley de Medios, que transparentó la compisición del "partido de la oposición" que, con el Grupo Clarín y sus satélites como brazo armado, tiene en Julio Cobos y la UCR, por un lado, y el peronismo disidente, por el otro, a sus baluartes de cara al 2011.

Quienes están en el peronismo, pero en el no kirchnerista, se agarran la cabeza pero no por dolor sino para calmar la contradicción ideológica que les produce justificar estar en contra de los proyectos oficiales, tan caros a la historia del Justicialismo. Kirchner se atreve a todo lo que pocos se atrevieron y nadie puede desconocer que el verdadero peronista es aquel que lleva adelante la acción, aquel que sin miramientos ejerce el poder.

La oposición, con sus matices cada vez más engorrosos, se encuentra desconcertada, sin reacción y mostrando ante la opinión publica sus
debilidades. Carrio le está diciendo a la ciudadanía que no se va a mover de su cómodo e indiscutible sillón de la oposición, sea quien sea el próximo gobernante.

El radicalismo, gran ganador de las elecciones legislativas, encontró en el camino un candidato que en su momento había despreciado: Cobos, que más allá de la varita mágica que le tocó en la decisión del famoso desempate por la 125, hasta ahora se muestra más como corredor de maratones que con pronunciamientos políticos profundos.

Y Kirchner va. Un nuevo referente en el ministerio agropecuario de la provincia de Buenos Aires, randazzista chivilcoyano, para afianzar la cuarta y sexta seccional electoral. El reparto de la torta de la acción social, al patriarca de Avellaneda, Baldomero "cacho" Álvarez, uno de los históricos pesados del conurbano, pero presentable. Ahora, algo impensado desde el actual gobierno, creó el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con la mesa de enlace para la foto, encabezado por un bonaerense de fuste, de la vieja y nueva "diputadora" provincial, un "Aníbal boy", de Chacabuco, Julián Domínguez.

Terminada la disputa contra Clarín, no se quedará quieto: vendrá por la reforma a la Ley de
partidos políticos, a la de Entidades Financieras y otras mas.

Lo seduce el gran revuelo que provocará al asumir su banca de diputado, y disfruta pensando que opacará a la nueva conformación del cuerpo porque todo se concentrará en su juramento: los medios, la oposición, los partidarios, toda una movida que ganará la calle como el anuncio de una reasunción triunfadora, única. También quiere reeditar la fórmula que lo llevo a la Presidencia y ya comenzó a acorralar a Daniel Scioli. Para eso hace saber en todo momento que la suerte del actual gobernador está atada a la suya.

Sabe que cuenta con una porción de votantes que no le sirve para el triunfo en soledad, pero hacia dentro de su movimiento es suficiente para frustrar cualquier intento que busque imponer a otro candidato del peronismo.

No se pone colorado y lo deja sentado. Es él desde su espacio el que decide, o el Justicialismo será derrotado en segunda vuelta.

Nestor Kirchner ya tiene puesta la camiseta de candidato a Presidente para el 2011, salvo que alguien con muchos cojones y que pueda convencer a todo el monstruo invertebrado del peronismo y su base social se quede con todo. Hasta ahora no hay nadie en el camino. Y las dudas de Carlos Reutemann ponen nervioso a más de uno.

La Argentina del próximo año es una Caja de Pandora. Lo único claro es que Néstor se lanzó y está tejiendo en Buenos Aires el poder que perdió en la última elección. ¿Le alcanzará para algo? Él está convencido de que sí. Está por verse.

* Dirigente del peronismo en la Capital. Ex director del Ente de Control de los Servicios Públicos.

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