lunes, marzo 07, 2011

El mercosur es "anti-norteamericano"


142fc496eac1104b24ae30fdcb1cffa1
Un documento secreto del Departamento de Estado al que tuvo acceso Página/12 por filtración de Wikileaks revela el temor estadounidense ante la consolidación de un bloque regional que incluya también a Venezuela.

Por primera vez sale a la luz un documento del Departamento de Estado de los Estados Unidos que califica al Mercosur como un organismo “antinorteamericano”. No consta en los archivos públicos ninguna mención en ese sentido por parte de una autoridad del Departamento de Estado. El documento al que tuvo acceso Página/12 por filtración de Wikileaks revela el contenido de una reunión de embajadores estadounidenses en el Cono Sur realizada en Río de Janeiro.

Según el texto final del encuentro, la clave que según los Estados Unidos cambia la naturaleza del Mercosur es la decisión de incorporar a Venezuela a los cuatro miembros originales: la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

“La entrada de Venezuela en el Mercosur altera claramente el balance y la dinámica de la organización”, dice el texto. “Mercosur gradualmente fue transformándose de una unión aduanera imperfecta en una organización más restrictiva y antinorteamericana.”

La reunión se realizó durante dos días, el 8 y el 9 de mayo de 2007 en Río de Janeiro. El cable con el resumen fue clasificado como secreto el 17 de mayo por el número dos de la embajada en Paraguay, Michael J. Fitzpatrick. Su título original es “Conferencia: una perspectiva del Cono Sur sobre la influencia de Chávez”. Participaron los embajadores norteamericanos en Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile, y el cable agradece los aportes de la embajada en Bolivia.

Casi cuatro años después del encuentro cobra aún más importancia que haya sido un diplomático destinado en Paraguay el encargado de calificar el grado de confidencialidad de la reunión. El protocolo de adhesión de Venezuela fue firmado en marzo de 2006. Pero hasta hoy no entró en pleno vigor porque un país solo pasa de ser asociado a miembro pleno cuando los Parlamentos de los países que ya son miembros ratifican la decisión de los poderes ejecutivos. Lo único que falta para la entrada de Venezuela es, hoy, la ratificación del Senado paraguayo.

En la última reunión de Mercosur (Foz do Iguaçú en 2010) la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo que “la incorporación de Venezuela al Mercosur, además de aportar su generosidad, va a ayudar estratégicamente a consolidarnos en uno de los frentes más importantes de este siglo, el energético”. Cristina dijo confiar “en los hermanos de Paraguay”, destacó el Mercosur como un bloque que permitió dejar “atrás una hipótesis absurda como el enfrentamiento entre la Argentina y Brasil” y añadió que el peso de los mercados internos de los países permitió “superar la crisis global más importante desde 1930”.
El atractivo de Chávez

La conclusión final de los embajadores es que “la campaña de Chávez para expandir su influencia en el Cono Sur es multifacética, y descansa en buena medida pero no totalmente en una generosa asistencia energética y en acuerdos de inversión”. Concede que la figura de Chávez puede ser “atractiva para muchos de los desposeídos de la región, que todavía esperan que la globalización les aporte los beneficios del libre comercio y el gobierno verdaderamente democrático”.

Según el cable, “al integrar a Venezuela a las instituciones existentes y al crear nuevos organismos regionales, Chávez busca que el Cono Sur siga esa idea”. ¿Qué resultados habría producido la supuesta campaña del presidente venezolano? “Pocos países han probado ser capaces de resistir el atractivo de la ayuda venezolana y de sus paquetes de inversión.” Para fortuna de los críticos de la integración venezolana, “a la vez que la influencia de Chávez en la región se expandió significativamente, los líderes regionales sospechan de sus motivos y objetivos”. Muchos de esos líderes “coinciden con su mensaje de que el Cono Sur, y sobre todo Sudamérica, deben establecer una identidad separada respecto de la hegemonía norteamericana, pero no se sienten cómodos si son usados”.

Una frase de los embajadores indica el estado del diagnóstico estadounidense: “Los Estados Unidos no pueden esperar que los líderes de la región acudan en nuestra defensa”.

Y después del diagnóstico viene la recomendación: “Necesitamos convencernos de la necesidad de implementar una estrategia transparente para la región”. Sigue así el texto: “Nuestra idea de comunidad de naciones democrática e inclusiva que asegura la perspectiva de un futuro más próspero para sus ciudadanos es la respuesta correcta a Chávez”. Los participantes también pidieron “más herramientas y recursos” para contrarrestar lo que define como “esfuerzos políticos de fisurar la democracia, diseñar estrategias económicas para estrangular el comercio libre, la politización del Mercosur, la expansión de lazos en el área de Defensa y la campaña en los medios de comunicación masivos”.
País por país

Los diplomáticos congregados en Río de Janeiro se manifestaron convencidos de que existe una campaña pública de Chávez y otra clandestina, de suministro de fondos, y analizaron la posición de los gobiernos de Sudamérica en detalle.

En el caso argentino, un dato clave es el hecho de que, según los participantes, “una encuesta realizada en diciembre de 2006 arrojaba que Chávez era popular para el 52 por ciento de los argentinos” y que la imagen de los Estados Unidos no era popular. Al mencionar a Néstor Kirchner, presidente de la Argentina al momento de la reunión, el cable dice que “Kirchner intentó distanciarse públicamente de la posición antinorteamericana de Chávez y trató de mantener la percepción de una línea más independiente para resultar potable al votante medio, pero su estrategia económica claramente busca lazos más estrechos con Chávez en comercio y finanzas y procura posicionarse a sí mismo entre Lula y Chávez en el espectro regional”. En la visión estadounidense, Kirchner intentaba balancear la relación con Chávez. “Esto es evidente en el apoyo de Kirchner y su esposa hacia la comunidad judía de Venezuela y, simultáneamente, que se hayan abstenido de cualquier llamado en favor de la libertad de prensa en el caso de RCTV, por ejemplo.”

“Aunque Kirchner comparte alguna de las posturas izquierdistas de Chávez, es más bien un pragmático”, dice el texto. Y nombra los préstamos por 4200 millones de dólares concedidos a la Argentina.

El cable consigna que “lo que llevó a Brasil a apoyar la admisión de Venezuela en el Mercosur fue la creencia de que Chávez podría ser controlado más fácilmente si estaba dentro del organismo que si se lo dejaba a su propia inspiración fuera de él”. El documento pone en cuestión esa idea con dos ejemplos. Uno, que Chávez alentó a Evo Morales a nacionalizar Petrobras en Bolivia. Otro, que Chávez le disputa protagonismo a Lula en las reuniones de Mercosur.

“Esa fricción brinda una oportunidad”, analiza (y parece esperanzarse) el texto que clasificó Fitzpatrick en 2007. Obviamente se refiere a una oportunidad para los Estados Unidos de erosionar las relaciones del bloque sudamericano.

Sin embargo, cuando Morales nacionalizó el petróleo, nacionalizó también Petrobras, y no solo Petrobras. Brasil se irritó por la ocupación militar de las plantas pero un diálogo entre los dos países solucionó el diferendo.

Tampoco hubo, finalmente, una disputa de protagonismo entre Lula y Chávez, a tal punto que el entonces presidente brasileño siguió impulsando la entrada de Venezuela al Mercosur. El Senado brasileño la ratificó en 2009, con Lula presidente. Y su sucesora, Dilma Rousseff, dijo en enero último en una entrevista con medios argentinos, entre ellos Página/12, que “Venezuela es un gran productor de petróleo y gas”. Opinó que “tiene mucho que ganar entrando al Mercosur, y nosotros con su presencia”. También tocó la cuestión del liderazgo, pero la despersonalizó mientras ponía la cabeza de la región en un plano binacional argentino-brasileño por tamaño y desarrollo económico. “Hasta para los otros países es absolutamente importante que Brasil y la Argentina estén juntos porque no es una relación de hegemonía la que Brasil y la Argentina se proponen en relación con el resto de América latina”, declaró.

En la visión norteamericana de aquel momento, otro tema a seguir de cerca eran los contactos militares venezolanos, y en el caso de Bolivia, los presuntos contactos en el área de Inteligencia.

Incluso Uruguay aparece sospechado, porque según el cable los temas de Seguridad del entonces presidente Tabaré Vázquez los llevaba día a día su hermano Jorge, “un ex miembro de la guerrilla OPR-33”. Vázquez, subsecretario del Interior, habría trabajado según los Estados Unidos con “agentes del servicio secreto reclutados bajo el paraguas de la (central sindical) PIT-CNT, dominada por el Partido Comunista, y entrenados en Caracas y La Habana”.

En verdad, la OPR-33 fue más libertaria que comunista y en la PIT-CNT hay también peso de socialistas y del Movimiento de Participación Popular del ex tupamaro Pepe Mujica. Jorge Vázquez es el mismo que denunció en Uruguay una campaña en su contra. Dijo que había sido falsamente acusado de almacenar armas para Irán en combinación con Venezuela.


“Nuestros aliados son los vecinos”

El actual Alto Representante del Mercosur, Samuel Pinheiro Guimaraes, ex ministro de Lula, explica la posición brasileña frente a la hegemonía norteamericana y la raíz de los esfuerzos de integración sudamericana.

Si el Departamento de Estado confiaba en una fisura cada vez más importante entre Venezuela y Brasil para recuperar posiciones en Sudamérica, las posiciones brasileñas parecen desmentir esa ilusión en los hechos y en las ideas. Junto con la caída de las exportaciones brasileñas a los Estados Unidos se desvaneció la posibilidad de una amenaza norteamericana. “Saben que si quisieran implementarlas, esas sanciones serían ineficaces”, acaba de escribir el diplomático brasileño Samuel Pinheiro Guimaraes. Y agrega: “Nuestros verdaderos aliados son los vecinos”.

Pinheiro Guimaraes apunta que hoy Brasil solo exporta el 17 por ciento de su producción a los Estados Unidos. Esa cifra es la que tornaría de cumplimiento imposible una eventual represalia como la que, recuerda el diplomático, Washington empleó en 1987 con las patentes farmacéuticas. Cuando Fernando Collor de Mello asumió como presidente, en 1989, satisfizo en cascada los reclamos norteamericanos, que cuestionaban la Ley de Informática.

El diplomático acaba de escribir unas reflexiones en el prólogo al libro Relaciones BrasilEstados Unidos en el contexto de la globalización: rivalidad emergente, del investigador Luiz Alberto Moniz Bandeira.

Pinheiro Guimaraes fue vicecanciller de Luiz Inácio Lula da Silva y ministro-secretario de Asuntos Estratégicos. A propuesta de Lula, el Mercosur –que el cable publicado en estas páginas define como un organismo “antinorteamericano”– lo designó en diciembre pasado como su Alto Representante con atribuciones de negociar en nombre del bloque, proponer la formulación de estrategias y articular políticas comunes. El secretario del organismo es el argentino Agustín Colombo Sierra.

A continuación, algunos tramos del texto escrito por Pinheiro Guimaraes:

- “Un indicador de la creciente hegemonía política norteamericana es la resurrección del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas luego de la asunción de Boris Yeltsin y Alexandre Kozirev, que alinearon la política rusa a la política exterior norteamericana. En la práctica, este alineamiento redundó en la desaparición de los vetos rusos, que pasaron de un total de 118 en el período 1945-1991 a 4 en el período 1992-2009. Como resultado, los Estados Unidos obtuvieron, inclusive sin la oposición de China, apoyo para sus acciones de castigo político, comercial o militar”.

- “En 1988 los gastos militares norteamericanos eran de 533 mil millones de dólares. Entre 1988 y 2009 registraron un aumento acumulado de 10.376 billones de dólares, contra 1683 billones del segundo país en gastos militares, Rusia”.

- “En 1988, la renta per cápita de los ocho principales países desarrollados (los Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Australia) era de 18.000 dólares, y la renta media per cápita de los ocho principales países subdesarrollados (China, India, Brasil, Rusia, Indonesia, México, Argentina y Africa del Sur), de 1300 dólares. La diferencia era, en 1988, de 16.700 dólares. En 2008, la renta per cápita media de los ocho países desarrollados alcanzó los 43.000 dólares y la renta media de los ocho principales subdesarrollados llegó a 6000. La diferencia aumentó de 16.700 a 37.000”.

- “Los Estados Unidos detentan la moneda de reserva y de curso internacional, el dólar, y son, sin duda, para los grandes capitalistas, se trate de megaempresas, megabancos, megafondos o individuos de altos intereses, el centro del sistema capitalista internacional y su baluarte. Estos hechos norteamericanos se encuentran, en realidad, entrelazados. La elite norteamericana está absolutamente convencida de que todo lo que pasa en todos los países que integran el sistema internacional es de interés para su sociedad y para su supervivencia”.

- “Brasil atraviesa un momento de su historia en el que las clases populares, conducidas por el Partido de los Trabajadores y por los partidos progresistas bajo el liderazgo del Presidente Lula, iniciaron un proceso de transformación económica, política y social para construir una sociedad democrática de masas. Todavía, a diferencia de los Estados Unidos, Brasil es un país subdesarrollado y está en la periferia del sistema internacional”.

- “Brasil vive un momento de transformación en la naturaleza de la inserción de su sociedad y de su Estado en el sistema internacional. La estructura del comercio exterior se alteró, reduciendo muchísimo la dependencia de la economía brasileña no solo en relación a terceros mercados como en relación a productos específicos. Los flujos de inversión directa extranjera se diversificaron, con un aumento significativo de la participación de capitales de nuevos orígenes. Brasil pasó de deudor a acreedor internacional, acumulando reservas por casi 300 mil millones de dólares, mayores que las de Francia, Inglaterra y Alemania. Brasil pasó a exportar capitales a través de empréstitos e inversiones directas de empresas brasileñas en el exterior”.

- “El presidente José Sarney asumió la Presidencia en un momento delicado de la política brasileña, y fue capaz de conducir la transición de un régimen autoritario hacia un régimen democrático en medio de una pertinaz crisis económica. Garantizó la libertad de prensa, inició un proceso de firme aproximación con la Argentina, base del futuro Mercosur, resistió las presiones para adoptar medidas arbitrarias, convocó la asamblea constituyente, promulgó la Constitución de 1988 y enfrentó, con serenidad, una campaña electoral de gran violencia verbal contra él y su familia. Desempeñó un papel fundamental en transición democrática y apoyó programas estratégicos vitales para Brasil, como los programas nuclear, espacial y cibernético. Al resistir las presiones norteamericanas para desmantelar esos programas contrarió a poderosos intereses, económicos y políticos, nacionales y alienígenos. Tal vez sea ésa la razón del antagonismo sistemático que volcaría contra su persona a sectores de los grandes medios”. (Sarney es presidente provisional del Senado por acuerdo con el PT).

- “Vivimos el momento en que se desarrolla la estrategia de transformar la inserción –política, económica, tecnológica– en el mundo a través de una nueva acción de Brasil en América del Sur, en Africa, en el Cercano Oriente y en los organismos internacionales, frente a las grandes potencias y en la conquista de la autonomía respecto del Fondo Monetario Internacional”.

- “Es necesario, prudente y provechoso mantener las mejores relaciones con las grandes potencias, debido a su importancia en el mundo en general y para Brasil en particular, pero fundándonos en los principios de igualdad soberana, reciprocidad, no intervención y autodeterminación, sin perder de vista que los intereses nacionales brasileños, que son los de un país subdesarrollado a pesar de su extraordinario potencial, no son idénticos a los intereses nacionales de cada una de las grandes potencias en general y, mucho menos, a los intereses la mayor potencia mundial, los Estados Unidos”.

- “(Desarrollamos) Una política altiva, activa, soberana, no intervencionista, no impositiva, no hegemónica, que luche por la paz y por la cooperación política, económica y social, en especial con los países vecinos y hermanos sudamericanos, comenzando por los países socios de Brasil en el Mercosur, a los que nos une un destino común. Con los países de la costa occidental de Africa, también nuestros vecinos. Y con países semejantes: megapoblacionales, megaterritoriales, megadiversos, megaambientales, megaenergéticos, megasubdesarrollados, megadesiguales. Nuestros verdaderos aliados son nuestros vecinos, de aquí y de ultramar, con los que está definitivamente entrelazado nuestro destino político y económico. Nuestros semejantes son los grandes Estados de la periferia”.

No hay comentarios.: